Buscando un Fútbol de Jerarquía

10/01/2020

Muy interesante y preocupante el contenido de la nota del 09-01-2020 titulada “Difícil momento para Huracán de San Rafael” debido a razones económicas donde se muestra el padecimiento que deben sobrellevar los dirigentes de los clubes departamentales de Mendoza y que son los mismos que los del resto de las provincias argentinas.

Todos sabemos que la base de esos problemas se debe al centralismo unitario de la dirigencia que maneja el fútbol nacional; reflejado en los privilegios de los autollamados “Superliga” y que ampara a los veinte equipos más poderosos de la Argentina; con el poder que se les permite desde las dirigencias de fútbol de las ligas provinciales y departamentales que sufren esa discriminación constante.

Como culpables de esas diferencias podemos distinguir a los siguientes: a) representantes de los clubes autodenominados de “primera” (dirigentes de los veinte clubes principales de la superliga) y b) los representantes de los clubes mal llamados del “interior” (término discriminatorio y que se puede asociar a “de segunda”  “de tercera” o “cuarta categoría”); entre ellos tenemos a los clubes de la liga sanrafaelina de fútbol.

Si analizamos la responsabilidad que tienen esos grupos, se podría decir que los representantes de los clubes de la “Superliga” defienden los privilegios y beneficios que se ganaron en la historia y como hacen los grandes comerciantes llevan siempre el “agua a su molino”; ahora, si analizamos al otro grupo, tal vez nos demos cuenta que la mayor responsabilidad de este desequilibrio los tienen los dirigentes de las ligas provinciales de fútbol, las departamentales y el Consejo Federal de la AFA que no hacen nada para jerarquizar a los clubes que participan en las ligas de cada rincón del país.

Canchas vacías o con 200 espectadores vemos en el campeonato sanrafaelino, en algún clásico puede llegar a 2000. Muy lejos quedaron los campeonatos de la década de los "60 o ´70 en los que se veían estadios llenos, con estacionamientos de vehículos hasta 3 o 4 cuadras alrededor de cada cancha, un Pedal-Huracán en San Rafael o un Independiente Rivadavia-Gimnasia y Esgrima en Mendoza o un Talleres-Belgrano en Córdoba eran acontecimientos de primerísimo nível que creaban grandes espectativas en sus respectivas ligas.

¿Qué pasó desde entonces hasta estos momentos en que equipos como Huracán desisten de participar de torneos superiores? En mi humilde opinión considero que los representantes de cada club, liga departamental o provincial, junto con el Consejo Federal de la AFA no han estado a la altura para saber defender los intereses de este deporte porque han visto a los clubes que les pertenecen como que son “partener” de baja categoría de los caprichosos torneos que la AFA diseña para que se entretengan los “clubes del interior” mientras los de la “Superliga” se llevan todos los beneficios de las finanzas y gloria que otorga este deporte a nivel nacional e internacional.

Pienso que esta situación se va a revertir cuando los dirigentes del fútbol de los departamentos y de las ligas provinciales decidan “parar la pelota” y exigir cambios drásticos y notables en sus torneos diseñando campeonatos departamentales y provinciales para que cada año cada provincia tenga un campeón que represente a la misma en un Torneo Nacional que incluya a un representante de la “superliga” en igualdad de oportunidades para que de allí surjan los clasificados a los torneos internacionales correspondientes. Por supuesto que aparecerán los que digan que es una utopía o inviable, pero ese es el pensamiento de este fútbol actual retrógrado que lleva a las que fueron grandes instituciones del fútbol de las provincias a la penosa situación económica actual. Sólo un revolucionario cambio en las reglas de juego hará posible que volvamos a tener campeonatos departamentales de jerarquía y para ello debemos ser representados por autoridades que se jueguen por el interés de cada provincia  y terminen con los privilegios de unos pocos que se llevan los beneficios y la gloria del desequilibrado sistema actual. No seamos indiferentes.   

Por Enrique Mario Barrera