Tras la partida de Jorge Simonassi Lyon, su esposa e hijas decidieron continuar con el proyecto que él tanto amó. Dialogamos con Florencia y Renata, sobre la historia de esta bodega familiar, el presente y los proyectos.
Fotos: Jorge Gutierrez / Mediamendoza.com
29-10-2017. Simonassi Lyon es una bodega familiar como tantas otras que hay y supo haber en nuestro departamento. Nació en el año 1983 de la mano de Jorge Simonassi Lyon y Silvia Romano, un matrimonio que apostó por la industria.
Tras la partida de Jorge, hace cuatro años, Silvia y sus hijas Florencia y Renata, supieron que el legado debía continuar vigente, por muchas razones, pero principalmente en memoria de aquel proyecto ideado por don Simonassi Lyon, que se convirtió en esa bodega de Rama Caída que lleva su apellido.
Recientemente estas tres mujeres luchadoras, junto al grupo de trabajo que las apoya día a día en este proyecto de continuidad, presentaron su nueva línea de vinos denominada Pokhara, en sus tres varietales: Malbec, Chenin y Bonarda.
Para conocer más sobre esta bodega con más de 30 años de historia y los nuevos proyectos, dialogamos con las herederas, Florencia y Renata Simonssi.
“Mis papás comenzaron con la idea de instalar esta bodega y entre el ’83 y el ’85 lograron materializarla. Siempre fue una bodega familiar, en algún momento tuvo asociados, pero siempre predominó el hecho de ser familiar” comenzó diciendo Florencia, la menor de las dos hermanas.
Ella es Diseñadora Gráfica, y luego de obtener su título viajó a Barcelona, donde vivió por varios años hasta el fallecimiento de su padre cuando decidió regresar. Renata, su hermana en ingeniera industrial, luego de recibirse trabajó por unos años junto a su papá y luego se fue a Mendoza y más tarde a Buenos Aires, donde trabajó en una importante bodega. Pero movilizada por Florencia y Silvia también decidió volver a San Rafael para apostar por la bodega de la familia.
“Si bien siempre estuvo la posibilidad de seguir con la bodega, mis papás nunca nos impusieron nada, sino por el contrario, nos dieron libertad para seguir nuestra vocación, de hecho tuvimos la oportunidad de abrimos, Renata estudió Ingeniería Industrial y yo Diseño Gráfico” agregó Florencia.
Los años pasaron y ambas recuerdan con brillo en sus ojos esas tardes que pasaron en la bodega, gran parte del tiempo jugando y la otra aprendiendo sobre aquella pasión que amaba de su padre.
“De chicas vivíamos en Los Claveles, pero como íbamos en la mañana a la escuela a la tarde estábamos siempre acá (en la bodega). Los operarios nos tenían una paciencia bárbara y la siguen teniendo (risas). En ese momento encapsulábamos o nos daban las tareas más sencillas, pero también nos mandábamos alguna macana a veces (risas)”.
Tras la decisión de continuar con la bodega, tanto las hermanas, como Silvia empezaron a tomar algunas decisiones respecto a la conducción y manejo de la empresa, siempre amparadas por los empleados que trabajan allí desde siempre, y no dudaron en apoyarlas para seguir adelante.
“El equipo que tenemos ahora es con el hemos trabajado desde siempre, se han ido incorporando algunos, pero siempre fue grupo reducido de no más de 15 personas. Es una bodega de baja producción, y si bien en su momento hasta se exportó, siempre fue con el mismo equipo” contaron.
“Yo me hice cargo de la finca que era de lo que más se ocupaba mi papá”, agregó Florencia. “Tenemos una persona que lleva 30 años trabajando en la bodega y en la finca, y ahora tiene que tratar con nosotras y comenzar a trabajar con las nuevas ideas que podemos aportar”.
Respecto a la nueva línea de vinos lanzada recientemente Renata destacó “es la primera que tenemos con Flor y sin papá, se llama Pokhara, es una línea fresca y sin madera que tiene poca intervención por parte nuestra. Hicimos las tres variedades que tenemos en la finca Chenin, Bonarda y Malbec”.
“El concepto de la línea, es referido a la finca que es una guerrera y se aguanta todas las inclemencias climáticas y a su vez un poco haciendo referencia a nosotras tres, ya que junto a mi mamá, estamos trabajando para continuar con la bodega. Entonces buscamos un nombre de fantasía que representara a una guerrera y nos pareció Pokhara un buen nombre” explicó Florencia.
El concepto de la imagen de etiqueta fue producto de la artista Laura Iriarte, quien diseñó a la guerrera aborigen y la dibujó con tinta china para luego digitalizarla y materializarla en las tres etiquetas que tiene esta exquisita línea de vinos jóvenes.
“Siempre trabajamos con vinos amables, pero tuvimos algunos en lo que se incorporaba la madera, vinos de reserva con barricas de roble. La idea con esta nueva línea también fue orientarla a un público joven”.
Renata y Florencia contaron que por el momento estos nuevos vinos sólo se consiguen en la bodega sita en el kilómetro 657 de la ruta nacional 143. Se trata de una edición limitada de mil cajas. No obstante detallaron que se está trabajando en reactivar los canales de comercialización, “una tarea que papá hacía muy bien, a él lo conocían todos” contaron.
Respecto a la próxima cosecha, Florencia agregó que se trabaja la viña con cuidado, dedicación y “sobre todo con mucho respeto, son viñedos de más de 90 años, que siempre han sido muy nobles”.
Llegando al final se refrieron a los proyectos y desafíos que planean para darle su impronta y sello a la bodega.
“Aún tenemos que reestructurar un montón de cosas, pero de a poco. Ahora queremos incorporar la parte de turismo que la verdad no la hemos explotado nunca. Tenemos venta al público, pero queremos hacer una visita y que no sea la clásica sino más bien una experiencia con la posibilidad de que los turistas armen su propio corte. Y estamos viendo la posibilidad de presentar la línea en la Fiesta del Turismo y el Vino”.
Finalmente agradecieron a todas las personas que las apoyaron en esa iniciativa “la familia, los amigos que siempre nos apoyaron, Raúl que es el jefe de planta y nos enseña muchísimo junto a Gabriel, el enólogo y a todas las personas que trabajan aquí en la bodega. Realmente sin todo el apoyo de todos ellos hubiese sido imposible seguir adelante” sintetizó Florencia.