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San Rafael Editorial Jueves, 23 de Noviembre de 2017

Las reinas de la Vendimia y la política: una relación infantil

La ensombrecida elección de la candidata de Villa 25 de Mayo es un síntoma de una inmadurez flagrante y persistente.

Jueves, 23 de Noviembre de 2017
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23-11-2017. La elección de las reinas de la Vendimia en Mendoza ha estado históricamente vinculada a los aires de la política partidista. Esta relación absurda es síntoma de una flagrante inmadurez, una enfermedad infantil que, no obstante, se resiste a ser erradicada.

Crónico, el trastorno se anotó un nuevo triunfo este fin de semana. La elección de la reina del distrito de Villa 25 de Mayo terminó envuelta en polémica; nublada por las lágrimas y el enojo de muchos asistentes; y contaminada por acusaciones cruzadas de fraude con tintes políticos y negación del fracaso, respectivamente.

Una de las tres candidatas anunció luego de la elección que, siendo ella militante política, rumores llegados a sus oídos antes del evento le habían advertido sobre un posible caso de clásica parcialidad partidista. La aspirante luego electa, en tanto, era acusada de no tener ninguna relación con el distrito. Finalmente, la tercera postulante confesaba sentirse desconcertada por un proceso que se le había revelado raro, confuso e incómodo.

Iniciada la votación, los indicios no tardaron en mutar a sospechas concretas. El conteo final de sufragios arrojó un suspicaz 19 votos a 20: una nueva puerta abierta a la conspiración.

La triunfadora fue, entonces, víctima del desolador descontento de una parte notable del público. La portadora del segundo lugar y sus simpatizantes se vieron invadidos por la sensación de la profecía autocumplida. Y la candidata que se quedó con el tercer puesto manifestó luego haber coronado con la culminación del evento una sucesión de hechos turbios y sombríos.

Disparadas las acusaciones de fraude, el delegado distrital se apuró a defender el proceso. Sin embargo, en paralelo, un grupo de vecinos organizaba una marcha a la sede de la delegación para pedir justicia. El ambiente festivo había irremediablemente entregado la posta al luto.

Aunque todavía incomprobada, la denuncia de fraude politizado ha hecho ya su trabajo, porque la sola presencia de la sospecha simboliza una piedra ruidosa más, añadida al río del desprestigio. Las tres candidatas ya fueron sometidas a la humillación pública (suceso en sí suficientemente intolerable) y la celebración vendimial ya añadió puntos a su histórica lista de “mala reputación”.

La relación entre la política y la Vendimia, está de más recordarlo, es tóxica, aniñada y necia. Después de todo, a dos años de las próximas elecciones, ¿qué tanto suma una “reina del palo”?