A 139 años de la llegada del primer tren a Mendoza
Por Enrique Barrera
Lunes, 8 de Abril de 2024
8/4/2024
En homenaje a tan importante hecho histórico ocurrido el 7 de abril 1885, brindamos aquí un resumen de como era esa estación el 6 de septiembre de 1997 a las 16.30 horas
Llegamos por avenida Las Heras e ingresamos directamente al estacionamiento de la estación ubicado al este de la misma. Nos encontramos con la fachada principal que da al cuerpo administrativo, por supuesto que después de 3 años sin actividad ferroviaria, el complejo, está cerrado. Esculturas y escalones de mármol adornan una de las entradas. Dos farolas globo con columnas y pie de hierro forjado completan uno de los ingresos.
Aquí está la principal estación ferroviaria de la provincia, todavía en pie, con su carpintería original que quedó en aquel 10/03/1993 cuando a las 17 horas partía el último tren a Retiro, el N° 512 llamado “El Cuyano”, poco tiempo después se cerraba este edificio que había brindado servicios de transporte ferroviario desde 1883.
La Empresa Inglesa Buenos Aires al Pacífico trabajó la línea hasta que se produjo la nacionalización de los ferrocarriles en la segunda mitad de la década de los años 40 del siglo XX y pasó a manos del estado nacional. Famosos trenes circularon por estas vías llegando a la estación mendocina, después de recorrer la distancia de Retiro a Mendoza, con paradas intermedias. Desde el lujoso tren “El Libertador”, pasando por “El Cóndor y “El Aconcagua”, el que llegaba a la Ciudad de San Juan.
Rodeando por el norte al cuerpo principal accedemos al andén, lo primero que vemos es el característico cartel con el nombre de la estación, en excelente estado de conservación, luego caminamos por el largo andén N° 1, con columnas metálicas y techo a dos aguas formado de cabriadas del mismo material y cubierta de chapas con paños traslúcidos.
A 30 mts hacia el sur encontramos la escalera elevada que permite el paso al andén N° 2, el cuerpo estructural de la misma es metálico con escalones de madera dura, tipo quebracho; la pintura de columnas, apoyo de escalones y pasarela con barandas es verde , todavía en buen estado a pesar de los años en que se dejó de usar.
Estando en el segundo andén, vemos que presenta igual largo que el anterior, estimándose en casi 250 los mts de su longitud.
La estructura es metálica, columnas, cabriadas y largueros, permiten el techo a dos aguas con cubierta de chapas, análoga al N° 1. Columnas de señales de brazos altos completan el panorama, junto a una toma de agua para locomotoras; el andén N° 2 todavía exhibe los dos carteles de estación correspondientes.
Entre las dos vías principales se ve una verja de 1,20 mts de altura con columnas de madera, posiblemente pino, unidas por la parte superior con planchuela metálica de 8 cm de ancho y, haciendo de cierre de los paños, presenta tejido romboidal de alambre, esta verja recorre todo el largo de los andenes, obligando a los pasajeros a cruzar de andén por medio de la escalera que los une.
Volviendo al andén principal lo vemos con pisos en buen estado, la carpintería original del lugar se ha respetado, el tablero que indicaba próximas partidas y llegadas de trenes todavía se encuentra amurado a la pared; tan es así que el último aviso que se exhibe dice que hoy corre “a las 11 horas el Tren El Aconcagua con destino a San Juan, andén N° 2”. En esa galería y a 6 mts del tablero mencionado, se encuentra el Reloj de Estación, amurado por medio de ménsula de hierro forjado, está aparentemente en buen estado, solo presenta los vidrios rotos por acción vandálica. Las agujas del lado sur marcan las 9,30 horas y en el lado norte se detuvo a las 11,27 de algún día de mediados de la década.
Las puertas de las oficinas del cuerpo de la estación es de madera original con paños vidriados, mirando a través de los cristales se observa, en una oficina, una caja fuerte montada en un mueble y un sillón doble de cuero marrón, se encuentra cubierto de polvo debido al abandono, muros revocados y revestidos con machimbre hasta 1,30 mts de alto.
En la galería, una placa de bronce recuerda el centenario de la llegada del tren a la Ciudad de Mendoza, hecho ocurrido en 1885.
En la parte norte del edificio principal de la estación observamos una galería abierta con techo a dos aguas, con cubierta de chapas sobre el andén; hacia el este otros juegos de vías tienen varios coche motor Gunz presentando diferentes grados de daños ocasionados por la intemperie y el vandalismo, presentando algunos coches daños casi totales. Gran cantidad de vagones abandonados completan el panorama.
Un galpón-depósito hay en el lugar y por su parte sur, un acceso semisubterráneo lleva a las oficinas donde funcionó la “Sociedad de Guardas Trenes Unidos” Sección Mendoza FCGSM.
Así está la Estación Mendoza, estructuralmente en pie, con los techos completos, el numeroso sistema de vías de trocha ancha (1,676 m) sin daños; si se cortara el pasto, se eliminara el polvillo que cubre los muebles de oficinas, se arreglaran unos pocos escalones de la pasarela que une los andenes, se diría que solo falta un tren con vagones y personas en los andenes para volver a tener esa maravillosa vida ferroviaria que tuvimos hasta hace 4 años.
Esta visita fue autorizada por la Gerencia Comercial de Ferrocarriles Argentinos, por lo que se efectuó en la zona del cuadro de estación donde se ubica el cuerpo principal del complejo. En el sector oeste del predio se encuentran las oficinas, talleres y vías donde trabaja la empresa Buenos Aires al Pacífico y al estar en pleno funcionamiento no se pudo documentar