Diario de un viaje

21/08/2019

Correa y bolsita

Para hoy tenía planeado escribir sobre algo diferente a lo que finalmente voy a redactar, pero en vista de lo que ha sucedido en estas últimas horas en nuestra ciudad (San Rafael) creo que amerita que escriba sobre los animales, particularmente sobre los perros.

En Alemania a diario descubro diferencias con nuestro país, algunas positivas y otras negativas; pero sin dudas una diferencia que realmente cambia el aspecto de la ciudad es que jamás encontraras un perro suelto o “callejero”.

Y no solo eso, sino que cuando saco a pasear el perro que hay en esta familia debo salir con algunas bolsitas en la mano para recolectar sus eses; por lo cual la ciudad siempre se mantiene limpia de materia fecal, y es por ello que normalmente se observa gente caminando descalza en los espacios verdes, porque el nivel de cuidado y limpieza que existe es altísimo.

Quizás se preguntarán a donde quiero llegar con esto, y se los digo directamente, hace unas pocas horas falleció un angelito de 4 patas que estaba en el parque producto del ataque de dos pitbulls; y no busco “demonizar” a esta raza, solo pretendo que por un momento nos preguntemos que hubiese pasado si en vez de un perro fallecía un niño… ¿la sociedad y la justicia se habría quedado callada? Para la mí la gravedad del hecho es muy similar, porque encuentro el mismo valor en un perro que en una persona, la vida de un ser querido no tiene precio. Y aquí la culpa no es del perro, es del dueño, que eso quede claro!

Pero ¿por qué en Alemania no hay perros sueltos y en Argentina sí? Bueno, muchos imaginarán la respuesta, en un comienzo tenían un problema similar al nuestro, pero a través de políticas públicas se logró solucionar, tal es así que hoy es impensado abandonar un animal.  Y esto se debe a que la población tomó conciencia del riesgo que es abandonar un ser vivo, no solo para el animal, sino también para la población; la ruta San Rafael – Mendoza es un cementerio de animales atropellados, que implican no solo la pérdida de su vida sino también el accidente de un ser humano; acá eso no se ve, acá viajamos a 170km/h en el común de las autopistas sin problema alguno.

Entonces yo me pregunto ¿Argentina necesita políticas públicas que vayan sobre el dueño del animal o podremos comenzar a generar conciencia entre nosotros mismos y llegar a vivir como en Alemania? Un país en donde las leyes se cumplen por más que nadie te esté vigilando.

Argentina no es menos que Alemania, Alemania no es menos que Argentina, estoy seguro que podemos lograrlo, solo debemos pensar en las consecuencias que ocasionan nuestros actos, tanto positivas como negativas, y partiendo desde ese punto comenzar a cambiar nuestro accionar por el bien común.

Aquí les dejo unas fotos con Unkast, mi hermano de 4 patas, y espero rencontrarlos la próxima semana con el artículo que tenía para hoy. Abrazo.