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San Rafael

De Buenos Aires a San Rafael en dos ruedas: la aventura en bicicleta de un padre y su hijo

Jueves, 13 de Octubre de 2022

13/10/2022


Pedro y Darío Lungo son padre e hijo. Tienen 65 y 34 años, respectivamente, residen en Monte Grande (Buenos Aires) y el 25 de septiembre se montaron en sus bicicletas y salieron a conquistar la ruta. El objetivo es llegar a San Rafael, un lugar que no es desconocido para ninguno de los dos, ya que durante muchos años vacacionaron en el Sur provincial. La última vez que lo hicieron fue hace 20 años.

“La idea fue de papá, debo reconocerlo”, contó Darío a El Sol, mientras se tomaba un momento para descansar de la travesía. El joven aseguró que su padre se encuentra esperando su ansiada jubilación y, en medio de esa espera, mientras miraba videos por Youtube, se le ocurrió hacer este viaje.

“Al principio lo escuché, lo miré y le dije que no era mala idea”, contó Darío y siguió: “Luego, al ver su insistencia me di cuenta de que iba en serio y la verdad es que no teníamos nada para perder. Los dos trabajamos de manera independiente, plata no tenemos ni vamos a tener, por lo que comenzamos a cranear este viaje que se está haciendo a pulmón”.

La travesía de Pedro y Darío

El “último” gran viaje de Pedro

Tanto el padre como el hijo tienen espíritu aventurero y sienten amor por la montaña. Sobre esa base y gozando de buen estado físico, pese a que Pedro fuma “como chimenea”, según contó su hijo, idearon esta hazaña con los recursos que ellos mismos contaban en casa.

“Las bicicletas ya las teníamos, son muy básicas, los carros los armamos nosotros con los conocimientos de mecánica y electrónica que contamos y el resto lo dejamos en manos de Dios, es decir, la plata jamás nos sobró, ahorramos un poco para este viaje, pero para cuestiones como comida y algo más. Lo importante acá es disfrutar esto que mi papá ha considerado su último gran viaje”, dijo Darío.

Con las bicis listas y las ganas de conquistar la ruta, el 25 de septiembre Pedro y Darío se despidieron de sus familiares con rumbo a San Rafael. “Recorremos entre 40 y 60 kilómetros por día, el viaje no es tan liviano como uno imagina, pero tampoco complicado. Vamos alojándonos en diferentes campings municipales donde dormimos, comemos y, a veces, logramos bañarnos”, aseguró risueño.

El trayecto tiene curvas pronunciadas, caminos tranquilos, pero el mayor inconveniente es el peso que trasladan en los carros.



“Vamos muy equipados porque hemos sido precavidos. Llevamos alimentos no perecederos, carpa, bolsas de dormir, colchón inflable, ropa, herramientas, en total, llevamos unos 30 kilos a cuestas, por lo que tenemos que ir a 10 kilómetros por hora; el martes, el camino estaba tan precioso que lo hicimos en 25 kilómetros por hora y fue lo mejor que nos pasó hasta el momento”, relató Darío que junto a Pedro se encuentran haciendo una parada en Nueva Galia, San Luis.

Entre ida y vuelta, el recorrido incluye unos 2.500 kilómetros. “Esperamos llegar a casa antes de Navidad”, expresó entre risas el ciclista y agregó: “Estimamos que son unos 20 días de ida y 20 de vuelta, más unos más para recorrer el Cañón del Atuel y otras maravillas de San Rafael. Por el momento, los planes se están cumpliendo, hemos perdido tres días, uno por mal tiempo y dos por reparaciones”.



Sobre el cariño que reciben en la ruta, Darío contó que “es increíble la respuesta de la gente". Y detalló: "Desde los camioneros hasta la gente que nos ve en los pueblos, todos se acercan y nos brindan una palabra de aliento, se interesan por nuestra historia y hasta hemos recibido dinero de anónimos. Realmente valió la pena armar esto que, al principio, parecía un viaje alocado, y hoy es lo mejor que nos pasó en la vida. Jamás nos olvidaremos de lo compartido”.



A modo de anécdota, el ingeniero agrónomo, recibido en la Universidad de Lomas de Zamora, expresó: “El martes, llegando a Nueva Galia, nos cruzamos con el intendente del departamento y nos regaló dos noches de alojamiento en un importante hotel de la zona. La verdad es que estamos más que agradecidos, es un mimo para reponer energías, sobre todo, porque el colchón que tenemos se desinfla cada noche y terminamos durmiendo sobre el piso”.

Una relación inigualable

Darío no es el único hijo de Pedro, pero sí el más consentido, de hecho, con sus 34 años, sigue viviendo junto a sus padres. Está soltero y no tiene compromiso alguno. Su relación con Pedro siempre fue muy buena y de mucha complicidad. "Soy el más chico de tres hermanos varones. Y el más compinche de papá", resaltó.

Darío es el más chico de tres hermanos varones.

“Somos los dos muy aventureros, muy amantes de la naturaleza, de la montaña, por lo que siempre hemos craneado este tipo de actividades, aunque esta es la primera vez que concretamos una experiencia tan larga. En mi caso ya he corrido maratones, he escalado montañas, pero nunca con papá y ahora nuestro vínculo se potenció al 100%”, resaltó.

Sobre el resto de la familia y esta alocada travesura, Darío contó que todos los apoyaron y los acompañan. “Extrañamos mucho a mi madre, sobre todo, sus comidas, pero bueno, ya volveremos para estar juntos”, reflexionó.

Fuente: El Sol