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San Rafael Viernes, 2 de Diciembre de 2022

Caso Silvia Chávez: La Fiscalía insistirá con la detención de Albornoz

El juez Sergio González le otorgó el recupero de la libertad a Mauricio Albornoz. Era inquilino de Silvia Zulema Chávez, quien lleva más de 100 días desaparecida.

Viernes, 2 de Diciembre de 2022
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2/12/2022

Pasaron 133 días desde que Silvia Zulema Chávez (72) dio señales de vida por última vez. Desde ese entonces, nada más se supo de ella y las autoridades recién tomaron conocimiento de su desaparición hace un mes, ya que nadie había denunciado su paradero.

La mujer vivía sola en su casa de calle Ecuador 1620, estaba divorciada, no tenía relación con sus familiares y apenas se veía cada tanto con algunas amigas que le habían quedado de sus épocas como enfermera del Hospital Schestakow. Básicamente, se encontraba aislada del mundo que la rodeaba.

Pese a que la investigación, liderada por el fiscal Javier Giaroli, comenzó en desventaja, en menos de una semana todas las pruebas apuntaron hacia la misma persona: Mauricio Gonzalo Albornoz.

El hombre, de 37 años, le alquilaba a la mujer un departamento ubicado en la parte trasera de su domicilio. En los días previos a su desaparición, la septuagenaria lo había denunciado por ruidos molestos y quería desalojarlo. Eso y otros indicios lo comprometieron, por lo que terminó detenido e imputado por el hecho.


Pero Albornoz permaneció menos de un mes detenido en la causa, ya que, este jueves, el juez Sergio González, del Primer Juzgado Penal Colegiado, le otorgó el recupero de la libertad pura y simple.

Fue durante una audiencia celebrada en los Tribunales, que el magistrado rechazó el pedido de prisión preventiva formulado por el fiscal Giaroli y se inclinó por los cuestionamientos de la defensa.

Más allá de eso, el sospechoso permanecerá sujeto a proceso en la causa que lo tiene imputado por homicidio simple y hurto.

Fuentes judiciales indicaron que, pese al revés, el representante del Ministerio Público apelará en los próximos días el fallo del juez e insistirá con que Albornoz debe permanecer tras las rejas.

En ese caso, será un Tribunal Penal Colegiado el que defina el futuro del expediente. Para ese entonces, la causa pasará a la órbita de la fiscal de Violencia de Género, Paula Arana, ya que entienden que el hecho fue cometido aprovechándose de la situación de vulnerabilidad de la mujer y corresponde que sea investigado por esa área especializada.

Fuertes indicios y un crimen sin cadáver

La investigación del paradero de Chávez tuvo su inicio el 1 de noviembre. Ese día, su ex cuñada se presentó en la Comisaría Octava para conocer si había novedades en la búsqueda de la mujer.

Los funcionarios analizaron el nombre de la enfermera en el sistema y verificaron que no había ninguna denuncia sobre ella. Eso le llamó la atención, ya que la hermana de Chávez había asegurado que hizo una presentación judicial días antes.

Esa situación colocó a Lucía Chávez, la hermana de la víctima, como la primera sospechosa, puesto que también se había apropiado de la vivienda en la cual residía Silvia. Por esa casa habían tenido un conflicto y llevaban años sin hablarse.

Pero a las pocas horas Lucía quedó descartada como posible responsable de la desaparición de su hermana. El análisis de su celular, videos que filmó la primera vez que ingresó a la propiedad y varios testigos la beneficiaron.

Fue así que los pesquisas llegaron hasta Albornoz, ya que, cuando profundizaron sobre el trámite sucesorio que había sobre el domicilio de la enfermera, entrevistaron a su abogada.


La letrada explicó que había estado en contacto con Silvia, porque quería desalojar a unos inquilinos que vivían en el departamento trasero de su propiedad. Agregó que había tenido problemas por los ruidos molestos que hacían y que les tenía miedo.

Así, obtuvieron los audios de llamadas que hizo la mujer a la línea de emergencias 911 para denunciar a Albornoz el 8 y 18 de julio. Justamente, la última vez que Chávez fue vista con vida fue el martes 19 de ese mes, cuando visitó a una amiga, y el jueves 21 su celular emitió señal por última vez.

En tanto, Albornoz y su pareja habían abandonado el departamento que le alquilaba a la enfermera el 6 de setiembre y se mudaron a otro domicilio. Cuando personal de Investigaciones fue a detenerlo y allanó esa casa, dieron con dos ventanas de madera que Chávez había mandado a construir para regalarle a un sobrino.

Casualmente, en Facebook se habían publicado para venta esas ventanas desde una cuenta con un nombre falso. Sin embargo, la foto de perfil era de un hijo de Albornoz y los números de contacto en los posteos eran del acusado y su pareja.

Con esos indicios, para el fiscal del caso, Albornoz mató a Chávez después de que la mujer le recriminó por los ruidos molestos durante el día del amigo. Por ese motivo, su celular registró actividad por última vez el 21 de julio a las 17.38.

La hipótesis añade que el imputado descartó el cadáver en un lugar que aún es desconocido, se quedó viviendo sin pagar alquiler ni servicios durante más de un mes y medio y se retiró cuando una amiga de la víctima y el ex marido empezaron a preguntar por ella.

A pesar de las pruebas presentadas, el juez de primera instancia decidió liberarlo. No hizo lugar a la medida cautelar y el sospechoso dejó el centro de detención donde se encontraba.

Fuente: Diario El Sol