de

San Rafael Entrevista

Malvinas: 40 años de una herida que no cierra

En el marco de este tan significativo aniversario de la Guerra de Malvinas, dialogamos con un veterano que estuvo allí, el Coronel Eduardo Sánchez. Cómo fueron los días en Malvinas, qué pasó después y mucho más.

Viernes, 1 de Abril de 2022

3/4/2022


Este sábado se cumplieron 40 años de aquel 2 de abril de 1982, cuando se produjo el desembarco argentino en las Islas Malvinas. Nuestro país buscaba recuperar la soberanía de esas tierras, que le habían sido arrebatadas hacía 149 años por parte del Reino Unido y en el marco de una crisis política, económica y social, que vivía en Argentina.

Ese intento de recuperación les costó a los argentinos una guerra, cientos de muertos y una gran herida que nunca cerrará para quienes con heroísmo, valentía, pero sobre todo con amor por la patria, lucharon para recuperar nuestras Islas.

Fueron 73 días de combate, los últimos realmente cruentos, hasta ese 14 de junio que la bandera blanca flameo en lo alto, indicando el cese del fuego y de esta manera la rendición de las tropas argentinas. No pudo ser… Cientos de sensaciones invadieron a los argentinos, pero quienes más padecieron esa “derrota” fueron ellos, nuestros hombres, y esa herida que desde aquel día los acompañará el resto de sus vidas.

En esta jornada además se homenajea a todos los veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas, a quienes les rendimos el homenaje y respeto que merecen.

Dialogamos con uno de los hombres que estuvo en la guerra, el coronel Eduardo Sánchez (66). Tenía 26 años cuando estuvo en el conflicto bélico como teniente al frente de 43 hombres de la división de la compañía de Ingenieros IX, algunos suboficiales que habían seguido la carrera y otros soldados raso de la clase ‘63 y clase ’62.

Cómo fue enterarse que iría a una guerra, cómo fueron sus días en Malvinas junto a su grupo a cargo, el día del fin de la guerra y mucho más.

¿Cómo fue el momento en el que les informaron que debían partir a Malvinas?

En el año 1982 con el grado de teniente, estaba destinado en la compañía Ingenieros IX de colonia Sarmiento en Chubut. Teníamos formación a la 3 de la tarde y antes de esa hora, del día 26 de marzo, nuestro jefe nos convocó a los tres oficiales de la compañía a su despacho, cerró la puerta y nos impuso un juramente para velar lo que nos iba a decir porque se trataba de una operación,   desplegó sobre su escritorio una carta topográfica donde estaban las Islas Malvinas y nos dijo que íbamos a recuperar la soberanía de las Islas el 1ro de abril.

Fue un balde de agua fría y si bien siempre estuvo la ilusión de las Malvinas, no estaba en nuestra mente semejante hazaña histórica. No fue fácil armar una operación en 24 horas, con el condimento que tenía que ni la familia, ni los soldados podían saber qué estábamos haciendo, entonces era todo como un simulacro de un ejercicio.

Esto fue el 26 y el 27 de marzo ya salió la columna hacia Puerto Deseado con todos los vehículos y el material de la compañía de Ingenieros IX que era mi unidad y el Regimiento XXV que también formaba parte de la guarnición Sarmiento. Estas dos fueron las primeras unidades del Ejército Argentino que tocaron el suelo de Malvinas junto con la infantería de Marina, los buzos tácticos, y los comandos anfibios llevaron a cabo la operación de desembarco que se llamó Virgen del Rosario.

Inicialmente pensábamos que iba a ser una operación a corto plazo, el motivo de esta recuperación era obligar al Reino Unido a sentarse en una mesa de diálogo a tratar el tema de la soberanía. La operación consistía en retirar al gobernador que era Rex Hunt, y una vez producida la rendición del gobernador que se produjera el retiro de las tropas Royal Marine y a partir de ahí se izaría la bandera argentina.

Pero finalmente eso no se dio y el día 5 de abril la primer ministro Margaret Thatcher ordenó el alistamiento y tres días después zarpó la tropa, y lo que se había convenido que era una operación rápida no se dio y se vino la flota.

