Una familia de tapiceros de más de cuatro décadas de trabajo

Fotos: Jorge Gutierrez / Mediamendoza.com

12/08/2018

Las empresas familiares siempre han sido un desafío, muchas veces no alcanza con la fuerza y dedicación que pongan sus mentores, si no con el compromiso de las próximas generaciones e hijos de sus propietarios.

Un ejemplo de esto es la tapicería “Moreno tapizados y confecciones”, la empresa de la familia Camilletti que crece desde hace 42 años, con dedicación, trabajo, responsabilidad y sobre todo amor.

Dialogamos con ellos para conocer más sobre su trayectoria, forma de trabajo y mucho más.
Su iniciador Humberto Camilletti comenzó diciendo “desde muy chico, yo trabajaba en otra tapicería y a las 17 años aprendí el oficio y me independicé, nunca supe que mi señora me iba a seguir. Ella hacía costuras de ropas y empezó a colocar cierres y ayudarme en las costuras y en todo lo que es ropa de cuero, todo tipo de confección de cierres desde un celular a un gamulán”.

Y continuó diciendo, “pasaron los años y después se sumó mi hijo, que estudió una carrera pero no la ejerció porque no le gustó y como le gusta la tapicería se quedó con nosotros, y mi otro hijo más chico también nos ayuda, excepto mi hija mujer que estudia en Mendoza”.

Humberto comentó además que como todo surgimiento de una empresa no fue fácil, él y su señora Teresa Lombardo, son oriundos de distrito por lo que al principio trasladarse todos los días al centro no fue fácil. Sin embargo recordó que luego logró comprarse un auto y con los años, pudieron instalarse en el centro e ir creciendo día a día.

El éxito de la empresa responde además a la organización que tiene la familia, ya que los trabajos están sectorizados “nos hemos dividido las tareas, mi mamá hace costuras y todo lo que es la atención al cliente, mi papá hace todo lo que es la parte automotor y yo todo lo que son coberturas” afirmó Emiliano Camilletti, hijo mayor del matrimonio.

Respecto al tapizado, los Camilletti contaron que es una práctica que continúa vigente pese al avance de la industrialización de muebles, “la gente sigue tapizando sillas o sillones, sobre todo por la calidad, o porque son reliquias de la familia. Todas esas cosas conviene repararlas más que nada por la calidad del producto, la restauración de muebles es algo que siempre está” explicó Humberto.

Y agregó “lo que ha caído un poco es el rubro automotor ya no se hace tanto, porque la gente cambia los autos más seguido, actualmente hay un 90 por ciento de autos nuevos. Después en la época previa al comienzo de clases tenemos muchas mochilas para cambiar cierres, en el invierno reparación de gamulanes, ropa de cuero; en el verano reposeras, carpas de camping y en septiembre tapizados de muebles, porque las señoras preparan su casas para las fiestas”.

“También hacemos coberturas para empresas, gallineros especiales, cortinas, cierres de quinchos, coberturas de lancha, trabajos en cuero, trabajo dentro de los vehículos” agregó Emiliano.

Por su parte, Teresa se refirió a sus clientes “tenemos  clientes de años, la gente ya nos conoce de años y nos recomienda. Cuando empezamos a trabajar teníamos un taller en la calle Belgrano, después en Moreno y ahora acá, asique en esta zona nos conoce todo el mundo. Nos gusta trabajar bien y si, nos pasa que también trabajamos con las diferentes generaciones, por ahí los abuelos traían algo, después sus hijos y después los nietos; estamos muy contentos con la clientela”.

En cuanto a los insumos y materiales explicaron que son comprados aquí generalmente, cuando se trata de un trabajo grande los compran en Mendoza, pero por el bulto que manejan ya que la mayoría es goma espuma se compra lo justo y lo demás se lo piden a sus clientes.
“Es recomendable retapizar cuando los muebles se van ajeando, para luego evitar que el cambio sea mayor” señaló Humberto.

Llegando al final de la entrevista Teresa contó que algunas veces ha pasado que la gente deja muebles que nunca retira, en esos casos se realizan donaciones a los hogares, al igual que las máquinarias que quedan en desuso cuando realizan algún cambio.

Respecto al trabajo al familia el matrimonio coincidió en afirmar “es muy lindo porque uno está con los hijos permanentemente, se comparten muchos momentos, también hay pelas (risas). La tranquilidad de estar en tu casa, te levantas bajas y ya estás trabajando, no importa si hace frío, calor o si llueve. Ahora esperamos que sigan esto nuestros hijos, afortunadamente han mostrado interés. Gracias a Dios hemos llegado a tener local propio y principalmente trabajo”.