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San Rafael Columna Viernes, 4 de Octubre de 2019

Diario de un viaje

Kurt Ottosen se encuentra de intercambio estudiantil en Alemania, en el marco de un programa del Rotary Club. Cada semana compartirá con los lectores de Mediamendoza, sus experiencias sobre este interesante viaje.

Viernes, 4 de Octubre de 2019
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04/10/2019

Oktoberfest

En 1810, mientras Argentina transitaba el proceso iniciado con la revolución del 25 de mayo, Alemania iniciaba los preparativos para la boda del príncipe Ludwing I (quien luego se convertiría en rey) con la entonces Princesa Teresa Sassonia-Hildburghausen, quienes concretaron su matrimonio el 12 de octubre de 1810.

Todos los ciudadanos de Múnich fueron invitados a participar de la gran ceremonia real en los campos ubicados frente a la puerta de la ciudad. (campos que en honor a la princesa tomaron el nombre de “Theresienwiese” –Prados de Teresa-).

El evento contó con diferentes juegos, desafíos, cantos, bailes y principalmente carreras de caballo. Una verdadera fiesta para Baviera, tal es así que al año siguiente la repitieron y la instauraron como un evento anual que solo fue suspendido 24 veces hasta el día de la fecha, algunas por guerras (como la guerra de Napoleón) y otras por epidemias (como el cólera).
Ocho años tardaron hasta poner puestos de venta de cerveza, los cuales terminaron reemplazando las carreras de caballo y haciendo que hoy sea conocida a nivel mundial como la fiesta cervecera más grande del mundo.  Pero no cualquier cerveza, el reglamento establece que durante el festival solo se pueden vender cervezas producidas por empresas muniquesas que están asociadas bajo la marca de “Oktoberfestbier”, garantizando así la exclusividad del festival a la capital de los Bávaros y estableciendo un único sabor de ventas que se enmarca en el bajo amargor del lúpulo, en la malta y en contener 6.2% vol.

Pero las características del festival no terminan acá, uno de los factores más sobresalientes es la tradicional vestimenta. Para los hombres el Lederhose – pantalón y tirantes de cuero finamente labrado y bordado que antes eran utilizados en los trabajos agrícolas pero que hoy forman parte de la tradición alemana- y para las damas los Dirndl – amplios vestidos con un ajustado corset al que algunas acompañan con sujetador especial para estos vestidos que juegan con el tamaño de los bustos- Pero la historia del vestido de las damas no queda aquí, el vestido es acompañado por un tradicional delantal al que se le realiza un nudo – adelante, atrás, a la derecha o a la izquierda- y dependiendo su ubicación es el interés sexual o estado civil de quien lo porta-.

Viviendo a tan solo unos minutos de semejante evento y con 18 años recién cumplidos no podía dejar de asistir, así que junté dinero y compré (con el dolor de mi bolsillo) el tradicional traje, sombrero y zapatos. Al llegar al evento (junto con algunos amigos de intercambio) pudimos comprobar que realmente era la fiesta cervecera más grande del mundo (se venden más de 8 millones de litros de cerveza y se recaudan en promedio 1.2 mil millones de euros a lo largo de los 17 días de fiesta). Pero al contrario de lo que piensan casi no tome cerveza, ya que un solo litro cuesta 11.60 euros (unos 730 pesos argentinos) mientras que fuera del festival se compra en un precio promedio de 3 euros (180 pesos). Lo que si hice fue disfrutar de las comidas típicas (infinitas variedades de salchichas y pescados), de la música, los bailes y los juegos de diversión como montañas rusas, entre otros.

Otra experiencia más que se suma a la lista de todas las cosas que está dejando este maravilloso viaje. Hasta la próxima!