de

San Rafael Entrevista

‘Día a día entrego mi alma al agarrar un pedazo de barro‘

Lucas Méndez descubrió la alfarería y se convirtió en su pasión. Cada trabajo que realiza con gran dedicación es una pieza única que lleva un poco su alma. Te invitamos a conocerlo.

Viernes, 12 de Febrero de 2021

14/2/2021

Lucas Yamil Méndez, es un joven artista de 29 años. Asegura que toda su vida estuvo conectado con el arte, ya que desde pequeño concurría junto a su hermana a escuelas artísticas.

Por mucho tiempo se dedicó a la música y hace unos 6 o 7 años descubrió la cerámica y el oficio de la alfarería, de la mano de Marta Muller, del que asegura haberse enamorado.

Actualmente, se dedica a la cerámica indígena. Vive en el hermoso pueblo de Villa 25 de Mayo junto a su compañera de vida. Allí tiene su taller al que ha denominado “Ama barro y fuego” donde tiene una producción de ollas, tinajas para vino y demás utilitarios.

Lo visitamos en su taller y nos contó todo sobre el oficio, sus comienzos, sus proyectos y mucho más.

¿Cómo llegó a tu vida este oficio tan ancestral?

Mi vida me llevó al arte, a ser una persona sensible y elegir ese camino. No tenía a ninguna persona en mi familia que haya elegido el arte, hay de diferentes profesiones pero ninguno se había ido por la rama del arte.

Desde chicos con mi hermana nos mandaron a escuelas artísticas y creo que de ahí viene todo. Siempre fui como un bicho raro porque fui el primero de generaciones que optó por algo distinto, y pese a que esto no era “bien visto” quizás como buena salida laboral. Fue un camino que inició desde la música, estuve en diferentes bandas dentro de distintos géneros.

Lo de la cerámica surgió después, yo ya tenía 20 años y cuando estaba con la música había conocido a un maestro que se llama Alejandro Villarroel, el hace instrumentos y fue para mí descubrirme que querría hacer eso, involucrarme más en el hacer cosas con las manos, yo no había usado mis manos en un oficio, para mí fue descubrí que quería hacer eso.

Fue algo mágico, cuando yo descubrí la alfarería, lo poco que tenía lo empecé a invertir en eso en cosas manuales, en una maquinita como el torno, herramientas, que quizás en invertir en ese tipo de cosas nunca lo había hecho con la música, pero sí en esto.

Yo veo que la alfarería tiene muchos caminos, siempre me gustó esa idea del ceramista que busca su arcilla en la montaña, a penas que descubrí que estamos rodeados de arcilla en la montaña, desde que hago cerámica nunca compré arcilla. A partir de eso empecé a hacer un proceso de búsqueda, de investigación de las arcillas locales y ya trabajo hace cuatro cinco años desde que empecé.

¿Dónde te capacitaste?

Mi gran maestra es Martha Muller, es una ceramista que es de pergamino, pero vive hace cinco años en Colonia Elena. Con ella nos conocimos en una situación difícil para ella y yo me encariñé con ella como si fuera una madre.

Ella me enseñó todo el oficio, y fue totalmente distinto aprenderlo con alguien que lo hace porque no queda otra. Aprendí  mucho con ella esto del amor por el barro.

También por esos años, asistí al primer encuentro de ceramistas en La Paz, Bolivia y a varios encuentros del Barro Calchaquí, donde se congregan gran número de ceramistas en San Carlos, Salta. En esos encuentros y talleres pude conocer más sobre la cerámica originaria, indígena, americana, por la que siento mucho respeto y admiración.

Yo estaba tan ilusionado con ser alfarero que me las rebusqué de todos modos para llegar a hacer esto y nunca hubo nada que me frenara o que me hiciera dejar de lado esto que me apasiona. Lo económico nunca fue un freno y pese a que aprendí el oficio a lo pobre porque no contaba con todos los recursos para comprar todas las herramientas, arcilla y demás, siempre decidía darle para adelante.

¿Qué cosas haces?

Hago fuentes, ollas, jarrones, diferentes recipientes, de todo.

