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San Rafael Caso Fortunato Jueves, 30 de Agosto de 2018

Devastador alegato del fiscal contra Julieta Silva: duros términos y pedido de 14 años de prisión

Fernando Guzzo recordó las inconsistencias del relato de Silva y sus negativos rasgos psicológicos, y desmintió que sus capacidades visuales fueran malas.

Jueves, 30 de Agosto de 2018
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Fotos: Jorge Gutierrez / Mediamendoza.com

30/08/2018. El juicio que evalúa la muerte de Genaro Fortunato, ocurrida el 9 de septiembre del año pasado, inició su etapa final. Fernando Guzzo, el fiscal de la causa, disertó hoy ante el tribunal y entregó un devastador alegato contra Julieta Silva, durante el que -con duros términos- recordó las inconsistencias del relato de la imputada, sus negativos rasgos psicológicos y sus [buenas] capacidades visuales.

Guzzo inició su disertación reafirmando la validez del recientemente agregado agravante por relación de pareja a la imputación de Silva, razón por la que el abogado defensor, Alejandro Cazabán, lo acusó de “querellante” y sobre quien remarcó su “ignorancia supina del derecho proceso penal”. “Lejos de constituir un agravio, es un merito”, respondió el fiscal respecto a su presunta condición de "querellante". Para desmentir la segunda acusación, hizo un largo análisis técnico.

Seguidamente, el fiscal comenzó una profunda deconstrucción del relato de Silva, al que tildó de “mentiroso, falaz y acomodaticio”. Genaro nunca subió al auto -como la imputada había declarado-, inició el fiscal; tampoco se alejó voluntariamente para dejar a la imputada marcharse; el joven corrió al lado del auto y cayó -“por inercia”- de boca sobre el asfalto. Ella, señaló, regresó y lo arrolló dolosa y decididamente.

Guzzo también dudó de las razones que hicieron a Silva salir con su auto en dirección opuesta a su casa, para luego girar en U y “volver a buscar” a Genaro. El punto, dijo, es una “inconsistencia sin sentido”. Otra, continuó, es el "pozo" que Silva aseveró haber sentido de regreso. El auto se levantó, dijo: “Vuelve a fallar la física”. El cuerpo, agregó más tarde, fue arrastrado: “Es imposible que lo haya confundido con un pozo”.

El fiscal también desmintió y restó importancia a la presunta gravedad de los problemas de visión de Silva. Manejaba sin lentes sin problemas, recordó Guzzo; jugaba “de enganche” al hockey, de noche, también sin lentes, y podía ver la bocha “de cinco centímetros de alto” en una cancha de “90 metros de largo”. Y agregó: “Pudo ver [al trapito] haciéndole señas; y estaba más lejos que el cuerpo de Genaro”.

Más tarde llegó el turno de las pruebas psicológicas. El fiscal repasó la dureza de los resultados, tanto de los peritos oficiales como los de la propia defensa: “Antisocial, histriónica, egocéntrica, narcisista; reacciona según sus intereses; pobres frenos inhibitorios, tiene hostilidad reprimida que facilita conductas violentas; es peligrosa para sí y terceros; personalidad inmadura, escasa autocritica, búsqueda de atención, impulsividad, irritabilidad”.

Estos datos psicológicos fueron reiteradamente usados por el fiscal para regresar sobre las actitudes de Silva previas y posteriores al hecho: la forma en que se refería a Genaro con sus amigos, su frialdad, los duros testimonios de su ex marido, la gravedad de la pelea con Genaro en el bar – que impulsó a una testigo a escribir un posteo en Facebook sobre la violencia de mujeres hacia hombres-, la inexistencia del presunto “shock” después de la muerte, entre otras. “Esta es Julieta Silva”, resumió Guzzo en un momento.

El fiscal volvió luego, nuevamente, sobre la relación de pareja entre Julieta y Genaro y aseguró que el hecho de que esté probada e incorporada a la causa implica “igualdad de género”. Si hubiese sido Genaro quien matare a Julieta, aventuró el fiscal, él estaría “preso en penitenciaría, no en prisión domiciliaria”.

Guzzo también aprovechó los últimos minutos de su alocución para hacer un repaso filosófico del justo deber del juez y reflexionó sobre el papel del “morbo” de la sociedad en el asesinato. “Nos preguntamos por qué mató”, dijo. El eje debería ser la propia muerte, agregó, no la causa que llevó al homicidio.

Finalmente, el fiscal aventuró su hipótesis sobre el caso. Silva y Genaro pelearon en el trayecto que separaba el bar La Mona y el vehículo de Julieta. Ella –“enojada, sin frenos inhibitorios”- decidió terminar con su vida con un medio idóneo: su auto. Por esta razón última, el fiscal pidió 14 años de prisión para Silva y su traslado a una penitenciaría, revocándosele así el beneficio de la prisión domiciliaria. No obstante, Guzzo también solicitó que fuese aplicado el atenuante por "emoción violenta", lo que causó sorpresa en el abogado querellante, Tíndaro Fernández. “Silva no tenía ningún motivo para delinquir salvo su ira”, dijo.

El largo alegato del fiscal, de más de tres horas, concluyó con una cita al libro “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago, que narra la historia de una sociedad que se ve sacudida por una peste masiva y contagiosa de un curioso tipo de ceguera; escenario del que Guzzo pidió alejarse como comunidad. “Veamos”, pidió.