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San Rafael Entrevista Viernes, 19 de Febrero de 2021

‘Cuando preguntaban que quería ser cuando fuera grande, yo siempre decía bailarín‘

El eximio bailarín Nelson Flores asegura que no concibe la vida sin la danza, una pasión que lo acompaña desde pequeño. "A bailarla siempre" es su leit motiv y la música y el ritmo sus combustibles de vida. 

Viernes, 19 de Febrero de 2021
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21/2/2021

Asegura que la danza llegó a su vida desde antes de nacer, y que la pasión por el ritmo corre por sus venas. Es un eximio bailarín y uno de los precursores en San Rafael que con su talento formó a cientos de bailarines que hoy son docentes en diferentes estudios de danza o triunfan en Buenos Aires u otras partes del país.

Nelson Flores es un convencido de que la vida se vive mejor bailando y contagia esa energía a sus alumnos que lo siguen donde quiera que de sus clases. Ahora en la plazoleta del Tango del parque Hipólito Yrigoyen, una oportunidad para aprender, divertirse y al aire libre para preservar la salud en torno a la pandemia que nos toca atravesar.

Dialogamos con él sobre su pasión, su trayectoria, su presente y mucho más.

¿Cuándo se despertó la pasión por la danza?

Yo diría desde la panza de mi madre, a mis papás les encantaba ir a bailar y mi mamá iba embarazada y después cuando me tuvo a mi siempre me llevaban, porque antes no era como ahora que dejas los chicos con alguien. En ese entonces te llevaban hasta con el moisés (risas). Ellos iban a los carnavales locos de pedal y habían competencias y a ellos les encantaba ir a bailar.

Después mis inicios en la danza comenzaron con folklore con nuestro querido Rosato que se nos fue hace poco, luego hice algo de español con Las Romeras y después de grande me fui a Buenos Aires, donde hice el profesorado de Danzas y estuve en varios espectáculos.

¿Cuáles?

Estuve en un espectáculo de comedia musical con Pepe Cibrián y en Buenos Aires arranqué en gimnasios, fui unos de los primeros en fusionar el baile con la parte deportiva y ahí empezó lo que era la aeróbica.

Yo iba al gimnasio de María Amuchastegui y ella me llamó para participar en su programa “Buen día María”, de ahí ya me largué más a la parte de espectáculos, presentaciones en boliches, shows. Hasta que me agarró la hiperinflación de Alfonsín y quedé muy golpeado, terminé prácticamente en la calle, viví tres meses en la calle, pero no dejaba de pagar mis estudios y un equipo de música que estaba pagando que iba a ser mi herramienta de trabajo. Asique lo que ganaba iba derecho para pagar el equipo.

¿Y después te volviste o te quedaste mucho tiempo allá?

Allá empecé a hacer muchos shows sobre todo en boliches, pero después empecé a extrañar asique decidí volver a San Rafael.

¿Cuánto tiempo estuviste allá? ¿Qué hiciste cuando llegaste a San Rafael con todos tus conocimientos?

Me fui a los 17 y estuve hasta los 22 o 23 años y me volví. Cuando llegué yo venía con el firme propósito de que avanzara la danza acá, entonces empecé en el gimnasio de Norma Salonia que me dio un espacio para dar clases.

Y fue toda una revolución, yo venía de pelo largo, aritos y usaba calzas, y la verdad que era un bicho raro (risas), pero después la gente se fue acostumbrando, y se fue enganchando en mi locura. Así fue que se fueron armando más turnos y armé un grupo para competir, tuvimos muchísimos logros en aeróbica de competición.

Me otorgaron los premios Atlas, que después le llamaron los premios Alas que era para los deportistas destacados y a mí me premiaron en la parte aeróbica.

Y después me tiré más por la danza, estuve en muchas Vendimias como coreógrafo y siento que fui un revolucionario porque a través de un proyecto que se presentó por aquel entonces, se les empezó a pagar a los artistas, ya que antes lo hacían ad honorem.

