Tras una larga carrera en el extranjero, un joven sanrafaelino busca un lugar en la Cámara de Diputados

27/05/2019

Luciano Romero, un joven sanrafaelino de 32 años, dueño de un imponente currículum forjado en tiempo récord, busca llegar a la Cámara de Diputados de Mendoza con una propuesta inusual: encabeza la única lista “corta” de la provincia de cara a las elecciones primarias del próximo 9 de junio.

Romero salió del país a los 17 años para estudiar en Noruega. Más tarde fue becado y se trasladó a Carolina del Norte (EE.UU.), donde completó dos carreras de grado: Ciencias Políticas y Políticas Públicas. En tanto, con sólo 20 años, trabajó como investigador para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y para la ONG Teach for America.

Finalmente, regresó al país y se sumó al equipo de la entonces senadora nacional Laura Montero, hoy vicegobernadora, y trabajó como asesor de diversos proyectos, entre los que destaca la Ley Nacional de la Diabetes. Luego, ya en Mendoza, participó de una amplia investigación sobre los espacios verdes de la provincia. En 2015, fue designado director del Bicentenario del Cruce de los Andes y estuvo a cargo del patrimonio histórico sanmartiniano de Las Heras. 

Ahora, como precandidato a la Cámara de Diputados, Romero quiere presentar una “alternativa”, que permita a los ciudadanos elegir al gobernador de su gusto y, separadamente, a los legisladores que deberán auditar su gestión. “Creemos que el sistema democrático representativo está en crisis”, dijo este lunes en diálogo con Radio M. “La gente pide una democracia participativa. Y queremos ofrecer esta opción: que los ciudadanos puedan elegir”.

La lista de Romero, que sólo tiene dos cuerpos (precandidatos a senadores y diputados provinciales), está dentro del frente Cambia Mendoza. Pero tiene como eslogan “Un cambio real”. “Creemos que el cambio no se ha notado para muchos”, explicó. “Nosotros proponemos un cambio no sólo en el contenido sino en las formas y en los modos. Queremos ser un vehículo atado a las necesidades de la gente”. 

“A veces, podemos vernos como idealistas o ingenuos”, concluyó. “Pero el idealismo se transforma en realidad”. 

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