Tomando consentimiento el Estado Argentino de que la flota se iba a venir, se comenzaron a enviar unidades a Malvinas y allí empezaron a llegar contingentes a Malvinas.

¿Cuándo cayeron que estaban en guerra?

Yo con los otros oficiales teníamos ese secreto, entonces le tuvimos que dejar una carta a nuestros familiares donde le explicábamos lo que estaba pasando y después del 2 de abril, se les entregaría a los familiares.

Cuando nos vieron salir pensaron que se trataba de ejercicios relacionados a los que tenía que ver el con conflicto por el canal de Beagle, pero llamó la atención que salimos para el Este y no para el Oeste, siempre se pensó que se trataba de maniobras, nunca nadie lo relacionó con las Malvinas solo éramos tres los que sabíamos dónde íbamos.

Cuando estábamos previos a embarcar en los aviones ahí se les impuso de misión, al principio fue una alegría porque la idea era recuperar aquellas tierras que nos pertenecen.

Pasaron los días, la flota se iba acercando y nosotros comenzamos a realizar la preparación territorial que era hacer las posiciones, los posos de zorros, los campos minados, los alambrados para impedir que se produjera el desembarco o que las tropas pudieran avanzar por tierra. Había que detenerlas o demorar el avance.

Tomamos conciencia de la guerra cuando se produjo el ataque aéreo sobre el aeropuerto argentino, cuando un avión Vulcan bombardeó la pista de aterrizaje de Puerto Argentino y comenzaron con el hostigamiento aéreo y naval.

¿Cómo se vivían esos días?

Creo que cada uno de los combatientes que estuvimos allí vivió su guerra, en el lugar donde nosotros estuvimos que fue en la Gran Malvina en Bahía Fox  no hubo desembarco de tropas, no hubo combate terrestre, si hubo mucho hostigamiento de ataques aéreos y casi todas las noches teníamos cañoneo naval desde las fragatas que se posicionaban a 22 kilómetros de nuestras posiciones y ellos con sus cañones llegaban a nosotros, pero nosotros no teníamos nada, ni ningún cañón para llegar a esa distancia.

Entonces ellos tiraban a discreción a sabiendas que no les iban a responder con fuego, y así se vivió  prácticamente todo el mes de abril.

Nuestra posición defensiva en Bahía Fox, fue una de las que estaba mejor preparada, sin desmerecer a las otras y eso evitó que tuvieras bajas. Recibimos entre 500 y 700 proyectiles de cañón de los buques que caían próximos a nuestras posiciones y no tuvimos bajas.

Así pasaron esos 45 días entre mayo y junio, de noche no podíamos descansar porque a la noche justamente venía todo el cañoneo a la 1 o 2 de la madrugada, estaban un par de horas y se retiraban y en algunas oportunidades venían hasta dos veces.

Vivíamos en un estado de falta de descanso y uno se iba desgastando físicamente y psíquicamente, y de día con los ataques aéreos. En Puerto Argentino había un radar que daba las alertas ante una inminente incursión aérea, ese alerta era transmitido a todas las unidades que estaban desplegadas en Malvinas, pero no se sabía a donde iban a bombardear asique estábamos en alerta constante, fue desgastante,  sumado el clima que era muy frío con temperaturas bajo cero y una llovizna constante.

¿Cómo estaba preparada la Argentina para esa guerra?

En general tanto el Ejército, como la Armada y la Fuerza Aérea contábamos con material muy obsoleto. La masa de las aeronaves de los aviones nuestros eran de la década del ’60 y ’70, los Mirage ingresaron al país desde Francia en el año ’73 aproximadamente. Todo el material era muy antiguo, pero suplimos esa carencia logística con mucho patriotismo, cosa que los ingleses no lo tenían, a ellos les impusieron una misión y vinieron.

Cuando finalizó la guerra hablando con los ingleses ellos nos contaban que no sabían ni donde estaban las Malvinas y que no veían la hora de que terminara todo para volver.

Pero respecto a cómo estábamos preparados, creo que subestimamos al enemigo, si bien Inglaterra tenía una flota antigua para lo que es la flota inglesa, ellos estaban por pasar a disposición final esa flota y la recuperaron para ir a la guerra, pero ya estaba previsto que ese material iba a quedar fuera de servicio.

