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San Rafael Miercoles, 29 de Julio de 2020

Día de la Cultura Nacional: ‘La cultura como sector está desatendida y aún es abordada desde un paradigma simplista’

La técnica en Gestión Sociocultural, Viviana Rebolloso, reflexionó sobre esta jornada e hizo hincapié en la situación de la cultura en San Rafael y en tiempos de pandemia.

Miercoles, 29 de Julio de 2020
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29/7/2020

El 29 de julio fue instaurado a través de un decreto presidencial de 1982 como el Día de la Cultura Nacional, en homenaje a la muerte de Ricardo Rojas (1957), intelectual, escritor, historiador y político que dejó uno de los mayores legados culturales a los argentinos a la hora de reivindicar la identidad de la nación y la inclusión de la cultura sobre todo proveniente del interior del país. Su influencia para considerar la cultura nacional de manera más amplia postuló una nueva visión de lo nacional.

La técnica en Gestión Sociocultural,  Viviana Rebolloso, reflexionó sobre esta jornada:

“Esta conmemoración hace referencia a la cultura como aquello que nos configura como sociedad, organiza su identidad y desde allí resuelve. Es una concepción integral de la cultura, se interrelaciona con otros niveles de la vida social, como un entramado.  

Pero también, puede hacerse y suele hacerse referencia a la cultura desde otras concepciones, la “ilustrada” que solo considera que cultura son las actividades artísticas y sus producidos; la más ponderada de las concepciones de cultura en estos días, es la de las “industrias culturales o creativas” que concede el status de “sector” de la economía en el que se identifican trabajadores, se destinan y generan recursos, pero sobre todo se la reconoce como factor de desarrollo.

La menos evocada de todas las concepciones de la cultura es la que la reconoce como derecho humano inherente e inalienable, su categoría de programático explica que su “exigibilidad” muchas veces no es inmediata, y depende mucho de la manera en la que el Estado actúe y organice su presupuesto.

Esta diversidad de enfoques, no hace más que dar cuenta de la complejidad del abordaje de la cultura y que la orientación política de base de la política cultural se da por la interacción profunda del concepto de cultura, las políticas culturales y las líneas de gestión, conformando, a decir de Santillán Güemes la triada Cultura-Política Cultural-Líneas de Gestión Cultural: “todo tipo de política cultural (implícita o explícita) conlleva un concepto operativo de cultura que sostiene una determinada línea de gestión o acción cultural y no otra”.

La concepción ampliada de la cultura, entiende que esta, se trasforma en interrelación con otros niveles de la vida social  y sin que hayan acciones propositivas dirigidas,  las trasformaciones se originan en intervenciones sobre otros sectores como la economía, la salud, la educación, etc. Es un ejemplo de una política educativa que produjo grandes transformaciones culturales la ley de educación común, gratuita y obligatoria creada durante el periodo de presidencia de Julio A. Roca (1884)” afirmó.

Y en un punto aparte se refirió a los tiempos actuales en los que la cultura se ve atravesada por la pandemia, donde se ha tenido que echar mano a herramientas digitales para su propagación.

“Hoy la pandemia ha obligado a los gobiernos del mundo a establecer políticas de salud que han repercutido en las economías locales y mundiales, e indirectamente han producido cambios y transformaciones en los modos de vivir y relacionarse de las personas.

Miles de horas de Zoom, You Tube, conversatorios virtuales, cátedras abiertas, foros etc. en el mundo entero sobre las consecuencias de la pandemia en el sector de la cultura, han re afirmado que la cultura como sector está desatendida y aún es abordada desde un paradigma cultural simplista de la complejidad, enfocado en uno de los componentes o sentidos de la cultura, el de las producciones culturales y de objetos de alta densidad estética, significativa e identitaria, disociado de otras esferas de la vida social y de funciones utilitarias y, alejado de considerarla como un conjunto de procesos sociales de creación e intercambio de símbolos, bienes y prácticas que conforman nuestras identidades, maneras de entender el mundo y modos de vivir, los cuales son transversales a toda experiencia humana y a nuestra relación con la naturaleza .  

Uno de los problemas visibilizado en el sector es la precarización laboral y está íntegramente relacionada con el auto reconocimiento del hacedor cultural (artista, artesano, escritor) como un trabajador con los mismos derechos que otros trabajadores supieron conseguir a lo largo de la historia, por ejemplo las amas de casa.  Otra de las preocupación emerge como consecuencia del cierre de  los espacios públicos y privados para las expresiones culturales, obligando a las artistas, hacedores y productores culturales a migrar a un territorio desconocido, la virtualidad, en busca de la subsistencia, no solo económica sino más bien de permanencia del vínculo con el público y la escena local. Solo algunos pocos han logrado éxito y permanencia.

La cultura necesita de políticas culturales propias y los gobiernos de cuerpos técnicos profesionales para diseñarlas y ejecutarlas eficientemente, con conocimiento y planificación.
¿Cómo salimos de esto? esa la gran pregunta. Desde lo personal creo que estamos ante una gran oportunidad, depende de cada uno y de nosotros como sociedad, que nos pongamos de acuerdo en intereses comunes, cuál es el bien común que queremos alcanzar en definitiva, “lo que nos hace bien a todos”.

Para eso necesitamos una reflexión amplia desde lo local, con las instituciones culturales, los artistas y la comunidad, generar estrategias y dar soluciones a la situación desde un proceso colectivo".