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San Rafael Jueves, 13 de Agosto de 2020

Carta Abierta de un sacerdote al Obispo de San Rafael

Jueves, 13 de Agosto de 2020
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13/8/2020


Carta abierta al Obispo de San Rafael Eduardo María Taussig

Su negativa a dar las verdaderas razones por la cual se dispone el cierre del Seminario, semillero en donde germinaron tantas vocaciones de jóvenes que generosamente entregaron sus vidas al servicio de Cristo y sus hermanos, su negativa a los Medios de Comunicación de dar las explicaciones pertinentes que se deben en una sociedad democrática que tanto, Uds. los Obispos, alardean en distintos documentos, me abre un sugestivo interrogante, al cual se pueden dar respuestas que sean equivocadas pero inducidas por su actitud y la de la Santa Sede.

En primer lugar, Jesús en el Evangelio, deja muy claro los pasos de la corrección fraterna, los cuales no han sido seguidos por Usted ni la Santa Sede, ya que la decisión tomada, amerita una causa gravísima.

¿De qué se nos acusa a los Sacerdotes y a la formación del Seminario? De que no andamos vestidos de paisanos, en contra de lo prescripto en el Derecho Canónico, (ver la foto de los sacerdotes Villeros con el Presidente Fernández), de que no hacemos un show de la celebración de la Santa Misa, transformando el Santo Sacrifico de la Cruz en una reunión de amigos que participamos en una “jolgórica juntada” para repartir luego el ágape eucarístico; de que no respondemos a la “Cultura del encuentro” aceptando modos de vida que están reñidas con la moral del Evangelio, pero que nos expulsan por defender las enseñanzas de Cristo en contra del mundanismo reinante. ¿Debemos dejar de ser sal de la tierra para podrirnos junto con el mundo ateo? ¿Dejar de ser luz, para adentrarnos en las tinieblas del error? ¿De oponernos a sus caprichos en detrimento del Pueblo Fiel?

Ud. sabrá que la Iglesia ha sacado numerosos documentos para frenar dichos abusos litúrgicos, y no lo ha logrado. Nosotros celebramos la Santa Misa como la celebra el Papa, ajustándonos a las leyes litúrgicas. Llama poderosamente la atención que esa inmensidad de sacerdotes violadores de dichas normas, no sean sancionados.

El centro y el culmen de la vida cristiana, el Corazón que da vida a la Iglesia es la Eucaristía. Por eso el ataque de los enemigos de Cristo que militan bajo la bandera del gran dragón se dirige, sub specie bonum (bajo apariencia de bien) al Gran Misterio de la Presencia Real.

Se puede citar lo siguiente de un Plan Masónico del año 1925:

“¿Cómo se puede lograr que los fieles ya no crean en la presencia real de Jesús en la Eucaristía?… Primeramente hay que hacer que la gente en todas partes reciba la Comunión de pie y después colocar la Hostia en sus manos. Preparados de esta manera llegarán a ver a la Hostia como un símbolo de un convivio fraterno, y consecuentemente caerán”. Lo han logrado, por la connivencia de algunos, y la debilidad o ignorancia de otros.

La gran reforma Litúrgica impulsada por el Concilio Vaticano II, la cual acepto plenamente aunque prefiero la anterior, fue dirigida por el Arzobispo Annibale Bugnini, dejó abiertas las puertas para que desembocara en el descalabro litúrgico que actualmente se vive en muchos ámbitos de la Iglesia. Era lógico que al haber dirigido tan ingente obra, Bugnini, debería haber sido premiado con la birreta Cardenalicia, por SS Pablo VI, en cambio fue enviado intempestivamente como pro nuncio a Irán, ¿la razón? Según se dice el Papa tomó conocimiento de que era Masón, y habría dicho, “Maldito traidor”. No hay otra explicación.

Una paradoja Monseñor. La Comunión en la mano no se trató en el Concilio, se introdujo gracias a esas puertas abiertas que dejó la Nueva Liturgia, donde varios Obispos y Sacerdotes imbuidos de este nuevo espíritu, mal llamado Conciliar, desobedeciendo a los Documentos de la Santa Sede fueron introduciendo esta nueva modalidad, incluso aquí en la Argentina, que ante el hecho consumado, la Santa Sede concede un INDULTO, un perdón de algo mal hecho. La paradoja está en que algo que se introdujo desobedeciendo, ahora se ordena por obediencia. ¡Cuánta hipocresía! en algunos miembros de la Iglesia.

Es proverbial la presencia de la Masonería en altos cargos de la Iglesia.