Sumado a que lamentablemente no se combatió contra un país sino contra una potencia naval y aeronáutica apoyada por Estados Unidos que le posibilitó parte de la logística y misiles de última generación con alto grado de efectividad y otros materiales como visores nocturnos y equipos de comunicaciones de los que nosotros carecíamos. Además tenían buques de la OTAN que fueron convocados para arribar a las Islas, en total eran 120 buques británicos los que arribaron.

También contaron con el apoyo efectivo de Chile que les permitió instalar un radar en una isla cerca de Punta Arena que detectaba la salida de las escuadrillas aéreas en los 5 lugares que tenía la Argentina en las bases aéreas que eran puerto San Julián, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Río Grande y Ushuaia, esas eran las cinco bases aéreas de donde despegaban los aviones, este radar captaba las salidas y le informaban a las flotas, asique ellos sabían y las estaban esperando cuando llegaran, entonces el factor sorpresa que es muy importante en una guerra estaba perdido.

Por ese motivo hubo muchos derribos de aeronaves propias, los ingleses tenían otro factor a favor que ellos tenían sus portaaviones y despegaban de corta distancia, en cambio nuestros aviones salían del continente, hacían reabastecimiento en vuelo para poder llegar a las Islas a atacar algún blanco que lo divisaban al momento que llegaban, volver al Continente reabastecerse. De esa manera se perdió la superioridad de vuelo.

Nosotros de todos modos fuimos reforzando nuestra posición defensiva con el correr de los días, y así llegamos al 1 de mayo donde se produjo el primer ataque inglés a las Islas, cuando llegó la flota británica formó un área de exclusión que fue un cerco de 200 millas donde todo lo que entrara en ese círculo debía ser abatido por la flota británica. Un avión lanzó un bombardeo sobre la pista de Puerto Argentino, no logró destruirlo pero produjo las primeras bajas del personal de fuerza aérea y ejercito que estaba en carpas cerca de esa pista.

El 2 de mayo el submarino Conqueror bombardeó el Crucero Belgrano que navegaba en dirección Oeste fuera del área de exclusión impuesta por ellos, fue torpedeado y en 45 minutos se hundió, de los 1100 hombres que trasladaba, murieron 323.

El 4 de mayo Argentina en una acción de represalia con una avión de la Armada se lanzó un misil de gran efectividad contra el Destructor Sheffield y logró hundirlo, o sea al cuarto día de producirse el cerco ya había dos barcos hundidos, ya no había posibilidades de ir marcha atrás y hablar la soberanía de forma diplomática. La guerra ya se había declarado.

¿Se iban enterando de las bajas que tenía la Argentina?

Si por radio, no nos enterábamos de las bajas en sí pero si de que iban cayendo determinadas guarniciones y nos desmoralizó mucho cuando cae Darwin en el ismo de la Isla Soledad, los ingleses llegaron a Darwin el 28 de mayo, cae la guarnición nuestra y eso nos desmoralizó, porque había caído uno de los puntos que estaba en Malvinas.

Había cuatro principalmente, todas las que estaban en Puerto Argentino ocupando las alturas, Darwin, Howard y Bahía Fox, estas dos últimas en la Gran Malvina.

Después de ese 28 de mayo comienza el desplazamiento británico hacia Puerto Argentino, al caer Puerto Argentino caía Howard y Bahía Fox, y así se fueron sucediendo las cosas.

El desánimo y la tristeza se iban sintiendo, la sensación de haber dado todo y no lograr el objetivo, uno siente impotencia por no haber podido recuperar las Islas.

¿Y espíritu para seguir de donde se sacaba?

El espíritu, la voluntad y la predisposición nunca decayó eso fue positivo porque el ambiente geográfico y el clima es tan hostil que a uno lo debilitaba físicamente, nos iba quebrando, de hecho hubo muchos que se enfermaron eran todos días de lluvia y el terreno es muy permeable en un pozo de 50 centímetros ya vierte el agua, uno vivía con la ropa mojada y dormía con la ropa mojada que no se alcanzaba a secar, porque cuando había sol era muy tenue.

