El reciente desembarco de IDM ha instalado en el departamento esta tendencia mundial. Los desafíos y el futuro.
28-10-2017. Un moderno edificio ubicado en la primera cuadra de la calle Lencinas es el epicentro de la explosión local del diagnóstico por imágenes, una tendencia creciente en la salud mundial que lidera el avance tecnológico en la medicina. Ese es punto de desembarco de IDM, un instituto especializado en la toma y examen médico de imágenes.
La particularidad IDM es que agrupa, por primera vez en San Rafael, varios métodos de imagen en un mismo lugar y con tecnología de punta: radiografía, tomografía, ecografía, resonancia, y mamografía.
La importancia de esta disciplina en el campo médico es vital, explicó el doctor Alberto Eztala, ideólogo y emprendedor detrás del proyecto. Un diagnóstico preciso requiere, imprescindiblemente, una observación previa minuciosa. El avance de la tecnología ha hecho posible un creciente perfeccionamiento en la obtención de imágenes exactas. Esta es la ola que IDM ha traído al departamento.
“En fumadores, por ejemplo, no se hace más placa de tórax, porque cuando se ve la placa ya es tarde para tratar un tumor”, ilustró Eztala. "Hoy se hace una tomografía, que permite detectar tumores muy chiquitos, que para tratarse a veces no requieren quimio”.
Otro tanto se ha logrado en el terreno de la obstetricia. Inicialmente, con la ecografía, se podía ver el bebé en dos dimensiones. Después, con los ecógrafos 3D, se pudieron ver las caras; pero únicamente a través de un “barrido” sobre el útero: la computadora —luego— construía la cara. Después llegaron los ecógrafos “4D”, que permitían ver la imagen del feto en tiempo real.
Recientemente, IDM ha incorporado un equipo “5D”, que también discrimina los colores del propio bebé, del líquido amniótico o de la placenta. Le da profundidad a la imagen. Esto permite que los profesionales puedan analizar con precisión el desarrollo del niño. Se puede determinar una formación de labio leporino, por ejemplo, o hacer una resonancia intrauterina, durante el período de gestación.
La iniciativa de traer estas innovaciones a San Rafael respondió a una “necesidad”, explicó Eztala: “El departamento necesitaba algo más importante”.
Según dijo el galeno, el desarrollo de IDM fue entonces diagramado en base a tres pilares. El primero es la infraestructura. El edificio del instituto fue planeado especialmente para albergar instalaciones médicas, acordes a las regulaciones del Ministerio de Salud. Fue diseñado para contar con una poderosa iluminación natural, espacios y escaleras amplias, e incluso un ascensor camillero especial.
El segundo pilar, contó Eztala, es la tecnología. “Nos corre”, declaró. “Si estamos manejando muy bien un equipo significa que ya es viejo; hay cosas nuevas saliendo todo el tiempo”.
El último pilar es la capacitación médica. Actualmente, dijo Alberto, la especialización es fundamental porque “cuanto más especializado sos, menos te equivocás”. “Antes el radiólogo hacía todo”, relató. “Hoy, es distinto, hay ultrasonido, resonancia magnética o rayos gama”. Para abarcar todas estas ramas, el instituto ha hecho una inversión extra destinada a la contratación de especialistas para cada una. “Somos pioneros”, aseguró.
Pese a los avances, el camino no siempre está despejado, afirmó Eztala. Uno de los problemas es mayormente cultural. Muchos desconfían de la salud local y buscan soluciones externas, a veces injustificadamente, dijo. “El de Alvear y Malargüe viene a San Rafael. El de San Rafael va a Mendoza. El de Mendoza va a Buenos Aires. Y el de Buenos Aires se va a Estados Unidos”, ejemplificó.
En contraposición, Eztala cree que San Rafael tiene hoy un nivel médico “similar a Mendoza”. “El 95 por ciento de las situaciones se pueden resolver en el departamento”, argumentó. El porcentaje restante, comentó, responde particularmente a casos en que la “casuística” es baja, cuyunturas que son muy poco comunes y no ameritan la presencia de un médico especialista asentado localmente.
Otros impedimentos corresponden a las obras sociales. Muchas, dijo, mandan a los pacientes a otros lugares sin considerar que los mismos estudios o tratamientos requeridos se pueden hacer en San Rafael.
Esta encrucijada está dejando al Sur de Mendoza “sin recursos: menor tecnología, menor infraestructura y menor capacitación”, según Eztala. Por esto, afirmó , “la economía crece irregularmente: la capital avanza a costa de otros lugares”. "Si el dinero para salud lo gastamos en el Sur de la provincia, es una forma de crecer”, explicó. De lo contrario, se provoca “un daño a los tres pilares: tecnología, infraestructura y capacitación”.
No obstante, Eztala se muestra optimista. “Creo que nosotros, muchos médicos en San Rafael, nos hemos dado cuenta de que la gente iba a Mendoza porque San Rafael no le ofrecía lo que ellos querían: eso es lo que estamos cambiando, y lo vamos a cambiar en forma definitiva”.
En sus 20 años dentro de la medicina local se han dado pasos importantes, dijo el radiólogo ulteriormente, y aunque tal vez no sea él quién vea los resultados definitivos, reconoció, el departamento y el Sur van por el buen camino. “Soy un agradecido a San Rafael”, aseguró. “Si naciera de nuevo, volvería a hacer lo mismo”.