¿Dónde los comercializas?

Trato de buscar la forma de que mis productos le lleguen directamente a la persona que compra, siempre pasa que cuando uno los lleva a los regionales, se pierde una parte porque la gente que busca una olla, cuando le pregunta a la persona del regional, le dicen “es una olla”, pero quizás no tienen idea como se elaboró o qué se puede cocinar y cómo.

También está eso del regional que te dicen tráemelo y te lo dejo a concesión, pero eso a mí no me sirve porque yo vivo de esto, hago una olla o dos y vivo de esto. Cuando uno hace algo en serie y en producción continua sí se puede hacer eso.

En mi caso yo voy a la montaña a buscar la arcilla con una bolsa no tengo ni un jeep y voy con una engarilla y me lo traigo, y lo preparo como lo hacían nuestros pueblos originarios, casi no uso esmaltes. Nuestros pueblos originarios pulían y con alguna cera o resina natural los impermeabilizo.

¿Qué herramientas utilizas para trabajar?

Tengo dos modos de trabajar, algunos objetos los hago con el torno alfarero que todos conocen, eso se trabaja con arcilla, pero hay que tener en cuenta que la arcilla es una pero después se le hacen otros agregados como talco, cal, arena porque si no tiene todo esto se parte.

Entonces esa es como la primera parte, la formulación de la pasta. Luego uno elige como las va a hacer. Las ollas yo las aprendí a hacerlas a mano, se agarra un pedazo de arcilla y hacemos el modelado con la parte posterior de la cabeza, y se sigue por tiras y todo el tiempo se acompaña el movimiento en la pierna con un elemento que en mi caso ocupo una cuchara doblada, después por fuera un cuchillo y después se pule con piedras.

Y hay otros elementos que se hacen con un torno.

¿Y tienen diferentes costos?

Si por supuesto, porque de manera manual me lleva mucho más tiempo por ejemplo una olla grande estoy quizás una semana para hacerla, y por ejemplo una docena de vasos se hacen en poco tiempo.

¿Las condiciones del tiempo influyen a la hora de trabajar?

El oficio nos lleva a que debemos estar atento y pendiente de todo lo que ocurre, porque por ejemplo un día de lluvia no puedo ir a la montaña a buscar la arcilla, tampoco un día de mucho calor y el tiempo por ejemplo también influye en el preparado de las arcillas. Un  día lluvioso y húmedo una pieza no se seca nunca y por ejemplo un día de mucho calor tampoco porque se triza.

Después el secado de la pieza se hace en un horno, en mi caso es un horno artesanal hecho por mí.

¿Cómo te contacta la gente?

Tengo Facebook: Lucas Méndez Cerámica, Instagram: Cerámica Lucas Méndez y Ama barro y fuego, que así se llama mi taller.

Hay un eslabón cortado entre el artesano y el consumidor y esa es la gran tarea que debemos tener que es demostrarse porque uno ve un producto de esto y no sabes si se hizo acá, en el Norte o donde.

Creo que las ferias son un lugar propicio para esto, yo voy a las ferias y llevo mi torno para que la gente sepa y vea que lo que estoy haciendo tiene un trabajo enorme y toda una pasión, porque más allá que tenga que venderlo, mi alma está en el oficio.

¿Proyectos?

Ahora estoy haciendo vasijas para guarda de vino estoy trabajando con un enólogo. Son vasijas grandes de 100 y 200 litros para guardar vinos. Un oficio que se perdió, era el tinajero como se conocía en España.

Esto va en consonancia con todo este movimiento naturista, de cocinar en ollas de barro, y lo mismo con el vino que ya se está dejando de lado lo del sabor a roble y todo eso, por eso la guarda en vasijas le mantiene su sabor natural. En Europa se ha vuelto a usar nuevamente esto.

Además me han otorgado horas para dar cerámica en el Municipio y estoy contento porque todo ha sido mérito mío por mi trabajo y no porque alguien me haya recomendado o conozca a alguien.

Mi sueño es revalorizar estas técnicas antiguas, mantenerme en este oficio, donde día a día entrego mi alma al agarrar un pedazo de barro.