Asado del jueves: política y actualidad del Sur

05/11/2018

¨Tío, tío, yo te prendo el fuego¨, gritaba enardecido el hijo del Turco que lo tuvo que traer al asado porque su mujer y su suegra estaban trabajando para una encuestadora que las había contratado y tenían una cena en el Tower. "Te están cagando Turco, laburan en otra cosa",  dijo Luisito bien mala leche; "No", dijo el Turco serio, ¨inclusive le estuve revisando las fichas que llenan y si bien es un quilombazo de números y preguntas, vi los resúmenes que trajo y la verdad que es apasionante¨; "Bueno, contate algún numerito entonces", dijo el Tío.

En eso llegaron Mati, Huguito y el Japo con las costillas listas para la parrilla, el Tío les metió sal y le dijo al Turco, "dale, largá turco" y el turco largó: ¨ninguna sorpresa, el Emir faltando un año se corta solo casi en los 32 puntos, lo siguen Mondotte y Quesada con 15 puntos cada uno y muy poco conocimiento de la gente de Mondotte y un amplio conocimiento de Quesada; Freidemberg tiene 10 puntos y un conocimiento alto". "¿Y el Emir dentro del PJ no tiene competidores?", preguntó Luisito, el más kirchnerista del grupo "Si, si tiene", contestó el Turco, "pero están muy bajos en números; Cristina Da Dalt solo tiene 9 puntos y un gran conocimiento del electorado y Mauricio Sat, que es al otro que midió esta gente, tiene 3 puntos y muy bajo conocimiento, convengamos que el conocimiento bajo, según dicen los que saben, es una ventaja y una desventaja porque podes seguir creciendo en números porque la gente no te conoce o no creces más de lo que estas", terminó diciendo el Turco, ya convertido a esa altura de la noche y con cuatro copas de tinto encima en un catedrático en la materia.

El Huguito, que es muy bueno con los números, le preguntó al Turco casi como tomándole examen, "y decime Turquito, ¿nadie dijo ‘no sabe o no contesta’ y nadie dijo que quería votar ‘otros’ candidatos que no fueran los que les mostraban tu señora y tu bella suegra?, que aparte es poco confiable esa vieja porque tiene horas cátedras en la Municipalidad como profesora de tenis y nunca vio una raqueta”; a lo que el Turco se calentó y contestó, "primero, no hables mal de mi suegra que sabes que es muy amplia, trabajo con todos los peronistas de San Rafael y a todos les ‘hizo’ favores, y el segundo tema Huguito, y para que veas que no soy ningún boludo, te voy a mostrar una foto que le saque a los papeles de mi señora", y le mostraba a Huguito la foto de un gráfico de una torta partida con los nombres de los candidatos poniéndoselo a dos centímetros de los ojos y le decía "mirá, mirá acá donde dice ‘no sabe, no contesta’ es como el 7% y otros candidatos es como el 10 %"; Huguito le contestó, "más vale” ; "yo me aprendí la proporcionalidad de la torta" afirmó el Turco y se escuchó un cerrado y sonoro aplauso, salvo de Huguito que decía que desconfiaba.

En eso apareció nuevamente Benicio, gritando como un marrano de nuevo diciendo que se le había apagado la Play Station, “vení nene", le dijo el Tío agarrándolo de una oreja y llevándolo para adentro de la casa, "más vale que no la hayas roto pendejo de mierda porque si no me la va a pagar tu viejo, con lo que me costó traérmela de Chile abajo de la rueda de auxilio que venía con cuatro celulares adentro"; “no Tío, no te enojes", gritó Benicio, "mi papá va a Chile seguido a buscar dólares también y le digo que te traiga una y de paso que te traiga otros juegos que estos son todos una cagada", dijo el pequeño demonio maleducado, mezcla de turco con vasco y con nombre de origen colombiano. Todos rieron, mientras el Turco dijo que las costillas banderitas estaban listas y se sentaron a la mesa.

"¿Alguien sabe por qué están levantando todo el asfalto de la avenida Mitre a la altura de la cancha de Huracán que hicieron hace 3 años?", preguntó Huguito cuyo abuelo fue fundador del Club y se preocupaba por cualquier evento en Pueblo Diamante; "ni idea", contestó el Japonés que va siempre para aquel lado a traer y llevar sabanas y cortinas de un albergue transitorio, "pero malo no estaba, debe haber otra cuestión en el medio, es raro; y ya que están en investigadores pregunto yo, ¿alguien sabe qué hacen las camionetas de Claro, Personal y Telefónica cambiándole esas estructuras truchas a las antenas de telefonía celular que hay en toda la ciudad disimuladas?".

"Al lado de la casa de mi abuela, a media cuadra de la escuela Iselín…", empezó a contar el Mati, "y a 100 metros del Municipio hay dos antenas de telefonía celular truchas, una en un hotel y otra en una casa particular, como ustedes sabrán por el alquiler de esas antenas se pagan hasta 2.000 dólares mensuales y como dicen en el Municipio ‘los únicos que están contentos son los que le alquilaron a la empresa’; el Municipio según parece, quiere ponerle el ‘cascabel al gato’, pero es tal la cantidad de antenas celulares sin regulación que hay, que lo consideran casi imposible y no tienen quien lo haga”.

"Contate algo del tema de la familia de prosapia que quiso rajar a la ex nuera de la casa y les salió el tiro por la culata, Huguito", le dijo Luisito al ganso que todo lo sabe, más aun si las familias son "de alta alcurnia"; “La verdad…", comenzó diciendo Huguito, "no tengo bien claro lo que pasó, lo que sí sé es que están mezclados abogados, escríbanos, médicos, gastronómicos y otras personas quienes tras una burda maniobra, o mejor dicho una mega-cabronada, le armaron todo a una mujer para quedarse con la casa familiar, al parecer la casa salió a remate y la compró un tercero que no tenía relación con las familias, ‘la banda’ que armó todo para comprarla en el remate no pudo, y ahora la mujer en cuestión les clavó una denuncia penal a todos, y cuando mis sobrinos, mi hermana, mi tía y mi señora, que trabajan en Tribunales (y entraron por derecha) me cuenten, yo les cuento", terminó su relato Huguito, bajo la gran carcajada de todos, típica de cuando defiende a sus parientes que entraron todos a Tribunales, algunos sin terminar el primario en los ‘80.

"¡Qué lindo puterio!", dijo Luisito, "averiguate más, que está buenísimo".

"Pasa en las mejores familias", dijo el Tío Ramón y engulló un pedazo de berenjena en escabeche.

Hasta la semana que viene.