Coni: La perra heroína de la que todos hablan

Fotos: Jorge Gutierrez / Mediamendoza.com

01-10-2017. Uno de los hechos destacados, suscitados tras el atroz homicidio del matrimonio Scalia —ocurrido durante el pasado fin de semana— fue la rápida intercepción de los sospechosos. Esta proeza fue posible gracias a Coni, una perra de la división de Canes de la Policía, cuyo trabajo ha sido ampliamente celebrado, proporcionándole una fama instantánea y sorpresiva.

Coni es una pointer de tres años de edad, contó la oficial María Quiroga, una de sus entrenadores. La perra nació en San Rafael y luego fue enviada a Mendoza, donde —bajo el procedimiento estipulado para los perros seleccionados como peritos olfativos— le fue otorgado su nombre y una matrícula identificatoria, y donde hizo sus primeros entrenamientos. Más tarde fue asignada a San Rafael. Y actualmente vive y ejercita en la sede de Canes —ubicada en la Isla del Río Diamante—, sitio en donde convive con otros dos peritos —uno de los cuales ya está retirado, por disposición veterinaria— y con cerca de 20 perros de guardia.

El adiestramiento de Coni y de sus compañeros, explicó Quiroga, es diario y comprende un procedimiento que podría resumirse como Estimulo-Respuesta-Premio. Esto es: se les ofrece una seña, se evalúa su respuesta y, en base a ésta, se les otorga una recompensa. “Les enseñamos a través de juego; uno canaliza la instrucción a través de lo que al perro le gusta”, relató la auxiliar Andrea Díaz, otra de las guías.

Este entrenamiento educa la excepcional capacidad olfativa de los perros. Los pointer en particular tienen incluso más células olfativas que el promedio canino, que se ubica en el rango de los cientos de millones. Los humanos, en comparación, tenemos alrededor de cinco millones. Estas atribuciones biológicas formidables permiten que los canes capten un “mundo oculto”. Pueden percibir olores con una minuciosidad sorprendente e incluso descifrar nuestros estados de ánimo, en base a lo cual crear un registro que perdura años o décadas. “Hay efectivos que los entrenan y después son trasladados; pero cuando vuelven los perros se acuerdan de ellos perfectamente por sus olores”, ejemplificó Díaz.

Luego de años de pruebas empíricas, las pericias olfativas de los perros son anexadas a los expedientes judiciales con validez concreta. No por ser aportadas por animales son menospreciadas. Tiempo atrás, relató el oficial principal Sebastián Ponce, un abogado quiso montar la defensa de un acusado basándose en una subestimación del trabajo de un perro perito. El juez ordenó una prueba. El resultado fue, una vez más, positivo, y la estrategia del defendido se cayó. Este caso, un punto de referencia para el Cuerpo de Canes, dejó en claro la importancia de sus actividades en la resolución de encrucijadas judiciales.

Con el caso Scalia llegó otra condecoración para la división. El trabajo de Coni fue tan eminente que, entre los efectivos, se vivía un ambiente de exaltación. Incluso la fiscal, comentaban, no salía de su asombro.

Es esta ocasión, Coni tomó como muestra dos pisadas encontradas por Policía Científica. “Cuando toma las partículas el proceso es inmediato, y no hay posibilidad de fallo. Te va exigiendo que la sigas; hay una comunicación a través de la correa”, explicó la auxiliar Díaz, mientras Coni le apoyaba sus patas sobre el pecho con su cola agitándose frenética, pidiéndole caricias. “Son perros de trabajo; tienen una disciplina. Pero eso no les quita el cariño”, comentó Quiroga, que miraba la escena.

“Es un trabajo muy bonito”, resumió la entrenadora mientras le recorría la espalda a Coni con sus manos. “Esto es lo que lo hace especial”.