Este silencio inexplicable sobre el cierre del Seminario, que podría ser cómplice, nos puede llevar a pensar que detrás de esta disposición, están jerarcas masónicos dentro de la Iglesia, como lo estuvo Bugnini. Esta gente no se detiene. Quiere llevar a la destrucción de la Iglesia de Cristo, pero en el plan Divino pueden ser el instrumento para permitir dar cumplimiento a las palabras de Jesús: “Cuando vuelva el Hijo del Hombre habrá Fe sobre la tierra” sólo quedará la “pusillus grex” (pequeña grey). Pero esto, que responde al Plan Divino, no aleja la responsabilidad de aquellos que por cobardía se dejaron atrapar.

Si la Santa Sede toma esta gravísima decisión, veo sólo dos motivos posibles, o Ud. deformó gravemente la realidad, o informó la verdad. Si fuera esta última la razón fundante, se me prende una luz roja, ya que se estaríamos en el camino de cambiar la Fe, como se nos advierte en el Evangelio. No estoy dispuesto a cambiar LA FE RECIBIDA DE MIS MAYORES.

Para mí, esto no es una IDEOLOGÍA, sino la razón última por la cual dejé todo, que fue mucho, para servir a Dios en mi prójimo.

En lugar de predicar Cristo y visitar a sus Ovejas, como está mandado en el Código de Derecho Canónico Ud. dedica gran parte de su tiempo, en buscar razones para verduguear a sus Sacerdotes, haciendo Monitum y Decretos en su contra. Lo qué puedo asegurar es que Ud. no tiene “olor a oveja” sino más bien a perfume del Barrio Norte. La contra cara de Mons. León Kruk.

Ud ha sido verdugo de muchos Sacerdotes y aquí vale la recomendación del Concilio de Trento, lo cual da a entender que dicho abuso episcopal viene de lejos:

“…Acuérdense los Obispos y demás Ordinarios que son pastores y no verdugos, y que conviene rijan a sus súbditos de tal forma que no se enseñoreen con ellos, sino que los amen como a hijos y hermanos, ……” Esto lo hemos sufrido la mayoría de los Sacerdotes y como Ud., dice “Con amor de Padre y Hermano” No sea hipócrita.

A cuántas Madres y Abuelas de Seminaristas, que generosamente han dado a sus retoños para el servicio de Dios, he visto llorar. Ud. es un inmisericordioso, sin Caridad, sin alma. Decisiones tomadas detrás de un escritorio, sin contacto con la realidad, fruto de su enclaustramiento en Rivadavia 415 y sus permanentes viajes a su querida y añorada Buenos Aires. ¿No estará haciendo esto, para que lo premien y lo manden devuelta para aquellos lados y deje lo que nunca soportó?

Ud. se ha sentido con el derecho de avasallar la ética y la moral, abusando de su Autoridad, lo cual puedo demostrar con documentación respaldatoria, sus actos han estado dirigidos a buscar dinero más que a pastorear las ovejas, como muchas personas pueden dar testimonio, y estoy cansado de escucharlo

Ud. no se preocupó por el digno sostenimiento de los Sacerdotes suspendidos por sus caprichos, tal como manda el Derecho Canónico, que lo usa según sus conveniencias.

El escándalo que ha devenido por esta situación, lo provocó Ud. es el responsable “in causa”

Nada más que recordar la carta que le enviara un Obispo de la talla Mons. Aguer, Arzobispo emérito de La Plata. “Lamento profundamente lo ocurrido en San Rafael, a causa de TU GRAVÍSIMO ERROR” Un Obispo con nombre y apellido, no amparado en el montón.

No creo Monseñor que su accionar, que tanto escándalo ha producido a nivel mundial sea a causa de su maldad, sino de una grave enfermedad psíquica que lo estaría afectando.

Por último unas palabritas para su vocero, el Presbítero José Antonio Álvarez y Domínguez, expulsado de la Arquidiócesis de Mendoza, cuando todavía mantenía sus convicciones, y se daba el lujo de omitir en el canon de la Misa al Obispo del lugar.

Es el que en su lugar ha puesto la cara que Ud. nunca se animó a poner, lo cual sólo lo hizo cuando me calumnio. En justicia le he suplicado que me devuelva la fama que echó a los perros, pero por supuesto, su soberbia o enfermedad, para retractarse, se lo ha impedido. Este buen Sacerdote echó por la borda sus convicciones, su familia, sus amigos, con el sólo motivo de estar a la sombra del poder, del que está de turno. Qué lamentable.

Termino con palabras de nuestra Madre “Al final mi Inmaculado Corazón triunfara. Ánimo.

Lo encomiendo a María Santísima Madre de la Iglesia.

Pbro. Fernando M. Yañez

DNI 10.331.022

Sacerdote por toda la Eternidad