Aline, nacida en Brasil, dedicó varios años de su vida a la religión católica y se mostró dolida por lo que ocurrió. Un medio italiano pudo entrevistarla y la religiosa indicó que fue "castigada" por sus superioras en una de sus últimas reuniones, donde también le reprocharon su aspecto. La monja fue expulsada el pasado 28 de abril, día de la muerte del papa Francisco.

"Me dijeron que no encajaba con la imagen de una monja. Que era demasiado atractiva para representar a la Iglesia", sostuvo.

"Me duele el corazón solo de pensar que todo esto pueda ser interrumpido por calumnias infundadas. La esperanza nunca debe faltar. Nos lo dijo muchas veces también el Papa Francisco", agregó. Asimismo, confirmó que llevará el caso hasta las más "altas esferas" dentro del Vaticano.

De acuerdo a lo que expuso Il Messaggero, la monja indicó que espera que "la verdad prevalezca sobre la mentira" y salga a la luz que fue atacada de forma injustificada. "He dedicado toda mi vida a mi camino religioso y ahora lo veo destruido sin que haya pruebas en mi contra", expresó.

Desde Treviso, el Monasterio se hizo eco del caso y aseguró que Aline Pereira Ghammachi tiene derecho a apelar esta decisión, pero sólo ante instancias eclesiásticas.

Que hay detrás del polémico caso que atraviesa a la monja brasilera

A su vez, según trascendió, su situación dentro del monasterio se complicó luego de una carta anónima que se le envió al papa Francisco en 2022, donde era acusada de maltratar y manipular a otras monjas. Luego de esta "denuncia" se realizó una auditoria en 2023 pero no se encontraron irregularidades y el expediente fue abierto nuevamente en 2024.

Esta reapertura, según la mujer brasilera, la realizó el abad principal de la orden, fray Mauro Giuseppe Leporia, quien, según ella, la había ridiculizado previamente diciendo que era "demasiado bonita para ser abadesa, o incluso para ser freira".

Luego de este escándalo en el norte de Italia, el Vaticano envió una visitadora apostólica que concluyó que Aline era una persona "desequilibrada" y que las hermanas le tenían miedo.

El caso llegó a trascender mundialmente luego de que otras 11 monjas decidieran abandonar la congregación para apoyar a Aline Pereira.

Aline señaló que existe la idea de que "una persona joven y bonita debe ser burra. No puede ser inteligente, tiene que quedar callada" y denunció un cierto "machismo" y "sexismo" dentro de la orden católica.

Lo último que se supo de esta monja es que se encuentra en Milán y, en el momento del cónclave, viajó hacia el Vaticano con su hermana para que se reconsidere el caso.