Sin dudas has sido un precursor y formador en la danza en nuestro departamento...

Si, tengo el orgullo de que hoy muchos de mis alumnos tienen sus estudios de danzas o triunfan en Buenos Aires y en otras provincias. Siempre me dan esas satisfacción de verlos como han triunfado tanto en la danza como en Educación Física, ya que después también me formé como profesor de Educación Física.

¿Hay chicos que empezaron con vos que han llegado a estar en programas como el de Susana o Tinelli?

Sí y mirá lo que me pasó una vez, yo había adicionado en Mendoza solo y con el ballet para el Bailando por un sueño, y después de eso me fui de gira con otros bailarines por el país y tuve un problema de salud gástrico asique tuve que volverme y me internaron. En ese momento me llama el Chato Prada que había sido seleccionado me quería morir intenté irme del hospital, pero realmente estaba muy mal y con mucha anemia.

Entonces fue uno de los chicos míos, Ezequiel López que en ese momento bailó con Flavia Palmiero, y bueno también trabaja allá muy bien y también estuvo como coach Enrique “Quique” Pérez, y otro ejemplo es Ana Cuello que trabaja en el circo de los hermanos Servian. 

¿Cuántos años de trayectoria son ya?

Son ya 33 años de trayectoria contando desde el momento que empecé a dar clases en el 88, pero llevo toda una vida bailando.

Recuerdo que cuando era chico en la escuela nos preguntaban que queríamos ser cuando fuéramos grandes todos decían que querían trabajar en el banco o ser policía y yo decía que quería ser bailarín. A mi esta profesión me ha dando tantas satisfacciones.

¿Cuál es el ritmo o danza que más te gusta?

El tango me encanta, más bailarlo que enseñarlo, porque es una danza tan linda que ahora lamentablemente no se puede practicar, y después la salsa y bachata enseñarlo y bailarlo es tan lindo tan divertido.

Antes me gustaba la danza jazz, di muchas clases de eso, pero ahora estoy más con salsa y bachata. Tengo un grupo en San Luis al que le paso coreografías y voy a darles master class o talleres de vez en cuando.

¿Dónde das tus clases actualmente?

Con esto de la pandemia es complicado alquilar porque estamos en esta situación tan rara que nunca hemos vivido, estábamos en el gimnasio y tuvimos que cerrar, y la verdad que uno teme alquilar un espacio y que debamos cerrar porque no podamos responder con el alquiler.
Por eso tomé la decisión de dar mis clases en la plazoleta Tango que me la cedieron, que además es una plazoleta muy importante para mí, porque la inauguraron mis tíos Amun Sol y Ángel Flores.

Ahí estoy todos los días de 18 a 21.30 en distintos grupos y son fabulosos. Es tan lindo que la gente venga a agradecerte por el espacio que uno les da, tengo gente jubilada que necesitaba hacer las clases porque estaban deprimidos o cansado de tanto estar encerrados.

¿Proyectos?

Me llamaron de parte de la organización de los carnavales artesanales de Lincoln (Buenos Aires) para que les haga la coreografía de entrada de la comparsa, asique a partir de abril empiezo a ir para allá para trabajar en eso, en la coreografía de presentación del espectáculo.

Mi proyecto es pasarla bien, con amigos, divertirme, esto de la pandemia ha sido muy difícil para mi que soy tan amiguero e incluso hasta ahora que todavía no se pueden hacer eventos.

¿Y bailar hasta cuando?

Bailar siempre... a bailarla siempre, eso les digo a mis alumnos cuando cierro los mensajes.

A nivel profesional nuestra carrera es corta, por la parte física, hay cosas que hoy la cancheriamos bailando y que antes era la parte física la que nos permitía hacer cosas. En mi caso hoy hacer un salto carpado no sale, por más que uno lo intente hacer y la cabeza te diga que lo hiciste, ya no se puede.