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San Rafael Caso Fortunato Martes, 14 de Agosto de 2018

Declaró Julieta Silva: Defendió la hipótesis del accidente, pero las preguntas evidenciaron fisuras

La imputada ofreció, con constantes lágrimas en sus ojos, un relato detallado de la noche en que murió Genaro Fortunato.

Martes, 14 de Agosto de 2018
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Fotos: Jorge Gutierrez / Mediamendoza.com

14/08/2018. Este martes, inició en los Tribunales de San Rafael el juicio que evaluará la muerte de Genaro Fortunato -ocurrida el 9 de septiembre del año pasado-, durante el que desfilarán más de 50 testigos.

La primera jornada del debate estuvo protagonizada por Julieta Silva, imputada por homicidio simple con dolo eventual y, alternativamente, por homicidio culposo agravado. Silva, de 30 años y actualmente en cumplimiento de una orden de prisión preventiva en su domicilio, reafirmó -con persistentes lágrimas en sus ojos- su hipótesis del hecho (muerte accidental) y ofreció un extenso y pormenorizado relato de los acontecimientos de la noche en que murió Genaro.

La acusada recordó en primer lugar una cena previa a la que Genaro y ella concurrieron; una posterior reunión en la casa de una amiga, y, finalmente, el desarrollo de la noche dentro del bar Mona de Las Paredes.

En el local nocturno, testificó Silva, Genaro protagonizó un altercado con un joven que se extendió constantemente durante toda la noche. “Hubo enojos y acontecimientos”, dijo Julieta, lo que crispó su ánimo. Finalmente, ella decidió irse. “Estaba cansada [de la situación]”, contó.

Fuera, camino al auto, Genaro intentó regresar varias veces; según insinuó Silva, con ánimos de riña. El último intento ocurrió, de acuerdo al relato de la imputada, cuando él ya estaba sentado tras el asiento del conductor y ella, en el del acompañante.

Cuando él bajo del vehículo, señaló Silva, ella se sentó tras el volante e inició su marcha en soledad. Genaro la interceptó en el medio de la calle (cuando el vehículo ya estaba dispuesto hacia el norte) y le golpeó la ventanilla con la palma de la mano (tres veces, según Silva). Ella se fue de todas formas.

150 metros después, comentó Silva, decidió hacer un giro en U y regresar por Genaro. “Tenía su teléfono”, dijo. En el trayecto de vuelta, durante el que aconteció la muerte, Silva aseguró haber circulado por una “parte oscura, un túnel […], mirando hacia la izquierda”, en busca del joven. Luego sintió “un pozo”. Finalmente, el cuidacoches la detuvo varios metros después.

“No entendía nada”, rememoró Silva. “Pensé que me quería cobrar”. Entonces, según ella, el hombre le espetó: “Lo atropellaste”. “¿A quién?”, preguntó Julieta. “Al chico que estaba con vos”, respondió el hombre. “Le pedí que me explicara”, recordó la imputada. Él le quitó las llaves del auto.

Más tarde, Julieta relató el momento en que llamó al 911 y, muy escuetamente, afirmó haberse comunicado también con Pablo, a quien se refirió como “su esposo” y padre de sus hijos. Luego de aquello, dijo, su memoria no recuerda “nada”.

Preguntas difíciles

El relato de Silva, compacto durante su alocución, mostró fisuras durante el posterior interrogatorio del fiscal Fernando Guzzo, titular de la división de Homicidios y Violencia Institucional del Ministerio Público, y enviado especialmente para participar del debate como adjunto a la fiscal de la causa, Andrea Rossi.

Primeramente, Guzzo profundizó sobre la curiosa dirección en que Silva salió con su auto, antes de girar en U (hacia el norte; su vivienda se ubica en dirección opuesta). “El auto estaba en diagonal, era más cómodo. Además, lo hacíamos siempre”, dijo ella. “¿Por qué dijo que circuló 150 metros antes de girar: no había un espacio para hacer el giro antes?”, replicó él. Ella pensó y luego esbozó una explicación: aseguró que pensaba irse definitivamente en tal dirección.

Luego, el fiscal consultó a Silva si era capaz de diferenciar el movimiento que hace un objeto al chocar contra un pozo o con una piedra. “¿Tuvo física en la secundaria?”, preguntó. “Sí”, informó ella. Y luego afirmó conocer la diferencia. Pero aseguró que su “sensación” de haber pisado un pozo se debió a que, al atropellar a Genaro, el auto se levantó en el vértice opuesto a su ubicación como conductora, dándole a ella la impresión de hundimiento.

También hubo referencias a los momentos posteriores al hecho, que Silva había relatado solo limitadamente. El fiscal apuntó contra una conversación que la imputada mantuvo con una de sus amigas, Silvia -alias "La Polaca"-, que ella no había mencionado. Además, Guzzo puntualizó en un "pedido de abogado" que Julieta le hizo en este contexto a su amiga y que tampoco había sido relatado durante la declaración. El llamado lo hizo "La Polaca" a su teléfono, no al revés, se defendió Silva. El pedido, en tanto, "fue por mensajes", agregó.

Más tarde, Guzzo inquirió particularmente a Silva sobre sus condiciones visuales, pero contextualizadas en su vida diaria y en las situaciones previas a la muerte de Genaro. “¿Llevaba los lentes cuando salió de su casa esa noche en su auto? ¿Llovía?”, preguntó. Ella confesó haber conducido varias cuadras sin los lentes y bajo una incipiente llovizna: las mismas condiciones que al momento de la muerte.

El fiscal también preguntó a Silva sobre sus entrenamientos de hockey, deporte que ella practicaba después de las 20.30, sin luz solar y aparentemente sin anteojos (la imputada reconoció no haber usado lentes de contacto nunca). “¿De qué tamaño es la bocha?”, espetó el fiscal. “De unos 15 centímetros”, dijo ella.

El abogado de Julieta, Alejandro Cazabán, intervino en este punto y pidió que las preguntas se centraran solo en el hecho. Y Guzzo decidió dar por terminado su interrogatorio.