Esto hacía que la salud sufriera las consecuencias, ahí se conoció el mal de pie de trinchera que afectó en un gran porcentaje a las tropas. Los pies al estar en contacto permanente con el agua y frío, la piel se empezaba a engangrenar, se ponía negra, se inmovilizaba la pierna y se produjeron muchas amputaciones. Eso sumado al hecho de vivir en esas condiciones tanto tiempo, desde el 1 mayo hasta el 14 de junio que se produjo el cese del fuego, fueron 45 días de vivir en un poso con agua y todo eso te va quebrando.

¿Qué pasaba con las provisiones?

Con te dije anteriormente cada uno vivió su guerra, pero justamente era eso una guerra no estábamos de turismo.

Durante el mes de abril recibíamos todas las cosas que nos enviaba la gente desde el Continente, llegaban las cartitas, de hecho yo tengo algunas, los chocolates, las petacas de licor y cigarrillos que el pueblo donó, la gente fue muy generosa y siempre vamos a estar agradecidos. Todo eso lo recibimos durante el mes de abril, pero en mayo cuando se produjo el cerco esa recepción se vio más restringida. Era más importante llevar comida, municiones, armamento y ropa que hacían a la logística de la guerra y eso era más prioritario que lo que nos pudiera mandar la gente. Pero las cosas llegaron en un principio.

Las municiones de los cañones pesaban hasta 50 kilos y debían ser transportadas en un Hércules, para que cuatro cañones pudieran tirar durante un día se necesitaba de un vuelo de un Hércules que debía transportar hasta 20 mil kilos de municiones. 

Muchos dicen que pasaban hambre o que no tenían el calzado adecuado, eso me da bronca, por supuesto que quizás no teníamos el mejor equipo o la ropa térmica que tenían los ingleses, pero teníamos nuestras camperas y botas, y como dije antes, el tema era la lluvia permanente que tampoco permitía que se secara la ropa.

En cuanto a la comida, cuando uno está en una posición defensiva ocupa entre 3 y 5 frentes, en Malvinas no se puede desplazar en vehículos, hay que hacerlo a pie o en moto, no había caminos porque un vehículo de hunde, y la vegetación existente tampoco permite el paso. La comida se distribuía a pie bajo fuego enemigo, porque los ingleses bombardeaban constantemente, lo general era que todos comiéramos un plato de comida al menos una vez al día, y al que no le llegaba tenía las raciones de combate. Yo estaba a 150 metros de altura, donde hacíamos la vigilancia sobre el ingreso y salida de buques del estrecho de San Carlos y llevarnos comida en tachos hasta allá arriba no era fácil, a veces comíamos recién a la tarde, pero no creo que hayan sido muchos los que estuvieron un día sin comer.

Quizás en los últimos días cercanos al 14 de junio, talvés muchos no comieron, porque los combates fueron más cruentos.

¿Cómo se enteran del fin de la guerra?

Nosotros recibíamos novedades y noticias a través de radio, ya sabíamos que habían caído las principales alturas Monte Longdon, Dos Hermanas, que eran los principales montes que ya habían sido conquistadas y que las tropas argentinas se estaban replegando hacia la ciudad y eso hacía ver un desenlace inminente. El 14 de junio logran dialogar el comandante británico con el argentino que era Menéndez y se acuerda el cese del fuego.

Enterarnos del cese de fuego para mí fue el día más triste, por otro lado alegre porque se terminaba ese padecimiento y sabíamos que habíamos dado todo, con lo que teníamos y con lo que pedíamos. Se compensó la falta de tecnología con mucha voluntad, patriotismo y heroísmo.

En el acta firmada decía “Incondicional” y Menéndez le dice a Jeremy Moore que tachara ese término Incondicional, que las Fuerzas Armadas Argentinas íbamos a respetar lo determinado en el acta porque no era una cuestión de exponerse o de regalarse a todo. Se hizo así y esa acta tenía 14 puntos que debíamos cumplir, guardar las banderas, no hacer ostentación de fuerzas, devolver el material tomado como postes, alambrados, chapas.

