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San Rafael Viernes, 29 de Mayo de 2020

Kiosqueros de escuelas y la odisea de sobrellevar estos meses de cuarentena

Algunos ya se hicieron a la idea de que no podrán regresar a abrir sus locales, otros confían en que las clases presenciales puedan regresar luego del receso invernal y quienes los tienen fuera de los establecimientos buscan la manera de reinventarse para atraer nuevos clientes.

Viernes, 29 de Mayo de 2020
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29/5/2020

En todas las escuelas hay kioscos o buffets que generalmente están a cargo de personas que ganaron una licitación para tener la concesión de los mismos a lo largo del año. En ellos además de habitual merienda para los chicos, también se ofrecen bebidas, fotocopias, entre otros menesteres.

Con la medida de aislamiento y la suspensión de clases se vieron obligados a cerrar sus kioscos o buffets y descartar por completos los ingresos que esto les representaba mes a mes. Y si bien al principio se creyó que era una medida por sólo un par de semanas, con el correr de los días se fueron desengañando de que esto “venía para largo”.

La mercadería que habían comprado, en algunos casos pudieron devolverla y en otros tuvo como destino el consumo de la familia, ya que muchos de estos trabajadores se quedaron con un importante stock considerando que los chicos concurrieron a sus escuelas solo un par de semanas.

También sufren los avatares de la pandemia aquellos kioscos y casas de fotocopias periféricos a los establecimientos educativos. Tal es el caso de Cecilia, que tiene su kiosco en avenida El Libertador y Barcala.

“La verdad que esta situación nos golpeó a todos, nunca esperábamos que se cortara todo tan de repente. De un día para otro tuve que cerrar el kiosco y recién ahora hace dos semanas volví a abrir” contó.

No obstante afirmó que las ventas no son las mismas, dado a que su público principal son los alumnos de las escuelas Normal y Comercial que se encuentra en esa manzana y de la Universidad Champagnat.

“Se nota muchísimo la falta de los estudiantes, yo trabajo mucho con las escuelas. Así que es un gran porcentaje que hemos perdido, ahora alguien a veces para a hacer una compra pero no es el mismo movimiento” agregó.

Sobre la situación en su hogar contó que “afortunadamente yo tengo el apoyo de mi esposo que el sí tiene su sueldo y hemos subsistido con eso. Porque acá tengo prácticamente cero ingresos, sólo gasto, impuestos que pagar, pero con lo poco que se vende se va juntando para ir poniéndonos al día”.

Respecto a la mercadería afirmó “tuve que arreglar con los proveedores para ver cómo podíamos hacer, ver qué posibilidad había de que ellos me pudieran cambiar todo lo que no estaba abierto, ellos me daban una nota de crédito y así fui zafando”.

Y cerró diciendo "estamos remándola cómo se puede, pensando qué otra cosa podemos agregar, por ejemplo el café con la tortita. Hay muchos locales que se han ido reinventando, asique tendremos que optar por lo mismo”.