10/02/2019

Según los datos recientemente difundidos por el Indec, la inflación del año pasado alcanzó el 47,6 por ciento. Pero algunos productos registraron subas mucho mayores que el valor promedio. Ese es el caso de la harina, cuyo precio se disparó un 170 por ciento. 

El empinado aumento del precio de la harina se explica, en parte, por la suba del tipo de cambio. El precio de exportación del trigo, materia prima de la harina, arrastra y define a los valores internos.

Este contexto cambiario, que se suma a los nuevos aumentos de los precios de los servicios públicos, está empujando al mercado del pan a los límites de su resistencia. Y en San Rafael no existe una excepción. Las panificadoras y las panaderías locales se tambalean en el borde del colapso.

“Aun regalando, no hay ventas. Las ventas están por el suelo”, explicó a Mediamendoza Aldo Ortiz, propietario de la panificadora Giuliano. “La gente no tiene plata. Cada día se pone más triste”.

A fines del 2017, ejemplificó el empresario, su panificadora vendió 11 mil panes dulces de medio kilo. A fines del 2018, las ventas se desplomaron a menos de dos mil. “No trabajamos ni el 30 por ciento de lo que se trabajó el año anterior”, dijo.

“No es un caso único”, explicó Ortiz. “Si me decís que me pasa sólo a mí, puedo pensar que estamos fallando en algo. Pero nos está pasando lo mismo a todos”.

En términos generales, el mercado local está funcionando al 40 por ciento de su capacidad productiva, dijo el empresario. A la par de la demanda. “Y tenemos miedo a que siga bajando más”.