Científicos del Conicet realizaron el estudio de Calidad de Vida desde una perspectiva geográfica. Permite conocer las zonas con mejor situación socioeconómica y ambiental.
08/10/2019
Se trató de un trabajo que requirió 20 años de investigación y recopilación de datos en todo el país, y que logró ubicar 52 mil radios censales calificados de acuerdos a criterios económicos, sociales y ambientales.
De acuerdo a una investigación del Conicet, Chacras de Coria, ciertas zonas de la Ciudad de Mendoza y Godoy Cruz son las más aptas para vivir en la provincia de Mendoza. También se posicionan con buen puntaje algunos distritos de Maipú y San Rafael.
“Dentro de Cuyo, la mejor situación se da en la Capital de Mendoza, pero a pocos kilómetros de distancia, la realidad es muy mala", analizó Velázquez, investigador superior del CONICET en el Instituto de Geografía Historia y Ciencias Sociales (IGEHCS, CONICET-UNCPBA).
Y agregó: “Si ampliás la lupa y te metés en el Gran Mendoza vas a notar que la situación es muy heterogénea”, aclaró.
En nuevo relevamiento se ve con detalle cómo la zona de Chacras de Coria presenta un ICV de 9, seguido por ciertas áreas de la Ciudad de Mendoza con un promedio de 8 y llegando al 9.2, en el microcentro.
A estos le siguen Godoy Cruz y algunos distritos de Maipú y San Rafael con ICV de 8, en promedio.
Mientras que los números más bajos se observan en las localidades de Encón y Primero de Mayo, de departamento de Lavalle con 2.7. Puente de Hierro (Guaymallén) con 5 y El Algarrobal (Las Heras) con 6.
La ecuación que utilizaron para calcular el índice de calidad de vida (ICV) se conformó tomando dos grandes indicadores: componentes socioeconómicos (60%) y los ambientales (40%).
En este sentido, todos los datos surgen de censos nacionales de población, hogares y vivienda, estadísticas vitales del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación y una serie de relevamientos realizados por el Conicet en terreno o a partir de fuentes éditas e inéditas.
Cómo es el mapa
El estudio contó con el trabajo interdisciplinario en colaboración con el grupo que dirige Alejandro Zunino -investigador principal del CONICET en el Instituto Superior de Ingeniería de Software Tandil (ISISTAN, CONICET-UNCPBA).
Para que fuera fácil de comprender, los investigadores utilizaron una escala cromática de acuerdo a la calidad de vida: cuanto mayor es el índice de determinado lugar, más verde se ve. Mientras que rojo indica lo contrario y los amarrillos corresponden a situaciones intermedias.
A esto, se suma una escala numérica que va del 0 al 10 de acuerdo los socioeconómicos- vinculados a datos de educación, salud y vivienda- y los ambientales, relacionados con condiciones contextuales que pueden impactar sobre el bienestar de las personas negativamente, como la contaminación o la inundabilidad. O de forma positiva como la disponibilidad de recursos recreativos naturales y culturales.