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San Rafael Entrevista Viernes, 3 de Agosto de 2018

Mirada de una mujer emprendedora

Silvina García Bianchi forma parte de la 4° generación de Bodegas Bianchi, es miembro de la Fundación FLOR, directora en Inversora ALTUE SA, y dueña de reconocidas franquicias en San Rafael. Hablamos con ella sobre el rol de la mujer en la sociedad, lo laboral, el feminismo y mucho más.

Viernes, 3 de Agosto de 2018
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05/08/2018

En los últimos años la mujer ha ido adquiriendo cada vez más espacios, y si bien ellas siguen encontrando obstáculos profesionales y empresariales a lo largo de su vida laboral, la sociedad  se ha ido dando cuenta de esta situación y cada día ocupan más mandos en empresas donde se dieron cuenta de los beneficios que el pensamiento femenino trae a un negocio.

Y si bien se dice que las mujeres se enfrentan a un límite profesional para acceder a puestos de alta dirección conocido como “techo de cristal”, afortunadamente ese límite es cada vez más acotado.

Para reflexionar acerca del rol de la mujer en el ámbito empresarial, el emprendedurismo, el feminismo y su empoderamiento hablamos con Silvina García Bianchi, una sanrafaelina que sabe de disciplina, perseverancia y conocimiento a la hora de tomar decisiones. Es contadora, licenciada en Administración de Empresas, forma parte de la 4° generación de Bodegas Bianchi, es miembro de la Fundación FLOR, directora en Inversora ALTUE SA, y dueña de franquicias de Havanna y Mimo &Co en nuestra ciudad, además recientemente participó del evento “7 Reinas”, donde se presentan a mujeres que decidieron salir del molde y ser diferentes, y comparten su experiencia de vida para inspirar a otras mujeres.

¿Por qué decidiste ir por el camino empresarial? 

Mi vida se fue haciendo sola con mis propios emprendimientos y el camino lo fuimos abriendo juntos con mi marido, y no dependiendo básicamente de la empresa familiar, si no que llegamos a la empresa familiar cuando pudimos aportar en función a todo el cambio que habíamos tenido. A partir de la experiencia de iniciar las capacitaciones en Fundación Flor, surge el este tema del empoderamiento de la mujer, porque trabaja para generar líderes y organizaciones que sean equitativas, que se preocupen por esto de generar igualdad de oportunidades y que sean responsables. 

Respecto a la empresa familiar, la familia no realiza tareas ejecutivas dentro de la bodega, si no que hace unos años mi mamá y mis tíos decidieron profesionalizar el directorio, es decir poner directores externos y nosotros trabajamos con esos directores en lo que es la toma de decisiones. 

¿Hace cuánto empezó ese camino?

En la Fundación Flor hace unos tres años que soy miembro, y es importante resaltar que el foco está puesto en la diversidad, en hablar de oportunidades, de incluir a personas con capacidades diferentes, y a la mujer en sí.

¿Cómo ves el rol de la mujer en San Rafael? ¿Has notado una evolución?

Creo que se viene viendo un crecimiento y un cambio de mentalidad en las generaciones nuevas, pero en realidad lo que a mí me gusta decir, cuando se trata de inspirar a otras mujeres lo hace cada una en su situación. Desde la mujer que no trabaja, salir de una situación de violencia familiar, de una situación en la que no puede salir porque no tiene como sustentase o sustentar a sus hijos. 

Hay que inspirar a esa mujer para que se anime, pueda desarrollarse, pueda crecer, hasta la mujer corporativa para que rompa el techo de cristal y se anime a llegar a los lugares de decisión. Cada una esté donde esté, si tiene el proyecto de crecer, debe animarse a hacerlo y llevarlo adelante.

¿Desde tu experiencia también involucrada en una empresa familiar, porqué crees que muchas de ellas en San Rafael y otros lugares no tienen continuidad?

Creo que a veces pasa que hay empresas que se terminan por malos manejos. En las empresas familiares hay dos desafíos, uno preservar la empresa y preservar la familia, esas son dos cosas importantes y la supervivencia de las empresas es todo un desafío. 

No hay una receta, son diversas causas muchas veces son internas y otras externas, y depende del mercado en que cada empresa se desarrolle, para dar una opinión hay que ver cada caso en particular, lo que sí es muy difícil es transcender generaciones, conocimientos, el amor por la empresa o los propios ideales de las nuevas generaciones que no les interese seguir con la empresa y prefieran buscar nuevos caminos.

¿Y en tu caso en el que estás involucrada en empresas de diferentes rubros, cómo manejas esa situación?

