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Con la gente Protagonistas Sabado, 31 de Marzo de 2018

El padre Álvarez se confiesa en Semana Santa y habla del aborto, la financiación de la Iglesia, la familia moderna y la sexualidad

El vocero del Obispado de San Rafael hace un repaso por las posturas más controversiales de la Iglesia.

Sabado, 31 de Marzo de 2018
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01-04-2018

El padre José Antonio Álvarez, actual vocero del Obispado de San Rafael, fue entrevistado por Marcos Distéfano y Pablo Diab durante la mañana de este sábado en Radio M e hizo un inusual y pormenorizado repaso por los asuntos más espinosos de la doctrina católica.

El sacerdote se despachó sobre los temas más candentes de la agenda política y social, como el aborto y la financiación de la Iglesia. Y luego acometió una evaluación sobre la familia moderna, la reproducción, la sexualidad e, incluso, el uso del preservativo.

La penitencia y por qué no comer carne en Semana Santa

No comer carne en Semana Santa, explicó el padre Álvarez, es una forma de “penitencia”. Se trata, dijo, de “sufrir recordando a alguien que sufrió por mí”.

No obstante, el sacerdote recordó que esta abstinencia no está única o necesariamente atada al consumo de carne. La disposición, ilustró, nace de la Conferencia Episcopal, que elige una “penitencia” para cada país, considerando su cultura.

En Argentina, la “Ley de Abstinencia” se extiende a las bebidas alcohólicas también, comentó. Y, además, contempla el reemplazo de la abstinencia propiamente dicha por un “acto de piedad o de misericordia”.

Otro párrafo aparte es la “Ley de Ayuno”, dijo. Esta se superpone con la Ley de Abstinencia en Semana Santa, pero en su caso sólo aplica a los fieles de entre 18 y 59 años, a quienes “obliga a pasar hambre en algún momento del día”.

Los “sueldos” de los obispos y la financiación de la Iglesia

“Me molestó que [el jefe de Gabinete Marcos Peña] dijera que los obispos ganan un sueldo”, declaró más tarde el vocero del Obispado. No se trata del “pago de un sueldo”, dijo, sino de un “cumplimiento del artículo II de la Constitución”.

Esta disposición, explicó el sacerdote, no es un “capricho” de la Iglesia, ni fue instaurada por decisión de ésta. Fue el Estado argentino quien en 1822, a cargo de Bernardino Rivadavia por entonces, “reformó” a la Iglesia “por su cuenta y sin preguntar”, y estableció la prohibición de los diezmos y la expropiación de sus “estancias”, fuentes de su sostenimiento. El Estado, a cambio, se obligó a financiar a la Iglesia, resumió Álvarez.

Hoy, dijo, el Estado reparte “un poco a los obispos”, “otro poco en becas de estudio para los seminaristas”, y “otro para parroquianos de fronteras y lugares marginados”. De igual forma, aseguró, las contribuciones “no alcanzan”. Y lo que parece mucho, dijo, (130 millones anuales), no son significativos para una institución tan extensa.

El aborto

“Es tristemente absurdo debatir sobre si es lícito matar”. Así resumió Álvarez el debate nacional sobre la despenalización del aborto.

Según explicó, “científicamente, el ADN de un individuo desde el primer momento de la concepción es el mismo que va a tener toda su vida”.

En esta línea, consideró un “eufemismo” hablar del aborto como “interrupción del embarazo”. “Si interrumpo el proceso gestacional, mato una vida”, explicó. “Si te agarro del cuello y te interrumpo la respiración, te mato. No es interrupción”.

No obstante, el sacerdote calificó de “terrible” la situación de las mujeres que se debaten entre “la vida y la muerte” de sus hijos. Luego contó que el programa “Belén” del Obispado logró, en la Isla del Río Diamante, la contención de madres que pudieron haber abortado, pero que desistieron cuando se sintieron acogidas.

El "mejor remedio" para las madres que caminan la incertidumbre del embarazo, dijo, “es la comida: saber qué le van a dar de comer a sus hijos”.

La reproducción responsable

Consultado sobre los métodos anticonceptivos que la Iglesia aprueba para no llegar a un embarazo no deseado, Álvarez pidió “observar la naturaleza”, que, dijo, ofrece “planes” basados en los tiempos de la fertilidad femenina. “Observarlo es muy sencillo”, notó.

En este contexto, criticó duramente a quienes califican a las personas de bajos recursos como “inconscientes e irresponsables” en sus esferas reproductivas. Álvarez, por el contrario, aseguró que son ellos los más “generosos con la vida”. “Los ricos y poderosos quieren sacarse el problema de tener un hijo; se niegan a ser generosos; y teniendo los elementos para atender las necesidades de muchos hijos, prefieren tener un caniche a tener un hijo”, lanzó.

El (promiscuo) uso del preservativo

Una de las más férreas críticas del vocero del Obispado fue dedicada al preservativo. “Hoy se les dice a los adolescentes: ‘Usá preservativo y salí de joda, estás protegido”. Eso es un disparate, lo único que promueve es la promiscuidad sexual”, aseveró.

Y agregó una pregunta: “¿Quién dice que eso te protege como dice que te protege cuando vos sabés que el negocio mundial es el aborto? ¿Vas a pensar que hicieron bien el preservativo?”.

“No seas loco”, aconsejó. “No te confíes a un pedazo de plástico”.

La Familia

En último fragmento de la entrevista, el padre Álvarez consideró que sería "lindo” que la familia volviera a su estereotipo de padre, madre e hijos. Afirmó que, aunque hay “errores personales” en la progresiva desaparición del aquel modelo, también existe un “entorno cultural que pesa mucho”, y empuja a formar “distintos tipos de familias”.

“Yo no puedo decir: ‘Hay distintos tipos de familias’”, contrapuso. “Yo digo: ‘Hay un tipo de familia y después hay derivados por distintas causas, que no han sido nunca las mejores ni las que han llevado a la felicidad a nadie’”.

Escuchá la entrevista completa: