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Cultura Columna Lunes, 16 de Diciembre de 2019

Diario de un viaje

Kurt Ottosen se encuentra de intercambio estudiantil en Alemania, en el marco de un programa del Rotary Club. Cada semana compartirá con los lectores de Mediamendoza, sus experiencias sobre este interesante viaje. 

Lunes, 16 de Diciembre de 2019
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17/12/2019

El inicio del horror

Al hablar sobre la historia mundial es inevitable mencionar lo ocurrido con el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, un partido liderado por Adolf Hitler que prometía la gloria de su país.

Pero la gloria no era para todos, una vez que obtienen el poder del país (1933 a 1945) ponen en marcha un plan para detener a todo aquel que piense diferente, que manifieste su oposición a los ideales del líder, creando los primeros campos de concentración y trabajo.

Pero a diferencia de lo que muchos nos imaginamos, los primeros campos eran sumamente improvisados y no tenían como objetivo final el exterminio de sus reos. Muestra de esta improvisación es la falta de uniformes entre los detenidos o un claro mensaje de lo que sucedería con quienes ingresasen a ellos. Algo que cambió con los años y estuvo presente en la época del Holocausto.

Uno de los primeros campos del nazismo fue instaurado en una antigua y abandonada prisión al sur de Alemania, en la ciudad de Ulm, ubicado exactamente en la cima de una montaña en el pueblo de Kuhberg.

Se estima que en el estuvieron detenidas unas 800 personas, habitantes, casi en su totalidad, de Ulm.

Este campo se dividía en 3 niveles, y dependiendo el nivel en que uno se encontraba eran la ordenes que recibían y con ellas el maltrato por parte de los guardias, pero jamás había una explicación de porqué les cambiaban de nivel.

La sobrepoblación del campo obligaba a que un gran número de reos debiesen dormir a la intemperie, con temperaturas bajo cero e incluso lluvia o nieve.

No existían celdas, las camas estaban colocadas en un pasillo subterráneo que contaba con una capacidad para 100 personas pero que era habitado por unas 300. El suelo era de tierra y en desnivel, en una punta (la más alta) había 6 letrinas y en el final un pequeño desagote al exterior, porque en épocas de lluvia (todo el año prácticamente) ingresaba agua por el sector de las letrinas y recorria todo el pasillo, convirtiéndolo en un túnel subterráneo, oscuro, frio, húmedo y con suelo de barro.

Entre los detenidos de ese campo se encontraban reconocidos miembros de la sociedad, como religiosos o políticos.

Los religiosos limpiaban las letrinas mientras cantaban canciones de iglesia, a la que se sumaban los detenidos, claro, cuando no cantaban canciones políticas en contra del Partido Nacionalsocialista. Y a los políticos les daban trabajos forzosos que solo buscaban provocar sufrimiento y odio. Un caso concreto es la tarea que se le había designado a Kurt Schumacher, quien fue el preso más importante del campo y que dormía en una oscura celda (designada a políticos) junto a Alfred Haag (Parlamentario), la misma consistía en bajar la colina que se encuentra en el patio de la prisión, llenar un balde con agua, subir, verterlo en el suelo y repetir el proceso indeterminadamente; solo por ser el entonces presidente del Partido Socialdemocrata.

El objetivo era destruirlo psíquicamente, pero no lo pudieron conseguir, y al lograr recuperar su libertad (una vez que el nazismo fue derrotado) reemprendió su actividad política hasta el día de su muerte. 

El campo fue liderado por un ex militar y gran amigo de Hitler (lamentablemente no recuerdo el nombre) que era conocido por ser una persona sádica, que adoraba golpear a los reos o hacerlos sufrir solo por diversión.

Cuando la dictadura perdió fuerza el campo se cerró y quien lo había comandado se mudó a Paraguay, allí vivió 10 años y luego regresó a Ulm, Alemania, la ciudad donde había dirigido el campo. Formó una nueva familia y caminaba las calles junto a las personas que algunos años atrás había torturado. Aún con poder y arrogancia logro evitar ser condenado, y solo con su presencia mantener vivo el sufrimiento de quienes habían estado bajo sus órdenes.

Hoy el campo no es más que un museo gratuito para que todo el mundo conozca la historia y jamás vuelva a repetirse. El nazismo es estudiado en las escuelas a través de talleres especiales que buscan preservar la paz y armonía, desalentando los brotes fascistas que buscan recuperar el poder.

Aquí les dejo algunas fotos, pronto les compartiré más información sobre otro campo de concentración, trabajo y exterminio.

“Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla”

Abrazo