13/1/2024

Muchas veces nos hemos referido a este ejemplar ubicado en la vereda de la cuadra del 700 de calle Fray Luis Beltrán; a veces por su destacada presencia como en el año 2015 cuando tuvo su máximo esplendor, con una altura cercana a los diez metros y un grosor de ramas importante, luego por ser protagonista de algún accidente como cuando perdió una de sus ramas más notables cayendo, lamentablemente, sobre un automóvil estacionado allí.

Tiempo después la crisis climática con la falta de agua incluida lo afectó notablemente. Períodos de sequía lo impactaron también; de allí viene el arco que presenta en su base porque debido a la falta de agua se comenzó a consumir internamente en un acto desesperado por sobrevivir y...lo logró.

Las grandes nevadas que tuvimos en el último invierno en la alta montaña permitieron una recuperación de glaciares, que aunque en baja cantidad, sirve para contar con agua este verano y las lluvias se hicieron presente y como resultado vemos nuevamente al ombú en buenas condiciones.

Hace un par de años personal del Inta de Rama Caída lo revisó por si presentaba alguna enfermedad y de esa inspección se determinó que es un ejemplar sano y que lo único que lo afectaba era la falta de agua debido a los factores mencionados anteriormente. Reclamos a la oficina de Espacios Verdes realizados por varias vías no dieron resultado y a pesar de eso el ombú vuelve a destacarse por su gran recuperación.

En el último invierno junto a profesional del Centro de Ingenieros Agrónomos de San Rafael se le sacaron unas muestras para tratar de lograr algún retoño que se pueda plantar en algún lugar seguro donde se desarrolle con los cuidados que un árbol o arbusto, como es este caso, merece continuamente. Veremos si en el corriente año se logra ese cometido.

Esperemos que en el presente se le de atención a la situación de este ejemplar por haber sido plantado hace muchas décadas en una vereda sabiendo que el desarrollo que tiene lo hace lograr grandes dimensiones y sus extendidas ramas pueden afectar a los vecinos que allí viven.

A través de los años ha mostrado tener gran capacidad de resiliencia y a pesar de todo vuelve a resurgir como reclamando su espacio y el derecho a existir y por eso tenemos que ayudarlo por su bien y por el nuestro por los beneficios que nos otorga constantemente.

Muchos sanrafaelinos sentimos admiración por este ombú, su vida transcurre bajo nuestra mirada, lo hemos visto en su plenitud y en momentos muy delicados pero siempre ha resurgido siendo realmente un verdadero ejemplo de vida.