Así se dio y el día 15 en un comunicado que decía que al día siguiente se iban a hacer presentes tropas inglesas para comunicar como iba a ser el repliegue nuestro al Continente, al día siguiente amaneció en la bahía una Fragata y bajaron oficiales a hablar con mi jefe que sabía muy bien inglés, se pusieron de acuerdo y se produjo toda la entrega de armamento, de soldados y suboficiales, los oficiales mantuvimos nuestras armas reglamentarias dos días después, nos encerraron en un galpón de esquila y al próximo día nos trasladan en la fragata y después a otro buque que fue el que nos trajo hasta Puerto Madrin y llegamos el 21 de junio.

¿Qué pasó después, cuando Argentina no reconoció aquello que habían dado ustedes en esa guerra?

Fue muy doloroso, la post guerra fue peor que la guerra y hubo una gran campaña que se dio en llamar desmalvinización, hablar de Malvinas era un tabú porque habíamos perdido la guerra, eso fue terrible.

Los soldados después de irse de baja salían a buscar trabajo y nadie les quería dar, porque decían “este viene de una guerra, está medio loco”, entonces nadie les daba trabajo.
Siempre hago la comparación, Estados Unidos perdió la guerra de Vietnam y cuantas películas a favor han hecho.

Costó muchos años para que se reconociera esta gesta, el primer desfile grande que se hizo en honor a los veteranos fue hace unos 6 años.

Hasta las propias Fuerzas Armadas nos negaron y nos ocultaron,y eso se trasladó a los distintos estamentos del Gobierno y de la sociedad. No se valoró el esfuerzo que se hizo, si hubiéramos tenido otra tecnología, otro apoyo, podríamos haber ganado la guerra.

Toda esa campaña, los malos recuerdos, a uno lo acompañan toda la vida. Para quienes estuvimos ahí fue un antes y un después en nuestra vida, y para esta fecha se te remueve todo y nosotros que somos más viejitos tenemos que cuidarnos porque afloran muchos sentimientos y emociones.

No hay que olvidar que se perdieron  649 vidas en Malvinas y otras tantas después de Malvinas producto de depresión, de falta de contención psicológica, y después hubo más muertes en la postguerra, y hay que tratar de sobrellevarlo como se puede.

¿Cómo han sido estos 40 años para usted?

Después de la guerra yo continué en Colonia Sarmiento hasta fin del `82 y después me trasladaron a otro destino, y continué en carrera hasta que me retiré hace más de 10 años con el grado de coronel.

En lo particular me interesé mucho por la temática Malvinas y suelo dar muchas charlas en colegios, a la policía, en la facultad y uno no sabe cuánto sabe el que tiene enfrente en el auditorio, por eso uno debe explicarle los porqué y trato de justificar todo lo que digo.

Después de Malvinas yo también me hacía muchas preguntas por desconocimiento de algunas cosas, me interioricé, me preocupé. Pero hoy agradezco que en los medios y en las escuelas se hable de Malvinas y se ocupen de Malvinizar y que esto no se olvide porque va a llegar un momento que no quedará ningún veterano y lo lindo que esto continúe.

Los veteranos los sentimos todos los días, como decía anteriormente es algo que nos marcó en la vida y no lo olvidaremos nunca.

La ilusión es que algún día con buena voluntad los ingleses cambien de actitud y volvamos a recuperar las Islas y vuelva a flamear el pabellón nacional porque son nuestras geológicamente, geográficamente, históricamente y jurídicamente, son argentinas y porque fueron nuestras.

Eso es territorio argentino. Eso en los colegios debe decirse siempre y contar toda la historia no sólo la parte de la guerra, y decir que un día un general se levantó con ganas de recuperar las Islas, eso no fue así, la recuperación tenía que hacerse porque tal como lo indica la doctrina de Estoppel en la que se establece que si uno luego de reclamar un territorio por vía diplomática no obtiene resultados, pasados los 150 años pierde todos esos derechos y en ese momento se estaba por cumplir el plazo a meses de perder todo, por eso había que recuperarlas antes de enero del ´83.

Toda esa historia debe ser contada también y fundamentalmente revalorizar la importancia de amar a la patria y que no haya más guerras.