Primero es organización, tiene que ver mucho con los tiempos es como que cuando uno se organiza más cosas hace. A veces en la semana no tenes mucho por hacer, capaz no fuiste tan productiva y de repente cuando hay mucho por hacer sos súper productiva.

Después para encarar los distintos temas yo siempre hablo de la importancia de estudiar, de capacitarse, yo estudie para contadora y para cuando hice la otra carrera de administración de empresas ya tenía dos hijos y uno de los negocios. Después cuando empecé con las capacitaciones en directorio, la primera fue en Buenos Aires y estuve viviendo por mes y medio mitad de la semana acá y mitad de la semana allá, para ese entonces ya tenía los tres hijos y los dos negocios.

Yo creo que lo importante es organización y poder comprender de los distintos sectores en los que uno está involucrado.

¿Cómo está compuesta tu familia?

Tengo tres hijos, tres varones, Santino de 13, Cristiano de 11 y Valentino de 4 años, tengo variado y para divertirme (risas). 

He tenido la suerte de siempre emprender, entonces de alguna manera eso te permite que si uno de tus hijos está enfermo te lo llevás con vos o te quedás. 

Mi proyecto más importante siempre fue mi familia, de hecho hay algo que siempre tuve en cuenta cuando tomaba un nuevo desafío, de conversarlo a nivel familiar, no solo a nivel personal. Se planteaba el proyecto, si nos servía como familia, siempre tomamos el desafío en conjunto con mi marido. Cosa que si después te toca viajar, que todo esté preparado para ese momento. 

En el caso de la mujer todavía la sociedad es un poco machista, pero tiene que haber igualdad, hay que irse adaptando.

¿Y cómo fue la experiencia de 7 Reinas?

Fue el 6 de junio pasado, cuando me llamaron dije que no, porque no sabía que iba a contar me daba mucha vergüenza. Yo había hecho un programa mentoreo para una chica que tiene un atelier de moda en Mendoza y a raíz de eso surgió el contacto. El mentoreo fue una experiencia muy enriquecedora y esta convocatoria para ir a 7 Reinas, era un desafío porque tenes que  hablar de vos… en 10 minutos y lograr transmitir algo motivador.  

7 Reinas es un movimiento motivacional femenino que busca esto de empoderar a través de la inspiración y de brindar herramientas para que las mujeres que van y escuchen se inspiren para hacer lo que tengan ganas de hacer. Éramos siete mujeres distintas, convocadas en función de siete características comunes: toma de decisiones, afectividad, comunicación asertiva, control, transformación, intuición femenina y disfrute. 

Esas características que tienen las mujeres a las que convocan se desarrollan en ámbitos muy diferentes: en las comunicaciones, en la política, en el emprendedurismo, el deporte… fue una experiencia divina por las mujeres que conocí, con historias valiosísimas.

¿Qué opinión tenés a cerca de ciertos movimientos feministas?

Yo respeto muchísimo todas las opiniones de todos los distintos grupos, pero yo no me siento representada con aquellas mujeres que salen a la calle a agredir a los hombres o a ir en contra de lo que opinan los demás. 

Yo no me siento representada, yo creo en la igualdad de oportunidades, todos somos ser humanos hombres o mujeres, hablo siempre de la igualdad de oportunidades y hago mucho hincapié en las personas con discapacidad, ellos tienen muchísimo para aportar y cada vez más tienen que encontrar un lugar en la sociedad. 

Lamento mucho el tema de la ley que se está tratando (legalización del aborto), porque pienso que en una sociedad todas las personas tienen roles muy importantes. 

Mis hijos llegaron al mundo con algunas dificultades, en el caso del menor me ofrecieron tomar la decisión de interrumpirlo, y realmente si hay seres que cambiaron nuestras vida, son ellos y gracias a Dios están fantásticos y muchas veces pienso cuantos niños se perderán porque te dicen que tenía algo y que después no lo tuvieron. 

Asique yo respeto lo que todos opinan, pero creo en la igualdad de oportunidades y que todos somos seres humanos.

Por último ¿un mensaje para las mujeres?

Me gustaría decir que las mujeres representamos en el mundo a la mayoría de los consumidores, entonces uno se pregunta dónde están las mujeres cuando uno va subiendo y llegas a los lugares de decisión, donde quedaron esas mujeres. Aquí hay un doble mensaje: Tenemos que capacitarnos, para poder ocupar dichos espacios y tenemos que hacernos vesibles.

Uno escucha a empresas que dicen que quieren tener a una mujer en el directorio y a veces no encuentran dicho perfil. Ojalá las empresas entiendan lo importante que es invertir en mujeres y que las mismas se capaciten para poder estar en esos lugares. Y decirles a las mujeres que se puede, y está bueno.