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San Rafael Peritos Jueves, 19 de Octubre de 2017

No hay perros detectores de cadáveres en San Rafael: Tomba entrena para ser el primero

Tomba, un can sanrafaelino, rendirá pronto para obtener una certificación internacional en detección de cadáveres.

Jueves, 19 de Octubre de 2017
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20-10-2017. Semanas atrás, Coni, una perra de la División de Canes de la Policía, aceleró el hallazgo de dos sospechosos tras el asesinato del matrimonio Scalia. El sonado caso puso en el tapete sanrafaelino el creciente uso de perros para la resolución de casos judiciales, y su manifiesta importancia.

Tres días atrás, también gracias al uso de perros, fue encontrado un cuerpo en el río Chubut que, se supone, podría ser el de Santiago Maldonado. Con ello, el trabajo canino en casos complejos saltó a la conversación nacional.

En San Rafael, que sí cuenta con tres perros peritos, no hay canes dedicados a la detección de cadáveres. Pero esto está por cambiar.

Enio Tejada, un miembro sanrafaelino de USAR Mendoza —la Brigada de Búsqueda y Rescate Urbano—, está actualmente entrenando a Tomba, un border collie, para que pueda actuar en casos de búsqueda de personas —que se presuman— sin vida.

Tomba, explicó su entrenador, tiene un año y tres meses de vida. Nació en Godoy Cruz —de ahí su nombre— y en estos días está en medio de un período de adoctrinamiento tras el que —en pocos meses, cuando el perro cumpla los dos años— podrá rendir para certificar sus condiciones.

Su entrenamiento, que fue aprobado recientemente, comprende dos o tres jornadas semanales, relató Tejada. Se trata de un “juego de escondidas” para el perro, a través del cual él recibe bonificaciones.

El procedimiento empieza con el otorgamiento de una seña al perro. Con ella, el can emprende la búsqueda. Cuando hay un hallazgo, él se asienta en el lugar y ladra. O, en su defecto, rasca.

A los perros, explicó el entrenador, se los especializa. Aunque existe la posibilidad de que sean “multitarea”, lo aconsejable es que se concentren en una materia: perito; búsqueda de personas vivas o cadáveres.

Tejada entrena a Tomba en el rastreo de cadáveres. Para llegar a este punto, contó, el perro ejercita con muestras otorgada a USAR —por convenio— por un hospital. Pueden ser dientes, pelo, tejidos u otras partes humanas.

El perro, dijo, aprende primero a encontrar señas en tierra. Luego puede pasar al agua. Este es el objetivo de Tejada. En agua, el trabajo del can es similar. Arriba de un bote; nariz apenas sobre el agua, él delimita una zona, en la que luego los buzos pueden sumergirse y buscar.

Según explicó el entrenador, los usuales casos de personas perdidas —ahogadas— en Valle Grande, hacen necesario contar con un perro especialista en San Rafael, que acelere las tareas cuando las circunstancias lo ameriten, sin esperar que los animales sean trasladados desde Mendoza, con las complicaciones y atraso que esto implica.

Tejada sostiene que los casos rimbombantes en los que hay intervención canina aumentan el interés, pero no necesariamente debe esperarse a que sucedan para despertar la atención. “Siempre hubo perros; pero tal vez no se les da tanta importancia”, argumentó. “En otros países están a la orden del día y está bueno que en Argentina empiece a usarse más".