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San Rafael Día de la Música Jueves, 21 de Noviembre de 2019

Emilce Jacobchuk: ‘La música está en mi ADN, es mi vida´

En el día de la Música dialogamos con una mujer que ha vivido desde su infancia inmersa en ella, la ha hecho su estilo de vida y un disparador para cambiar la de otros.

Jueves, 21 de Noviembre de 2019
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22/11/2019

Los 22 de noviembre se celebra el día de la Música en homenaje a Santa Cecilia, patrona de la música justamente. En ese contexto quisimos homenajear a todos los músicos del Sur mendocino en la palabra de una de ellas, Emilce Jacobchuk.

Desde el vientre de su madre, la música ha estado presente en su vida, de hecho, así la define como “su vida”, junto a sus hijos y a Dios. Reconocida por ser la fundadora de la Orquesta "Alas del Viento", una asociación que permite que niños y jóvenes de zonas rurales y escasos recursos poder acceder a una educación musical de calidad.

Ahora junto a otros músicos también trabaja en un proyecto de una Orquesta Filarmónica, con el fin de continuar dando espacio a los artistas a mostrar su talento y tener un espacio de aprendizaje y crecimiento musical.

“La música está en mi ADN, definitivamente porque mis abuelos en Europa y toda su familia eran muy buenos coreutas y directores de orquesta en Ucrania. Toda la familia de mi papá y de mi mamá han estado en contacto con la música” comenzó diciendo Emilce.

“Mi infancia era lunes ensayo en la casa de tía Raquel, martes ensayo de coro, miércoles trío de mujeres... todos los días tenía alguna actividad relacionada a la música y eso me fue dando un oído armónico, esa estimulación musical temprana que yo tuve desde la panza de mamá, que es lo que ahora aprenden los chicos en la escuela.

Sobre su profesionalización sostiene que siempre estuvo presente, ya desde los 3 años su mamá la hacía cantar con una estricta disciplina, “mamá me hacía cantar todos los días y aprenderme canciones larguísimas, y no me dejaba desafinar una nota”.

Y continuó diciendo “luego estudié en el conservatorio de Bowen, después estudié el profesorado de Música siempre con la tutela de Inés Batura, que con toda su sabiduría y capacidad me fue orientando".

Respecto a los inicios de “Alas del Viento” destacó, “yo me dedicaba a la dirección coral más que nada y luego un día mi hijo empezó con una cuchara y una espumadera a decir que quería a tocar el violín, hasta que le compramos uno de juguete, y como veíamos que su pasión continuaba y eso no pasaba, dije voy a ayudarlo. Entonces empecé a juntar a sus amiguitos y así comenzó a gestarse Alas del Viento, que me dio el impulso de estudiar más y no quedarme solo como maestra de escuela”.

Su labor en la orquesta la llevó a convertirse en Abanderada de la Argentina Solidaria, un galardón que otorga Canal 13. A través de la asociación Alas del Viento, además de los talleres de instrumentos, la orquesta les ofrece un espacio de contención para el desarrollo de su formación integral con un programa de estudio estable, los niños y adolescentes pueden proyectar su educación a Nivel Terciario y Universitario, a fin de formarse como docentes o licenciados en instrumento. De este modo, pueden tener una salida laboral que les permita alcanzar la promoción social.

Sobre el proyecto Alas continuó diciendo, “necesitábamos llevar un profesor de violín a Alvear, repartí mil volantes y a nadie le interesó, hasta que dije me voy a ir a la finca, donde realmente estuvieran interesados. Así se fue armando un grupito con chicos de Bowen y de San Pedro del Atuel”.

“Desde ahí siempre nuestra misión es lograr en los niños una promoción social, su promoción, es decir que no quede en el mismo lugar que queda su familia. Nosotros venimos con un mandato, tenemos un apellido que nos pesa y una historia que vamos a construir. La idea es que podamos emerger, evolucionar y darles las herramientas para que tengan un futuro mejor y próspero para alcanzar objetivos y nuevas metas sobre todo a partir de la educación emocional, espiritual y musical artística”.

Recordó que la orquesta empezó con tres flautas dulces que llevaba en su mochila, las clases las daban debajo de un árbol y como no tenían pizarrón, hacían los pentagramas y notas en la tierra. “Pasábamos fríos y calores terribles, pero la gente nos fue ayudando de distintas maneras con rifas y donaciones y cuando se empezaron a ver los frutos, la gente empezó a ayudar más”, agregó.

Emilce lleva 14 años de trabajo ininterrumpidos al frente de Alas, “como todo proyecto social, tiene un ciclo, hoy aquellos chicos que comenzaron en el 2005 con 10 años, algunos ya están casados y otros se han sumado como profesores. Ellos son nuestra piedra fundamental, llega un nene nuevo y ellos ya saben cómo se debe empezar a trabajar con él, porque ellos ya estuvieron en esa situación”.

Ahora la directora está en pleno trabajo junto a otros destacados músicos en un proyecto de orquesta filarmónica, “estos proyectos se van dando a partir del crecimiento que tienen las orquestas, hay varios profes que no tienen donde tocar y donde consolidarse para hacer música. El crecimiento orquestal que va dando este proyecto va dando más músicos y qué hacemos con todos ellos”.

“Siempre nos pasó que los mejores músicos se van o se dedican a otra cosa, entonces ha llegado el tiempo en el que nosotros tenemos que darle respuestas a los niños que están estudiando a las familias que invierten en la educación musical de sus hijos y a los chicos que tiene sueños y no se quieren ir de acá. Formamos las orquestas infantiles, preparamos los nenes ¿y ahora?".

Llegando al final de la entrevista, Jacobchuk se refirió a lo que significa la música en su vida. “Para mí la música es oxígeno, yo soy fibromialgica a veces paso días malos porque tengo de la peor, pero la música siempre es un refugio, es energía, es sonido y es algo que nos atraviesa y en especial esta música orquestal sinfónica que no necesita de palabras, va directo al corazón. Es una herramienta poderosa y junto con Dios y a mis hijos es mi vida”.

A otros músicos aconsejó que “nunca aflojen que no bajen los brazos, nosotros tenemos que concientizar a la población en que este es un trabajo como cualquier otro. Que tenemos que cargar combustible, pagar clases carísimas, capacitaciones, como está tan relacionado con el disfrute o lo lúdico no se le da la importancia que tiene para nosotros”.

“Yo lo que puedo decir es que no hay que abandonar nunca la lucha por nuestros sueños, debemos seguir adelante más allá de la fuerza que tengamos con esfuerzo”.