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San Rafael Entrevista Viernes, 4 de Mayo de 2018

Cuando la moda es tomar conciencia

Lula Villegas es diseñadora de indumentaria y docente de la carrera Diseño de Indumentaria y Textil de la UM, junto a sus alumnos organizaron un evento con el fin de crear conciencia sobre la industria textil. Hablamos con ella sobre este y otros temas en la entrevista de esta semana.

Viernes, 4 de Mayo de 2018
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Fotos gentileza y Jorge Gutierrez / Mediamendoza.com

06-05-2018. Hace unos días los alumnos de la carrera Diseño de Indumentaria y Textil que se dicta en la Universidad de Mendoza sede San Rafael organizaron un evento en el marco de la semana del Fashion Revolution, un movimiento que busca restablecer el equilibrio en el mundo de la moda entre los productores, los consumidores y el medio ambiente.

La actividad realizada tuvo por objetivo que los futuros profesionales, comprendieran los procesos de sus trabajos para comenzar a crear generando un nuevo impacto en el medio ambiente y colaborar también con la concientización del consumidor.

Para ello en la cátedra Opcional Específica 1, dictada por la profesora Lula Villegas, cada alumno realizó un diseño en un maniquí con alguna otra prensa en desuso, que se compraron ferias de ropa o bien con materiales textiles de descarte. La idea era realizar un diseño artístico para llamar la atención de la gente cuando pasara y asimismo los alumnos circularon con carteles con la leyenda “quién hace mi ropa”, uno de los ejes de ese movimiento.

Para interiorizarnos más sobre el tema dialogamos con la diseñadora de indumentaria y docente Lula Villegas.

“La campaña Fashion Revolution, depende de una organización que está avalada por la Unión Europea y lo que busca es generar más conciencia sobre la industria textil que está catalogada como la segunda industria más contaminante.  La organización comenzó en el 2014, luego de que en 24 de abril del 2013 se derrumbara el edificio en Rana Plaza de Dhacca Bangladesh donde murieron 1138 personas, en el edificio funcionaban cinco fábricas textiles que trabajaban para marcas europeas” comenzó diciendo.  

A partir de allí se comenzó a trabajar para exijir a esta industria, que esclaviza a trabajadores y que consume los recursos, una “industria limpia” en su más amplio sentido. Que valore a la gente, el medio ambiente, la creatividad y la ganancia en la misma medida, es responsabilidad de todos el asegurar que esto suceda.

“La primera campaña que se lanzó fue pedirle a la gente una foto con una prenda al revés mostrando la etiqueta de la ropa. Desde allí todos los años se hacen actividades no solo los que estamos adentro de la industria textil, sino también dirigidas al consumidor que es el responsable de saber qué es lo que está consumiendo. Hoy en día es casi imposible saber quien hizo tu prenda, pero lo que se pide es que se le vuelva a cuestionar a las marcas, la organización le da un índice de transparencia donde va analizando de donde extraen las fibras, como las procesan, como es el proceso de tinción, quienes trabajan, cómo trabajan, cuanto les pagan” continúo contando la diseñadora respecto a ese movimiento.

No obstante aseguró que en Argentina ya hay marcas que han adoptado “la sustentabilidad” como un eje central para la construcción del mensaje. Para ello trabajan con productos y tintes naturales, y productos reciclados, con el fin de minimizar los riesgos más contaminantes.

“Hay un caso en Mendoza que ha triunfado que es Xinca, una marca de zapatillas, en la que sus creadores tienen pensada toda una cadena de valores en la sustentabilidad, no sólo en los materiales sino en el trabajo. Están trabajando con personas que tienen privación de la libertad y la idea es poder reinsertarlos al sistema, tienen talleres para que puedan trabajar.  El calzado se hace con neumáticos y textiles reutilizados. Hay que tener en cuenta que la sustentabilidad no solo habla del algodón inorgánico que es imposible de conseguirlo, si no de tratar que los tintes sean naturales, que los materiales sean reciclados e incluir a grupos minoritarios en el trabajo” agregó Lula.

El tema ha generado gran impacto en los diseñadores, que son cada vez más consientes de los daños ambientales que provoca la industria textil. “Hace como diez años que se viene hablando este tema, pero de todos modos cuesta mucho, es complicado que llegue a la Argentina”.

