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Los devastadores incendios que azotan esa región de Estados Unidos obligaron a evacuar a más de 100.000 personas.
Los incendios que avanzan en Los Ángeles dejaron 24 personas fallecidas y miles de desplazados. Las llamas, que afectan a una de las ciudades más grandes de Estados Unidos, consumieron comunidades enteras. Equipos de emergencia trabajan para contener los focos, mientras se espera la llegada de vientos de hasta 110 km/h que podrían agravar la situación.
En Palisades y Eaton, dos de las zonas más afectadas, las autoridades confirmaron la pérdida de viviendas y estructuras. A pesar de los esfuerzos, las llamas continúan avanzando en algunas áreas debido a las condiciones extremas.
Más de 100.000 personas fueron evacuadas de sus hogares. Las autoridades informaron que no se permitirá el regreso a las zonas afectadas antes del jueves, dependiendo de la evolución de las condiciones climáticas.
Equipos de rescate trabajan en la recuperación de cuerpos en áreas devastadas. Según los reportes, ocho víctimas fueron encontradas en Palisades y dieciséis en Eaton. Las tareas de búsqueda enfrentan desafíos por las condiciones en los lugares calcinados, donde el fuego dejó vehículos destruidos y restos de viviendas.
La evacuación generó incertidumbre y malestar entre los desplazados, quienes intentan recuperar pertenencias esenciales como medicamentos o ropa. Además, los residentes enfrentan largas esperas para recibir información sobre sus hogares y comunidades.
El avance de las llamas motivó el despliegue de equipos de emergencia adicionales. Brigadas y camiones cisterna fueron enviados desde otras regiones para reforzar las tareas de control. Las autoridades locales advierten que los vientos previstos para los próximos días podrían propagar brasas hacia nuevas áreas, generando más focos de incendio.
El jefe del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles explicó que los recursos disponibles buscan frenar el avance del fuego, aunque las condiciones climáticas complican los operativos. En este contexto, se solicitó apoyo de la Guardia Nacional y otros organismos para garantizar la seguridad de las zonas evacuadas.
El gobernador de California anunció un plan para reconstruir las áreas afectadas, destacando la magnitud del reto. Según los reportes oficiales, más de 12.000 estructuras fueron destruidas, incluyendo viviendas, dependencias y vehículos.
La crisis habitacional, ya presente en Los Ángeles antes del desastre, se agrava con la cantidad de desplazados que necesitan un lugar donde vivir. Muchas familias enfrentan la pérdida de sus hogares sin certezas sobre cómo comenzar de nuevo.
El presidente electo criticó la gestión de las autoridades locales, mientras que otros países ofrecieron apoyo para enfrentar la emergencia. Equipos internacionales, como los enviados desde México, colaboran en las tareas de rescate y control del fuego.
Las causas de los incendios se encuentran bajo investigación, a pesar de que muchos ya sospechan las causas que ocasionaron semejantes devastación en Los Ángeles. Expertos señalan que el cambio climático y la urbanización incrementan los riesgos de este tipo de eventos. En un escenario marcado por la destrucción, las imágenes de comunidades devastadas y tornados de fuego reflejan el impacto de una catástrofe que afecta a miles de personas.
