de

Mundo

El papa Francisco visitó una cárcel en Roma por Jueves Santo

Estuvo con reclusos en la prisión de Regina Coeli y, aunque no hizo el lavatorio de pies, les expresó su cercanía y rezó por ellos.

Jueves, 17 de Abril de 2025
(129683)

A pesar de su frágil estado de salud, el papa Francisco volvió a demostrar su cercanía con los más vulnerables al visitar este jueves la prisión de Regina Coeli, en el centro de Roma, con motivo del Jueves Santo. El gesto, cargado de simbolismo y coherente con su pontificado, se dio en el marco de las celebraciones previas a la Semana Santa.

A diferencia de años anteriores, el pontífice no realizó el tradicional lavado de pies, un rito que evoca la humildad de Jesús en la Última Cena.

La Santa Sede informó que Francisco, de 88 años, permaneció unos 30 minutos en el penal, considerado el más grande de la capital italiana. Allí mantuvo un encuentro privado con cerca de 70 internos, así como con miembros del personal penitenciario y las autoridades del establecimiento. La visita tuvo lugar en la Rotonda principal del penal, donde habitualmente se desarrollan actividades religiosas y formativas para los detenidos.

El Papa fue recibido por Claudia Clementi, directora del establecimiento, quien lo acompañó durante la breve estadía. También estuvieron presentes trabajadores de la institución y representantes de la pastoral carcelaria. Según Vatican News, los reclusos que participaron del encuentro son aquellos que suelen formar parte de las catequesis y talleres coordinados por el capellán del instituto penitenciario.

Durante su intervención, Francisco explicó el motivo por el cual no pudo llevar a cabo el rito del lavatorio de pies: "Me gusta hacer cada año lo que Jesús hizo el Jueves Santo, el lavatorio de los pies, en la cárcel. Este año no puedo hacerlo, pero sí puedo y quiero estar cerca de ustedes. Rezo por ustedes y por sus familias", expresó el Papa, visiblemente afectado por su reciente convalecencia.

El estado de salud de Francisco

El gesto del Pontífice adquiere mayor relevancia al considerar su estado de salud. Francisco regresó al Vaticano el pasado 23 de marzo, luego de haber estado internado 38 días por una neumonía bilateral que puso en riesgo su vida. Aunque los médicos han notado mejoría, el Papa sigue bajo una estricta recomendación de reposo por al menos dos meses, lo que lo ha llevado a limitar sus actividades públicas. Aun así, en los últimos días comenzó a retomar lentamente algunas de sus apariciones, como la audiencia general y esta visita carcelaria.

Desde su elección en 2013, Jorge Mario Bergoglio ha elegido sistemáticamente escenarios de fuerte carga simbólica para celebrar el Jueves Santo. A lo largo de los años, realizó el lavatorio de pies a mafiosos arrepentidos, mujeres encarceladas, menores en conflicto con la ley, migrantes y personas con discapacidades. Con ello ha buscado reforzar su mensaje de inclusión, perdón y atención a los sectores más olvidados por la sociedad.

El Jueves Santo es una fecha clave dentro de la liturgia cristiana, ya que conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En esa ocasión, según los Evangelios, Cristo lavó los pies de los apóstoles como muestra de humildad y servicio. Francisco ha recuperado el sentido más profundo de esa tradición al trasladarla a las periferias humanas y espirituales.

Aunque este año no haya podido reproducir físicamente ese gesto, su presencia entre los internos de Regina Coeli fue leída como un mensaje claro: el Papa sigue al lado de los más necesitados, incluso en medio de sus propias limitaciones físicas.