Diario de un viaje

La exigencia de la libertad

De lunes a viernes me levanto a las 6:30 am, me ducho, desayuno, cepillo mis dientes, preparo mi vianda para almorzar, camino hasta la parada del bus, tomo la línea 12 y a las 7.40 inicio mis clases, volviendo a casa entre las 13.30 y las 17.30, dependiendo del día.

Aun llevando varias semanas de asistencia no logro conocer toda la institución, es demasiado grande y con secciones muy específicas. Cada aula está destinada a una serie de materias en particular, por lo que quien se traslada permanentemente es el alumno.

En el aula R26 tenemos Ciencias Políticas, en el aula R33 tenemos Francés, en B1 tenemos Biología (única materia dictada en inglés) y así con el resto, permanentemente vamos rotando. Las clases duran, en su mayoría, dos horas y los recreos son de 20 minutos, ya que en ocasiones hay que cambiar de piso y de edificio (comunicados por un puente en el 2 piso). Ah, me olvidaba, también tenemos deporte como asignatura, el cual es dictado en canchas al aire libre o en alguno de los SUM subterráneos con los que cuenta la institución. Los ejercicios son alternos, una semana nos abocamos a la parte física y otra semana al deporte, que va desde fútbol hasta básquetbol, salto en altura, jockey y otros.

El dictado de clases es muy similar al argentino, a excepción de que aquí se trabaja mucho con libros y muy poco con internet; aunque cabe destacar que un gran número de alumnos utiliza Ipads en vez carpetas y que todo el material entregado por los profesores es impreso en hojas de papel reciclado. Los Ipads no pueden estar conectados a internet, ya que se encuentra prohibido, al igual que el uso de los celulares durante el horario de cursado, recreo y almuerzo.

Pero lo más sorpréndete es la libertad física y la auto-restricción moral con la que cuentan los estudiantes. No existen rejas ni perímetros, en los recreos se puede ir hasta el parque y en la hora de comer hasta el supermercado o restaurante; y a la hora de regresar todos somos puntuales y nadie se “ratea”. Pero como si esto fuese poco, falta la parte de la asistencia.

Da igual si está lloviendo, nevando, si es tu cumpleaños o si murió el novio de tu prima, a la escuela no se falta. Tal es así que no se controla la asistencia porque se da por entendido que todos los alumnos asisten siempre, y en caso de no hacerlo será el alumno quien presente una carta de disculpas conocida como “Entschuldigung” (Disculpas).

De aquí surge el título de la nota, la libertad es muy buena, pero tiene sus exigencias, que son cumplir con las normas existentes, de lo contrario se acabará esa la libertad.

Qué pasaría si en nuestro país eliminamos el control de asistencia escolar ¿bajaría o subiría el presentismo? Estoy convencido de que algún día seremos suficientemente maduros para implementarlo, algo que lograremos cumpliendo las exigencias de la libertad, y buscando la misma, pero siempre teniendo en claro que la libertad no debe ser sinónimo anarquía…

Hoy no puedo compartirles fotos interesantes ya que como dije antes no puedo utilizar el celular, pero para la próxima nota les compartiré fotos de un pequeño lugar que visitaré en los próximos días.

Hasta la próxima!