Un equipo de alpinistas que filmaba un documental para National Geographic protagonizó un inesperado descubrimiento en el monte Everest. Durante su expedición, encontraron una bota preservada en un glaciar que, afirman, perteneció al montañista británico Andrew Comyn Sandy Irvine, desaparecido en 1924 junto a George Mallory mientras intentaban alcanzar la cima de la montaña más alta del mundo. El antiquísimo calzado quedó expuesto por el deshielo.
El misterio del Everest
Este descubrimiento podría ser clave para resolver uno de los mayores misterios en la historia del montañismo: las dudas que existían sobre si Irvine y Mallory lograron llegar a la cumbre 29 años antes que Edmund Hillary y Tenzing Norgay, a quienes se los considera como los primeros en lograr esa hazaña.
A pesar de los múltiples intentos por hallar el cuerpo de Irvine, su paradero había permanecido desconocido hasta ahora.
Andrew Comyn Sandy Irvine.
Julie Summers, sobrina nieta de Irvine, describió la noticia como "extraordinaria" y admitió que la familia había perdido la esperanza de encontrar rastros del alpinista. Desde la desaparición, se había especulado que el británico llevaba consigo una cámara con una película sin revelar, que podría contener pruebas de que llegaron a la cumbre.
La importancia del hallazgo
La bota fue encontrada en el glaciar Rongbuk, ubicado en la cara norte del Everest, junto a una media con las iniciales "A.C. Irvine". El equipo de escaladores, conocido por el documental Free Solo, también halló una botella de oxígeno con fecha de 1933, lo que les animó a continuar con la búsqueda.
El equipo especula que el deshielo reciente fue lo que permitió el descubrimiento, ya que estiman que la bota emergió apenas una semana antes.
El pie dentro de la bota fue retirado de la montaña para evitar que cuervos lo dañaran y luego lo entregaron a las autoridades china, encargadas de la cara norte del Everest para su análisis. La familia de Irvine proporcionó muestras de ADN para confirmar si los restos realmente pertenecen al escalador.
El legado de Irvine
Para los descendientes de Andrew Irvine, este hallazgo es emotivo, sobre todo al cumplirse 100 años de su desaparición. Summers, quien creció escuchando historias de su "tío Sandy", recordó cómo su abuela siempre mantuvo una fotografía de él junto a su cama, destacando el impacto que tuvo en su vida.
Aunque el descubrimiento de la cámara podría cambiar la historia del montañismo, Summers resaltó que lo importante para la familia siempre fue la valentía y determinación de Irvine y Mallory, más allá de si alcanzaron la cima. Sin embargo, la búsqueda de la cámara, que algunos creen podría estar aún en el glaciar, probablemente continúe.
El cineasta Jimmy Chin, quien lidera la expedición, calificó el descubrimiento como "un momento monumental" y espera que este sea un paso hacia la resolución del enigma que ha intrigado al mundo de la escalada por casi un siglo. Mientras tanto, la familia de Irvine sigue recordándolo como un joven que "tomó la vida y la vivió" al máximo.