Según la publicó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), aunque el acumulado anual muestra una mejora, el panorama general sigue marcado por la cautela, márgenes ajustados y consumo retraído.
En mayo, las ventas minoristas de las pymes cayeron 2,9% a precios constantes, en comparación con el mismo mes de 2024, y hay preocupación porque el consumo continúa retraído.
Según el estudio realizado por Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), casi la mitad de los comerciantes pyme (49,2%) mantiene la esperanza de que su situación económica mejore dentro de un año, aunque el presente sigue siendo desafiante para el sector. Solo un 9,3% prevé un empeoramiento y más de la mitad (55,9%) considera que este no es un buen momento para invertir.
En los últimos meses, y mayo no fue la excepción, el comercio minorista volvió a mostrar señales de retracción, debido a la baja disponibilidad de recursos, los ajustes de precios y mayores exigencias operativas.
Además, se registró una caída en el nivel de circulación en los centros comerciales, con consumidores que adoptan un comportamiento de compra más medido y una competencia cada vez más fuerte tanto desde los canales online como de los formatos informales.
El informe de CAME relevó que, de siete sectores del comercio pyme, solo dos mostraron crecimiento interanual en mayo: una fue Perfumería, con una suba del 5,2%, y la otra Farmacia, con un 1,5%. En el resto de los rubros, predominó la caída:
Alimentos y bebidas: -7,6%
Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción: -2,6%
Textil e indumentaria: -1,6%
Calzado y marroquinería: -0,5%
Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles: sin variaciones significativas
En comparación con mayo de 2024, el 58,3% de los negocios dijo que su situación económica se mantiene estable, mientras que el 28% afirmó estar peor y solo el 13,6% reportó una mejora.
El panorama general del comercio minorista pyme es de resistencia. Rubros como alimentos, calzado, ferretería o indumentaria enfrentan una demanda retraída, condicionada por el poder adquisitivo, la falta de crédito y la competencia desleal.
Aunque muchos comercios intentan adaptarse a través de ventas online, promociones o facilidades de pago, la incertidumbre obliga a postergar inversiones, aplicar liquidaciones anticipadas o reducir stock.
Desde CAME destacan que, a pesar de todo, algunos comerciantes logran sortear las dificultades con estrategias digitales o programas de fidelización. No obstante, el reclamo común es claro: el sector necesita señales de previsibilidad y medidas concretas que estimulen la demanda para frenar la caída y recuperar el dinamismo.