“Venimos con un sistema donde el diseñador tiene que trabajar por temporadas y tenemos dos muy fuertes primavera-verano y otoño-invierno, pero desde hace unos años se presentan colecciones capsulas que son más chicas entre esas temporadas y en Europa ya hay empresas tipo H y M que presentan colecciones sin temporada casi todas las semanas, te cambian la vidriera y todo lo que hay dentro de los locales de ropa, eso genera que todos los locales tengan de una semana para la otra algo nuevo”.

“En cambio ahora lo que se trata de concientizar que en ese valor `barato´ de una prenda hay otra persona atrás que ha pagado muy caro y lo que se trata a nivel general es volver a temporadas anteriores o crear prendas con valor agregado que transmitan un mensaje, como pasaba con nuestros abuelos que tenían un tapado durante toda su vida y no estaban dependiendo del color o del estampado, si se usaba o no se usaba, más que estético lo importante es que tengan un valor funcional. Hay muchas marcas que ya trabajan con prendas atemporalesexplicó la diseñadora.

Respecto al término “reciclar”, le consultamos como funciona en la moda y el diseño. “A nivel de moda hay diferentes formas de reciclar, hay mucha ropa que uno deja de usar porque está descocido o le falta un botón, para ello se está pensando en talleres que puedan asesorar y también se trata con muchas marcas, en Argentina hay algunas en las que se busca deconstruir para construir nuevas.  Se usa mucho volver a usar tejidos, generar volumen y que se note realmente que esa prenda está comunicando un mensaje”.

“Esto del reciclaje por ahí es como muy emotivo, cuando uno por ejemplo va a comprar a una feria de ropa usada estamos comprando una selección que hizo otra persona y eso transmite. Por ejemplo un vestido de novia, ese vestido que fue dejado en esa feria tiene toda una carga, porque hay una persona que ya lo usó y le puso todos sus sentimientos o emociones para elegirlo y después tuvo otros para poder descartarlo y el acto de uno de volver a comprarlo tiene otra carga. Es como que la ropa habla, tiene un mensaje”.

“Cuando uno compra una remera en cualquier local de ropa, también tiene toda una historia atrás, quien recolectó el algodón, quien lo procesó y como llegó a convertirse en esa remera. Hay toda una cadena de valor detrás. Pero ahora se juga a la ropa por lindo o feo, caro o barato”.

Escuchar hablar de trabajo esclavo en esta industria es muy frecuente y pese a los controles y el trabajo que se viene realizando al respecto por organismos gubernamentales y no gubernamentales, parece ser un tema de no acabar. “Esto ha existido siempre y va a seguir existiendo, son cosas con las que es muy difícil luchar y no solamente está la parte ética del diseñador o de la empresa, hay una parte económica, política, un poco de todo. Si bien se ha visibilizado un poco más y se trata de controlar, de hecho hay muchas organizaciones en Buenos Aires que trabajan en la búsqueda de talleres clandestinos, aún hay muchos funcionando” opinó la diseñadora.

Llegando al final de la entrevista le preguntamos a la docente cómo ve la situación de la industria en San Rafael y la inserción de sus alumnos, futuros egresados, en el plano laboral.

“En la carrera  hay muchos alumnos del departamento y del Sur del país, ya que esta carrera de Diseño de Indumentaria es una de las últimas creadas en esta región más cerca del Sur. Yo estudié allí y después de ser ayudante de cátedra quedé como docente”.

Y continuó diciendo “respecto a la carrera San Rafael tiene una industria muy pequeña, si bien hay algunos talleres y hay diseñadores, no se puede hablar de una industria. Nos faltan esos grandes talleres para que los alumnos puedan ver como se confecciona a gran escala. Pero también tiene otras posibilidades otro valor agregado, el ver que se trabaja de manera más artesanal y no tanto industrial, eso tiene un valor agregado distinto”.

“Cuando hablamos de ciertas colecciones en las que se muestran vestidos que quizás uno no se pondría, esas son colecciones más artísticas para ver la creatividad del diseñador, pero no quiere decir que quizás se vayan a comercializar, por ejemplo lo que hicieron los alumnos en la plaza el otro día en la que la mayoría de las prendas eran de ese tipo. Los chicos trabajan con la parte de creatividad, pero también con esas prendas que se pueden comercializar”.

“Y salen capacitados para trabajar como emprendedores, hoy no hay muchas posibilidades de ser empleado de alguna fábrica porque no las hay, pero hay muchas otras posibilidades. Se puede trabajar en lo que es asesoramiento de imagen, producciones fotográficas, diseño de estampado textil, y no solo el diseño de vestidos de novia o casamiento. Cada uno debe ir conociéndose en que parte les gusta más” sintetizó.