Caso Quiroga: El taxista que detuvo al futbolista aseguró "el joven estaba alcoholizado y circulaba a más de 100"

19-06-2018

Pablo Del Pozzi se transformó este sábado en un héroe discreto tras perseguir y detener al fugado futbolista Mariano Encinas, joven de 26 años que atropelló y mató Marcela Quiroga en la intersección entre las avenidas San Martín y Telles Meneses.

El taxista, que estaba trabajando cuando atestiguó el incidente fatal, aseguró este martes en diálogo con Radio M 91.1 que Encinas circulaba a alta velocidad y, aparentemente, bajo los efectos del alcohol cuando colisionó violentamente contra la moto en la que circulaba Quiroga.

Del Pozzi comentó que el auto en que se desplazaba el futbolista lo sobrepasó en el semáforo ubicado a una cuadra del lugar del siniestro (San Martín y Granaderos). El vehículo del victimario cruzó la intersección con la luz roja, dijo el taxista, y “a más de 100 [kilómetros por hora]”. “Pensé que me la pegaba a mí”.

Desde su posición, contó Del Pozzi, pudo observar luego, con escalofriante precisión, el momento en que el auto del futbolista embistió a la moto y provocó la violenta caída que causó la muerte de Marcela Quiroga.

Dos transeúntes auxiliaron a la motociclista, que yacía sobre la vía, gravemente lesionada. Uno de ellos resultó ser un compañero de Del Pozzi, que le urgió perseguir al automovilista, que ya había emprendido su fuga. “Me costó unos segundos reaccionar”, dijo el taxista.

A poco menos de un kilómetro, Encinas bajó del auto, se acercó a la parte delantera y observó el paragolpes con las manos en la cabeza, narró el taxista. En este momento, él se aproximó y le preguntó por qué había huido. El victimario lo negó: “Yo no he hecho nada”.

Cuando el hombre ingresó en la propiedad ubicada en la intersección entre Alemania y Los Abetos, supuesta vivienda de su padre, el taxista llamó al 911. El futbolista, advertido de la llamada, salió de la casa e intentó una nueva fuga que el interceptor impidió por segunda vez atravesando su propio vehículo en la vía.

Finalmente, en ese momento, comentó el taxista, Encinas reconoció no haber visto la moto a tiempo y no haber sido capaz de frenar su auto debido a la alta velocidad con la que circulaba. Durante la conversación, Del Pozzi notó que el joven no podía “concordar las palabras” y mostraba evidentes signos de alcoholismo, según relató: “Tenía la mirada perdida”.

Del Pozzi, que fue llamado a declarar el domingo, describió al incidente como “lamentable” y afirmó estar “shockeado”. “En la calle se ve lo mal que maneja la gente. No hay respeto”, aseguró.

“Dije: ‘Esto no puede quedar impune como el muchacho Disparti’”, resumió el taxista. “En la medida de lo que yo pueda, voy a colaborar”.

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