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San Rafael Miercoles, 17 de Agosto de 2022

San Martín y su exilio

A los 172 aniversario del tránsito a la inmortalidad del máximo prócer de la patria y libertador de América, general José de San Martín.

Miercoles, 17 de Agosto de 2022
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17/8/2022

Recordaremos sus últimos 25 años en el exilio.

Luego de liberar los actuales territorios de argentina, chile y Perú y de su renunciamiento en este último, San Martín decidió emprender un exilio voluntario. En aquel momento, las tensiones con Simón Bolívar eran evidentes y es entonces que San Martín decide dar un paso al costado, con el objetivo de allanar el camino hacia la tan ansiada libertad. Algo que recién se alcanzaría recién en 1824, luego de derrotar a los realistas en los campos de Ayacucho.

Fue así, que luego de su regreso a Buenos Aires, en febrero de 1824, se embarcó junto a su hija mercedes en el navío Le Bayonnais con destino a Francia.

A fines de 1824 se dirigió hacia Bruselas, donde se estableció en las afueras de la ciudad mientras que su hija mercedes ingresó a un pensionado de señoritas.

La vida de San Martín en el exilio se caracterizaba por la simpleza y la humildad, siendo que solamente contaba con los dos años de pensión que el gobierno de Perú le había concedido por sus servicios, su situación era rayana con la pobreza. En una carta enviada a sus amigos, relata que vivía en una casa vieja con goteras y mucha humedad.

A la situación económica se sumaba su estado de salud la artritis reumatoidea que lo aquejaba desde mucho tiempo antes, se agravó debido a esas malas condiciones de vida. Por este motivo, en enero de 1828, decidió viajar a Aix-la- Chapelle para realizar un tratamiento con aguas termales.

Obligado por las circunstancias, San Martín debió regresar a las provincias unidas del río de la plata en 1829 para realizar una serie de trámites vinculados a unas propiedades que poseía en Buenos Aires, Mendoza y Chile. Bajo el nombre de José Matorras se embarcó en el vapor Conttes of Chicheter. Al llegar, el panorama político no era el más afable y frente a las costas de Buenos Aires se puso al tanto de las disputas entre unitarios y federales.

Luego de realizar las gestiones correspondientes, San Martín retornó a Europa y se instaló en Francia, cerca de París, donde alquilaría una casa sobre la Rue de Provence.

En los años ‘30, la situación política de Europa tampoco se caracterizaba por la estabilidad. Los monarcas del imperio austríaco, el reino de Prusia y el imperio de Rusia habían conformado la santa alianza para luchar contra el liberalismo político.

Por aquellos días, San Martín se reencuentra con un viejo compañero de armas: Alejandro Aguado y Ramírez, y detentaba el título de marqués de las marismas de Guadalquivir, a quien había conocido durante su paso por el ejército español que combatió en las guerras napoleónicas. Poseedor de una considerable fortuna que había amasado dentro de la actividad bancaria, ayudó al libertador tanto moral como económicamente.

Don José y su hija caen víctimas del cólera durante la epidemia que arrasó Europa. Ambos sobreviven, y hacia fines del año 1832, se produce el matrimonio entre su hija y Mariano Balcarce, hijo de Antonio González Balcarce, amigo del prócer. Fruto de esa relación nacieron María Mercedes y Josefa Dominga.

Durante su vejez, San Martín pasó sus días viviendo una vida tranquila y relajada junto a sus nietas. Sus alimentos predilectos eran el mate y el asado. Se dedicaba principalmente a cuidar su jardín, andar a caballo y leer. Cuidaba también de sus prendas de vestir de manera personal.

Posteriormente, llegó a ser propietario de dos casas en Francia. Una en Grand Bourg y otra en París; en la primera vivía y en la segunda pasaba los veranos. A comienzos de 1848 irrumpió el movimiento revolucionario que instauró la segunda república en Francia. Es entonces cuando decide instalarse con su familia temporalmente en la ciudad portuaria de Boulogne Sur Mer.

Finalmente, el sábado 17 de agosto de 1850, después de pasar la mañana en el sofá, sintió frio y le pidió a su hija que lo llevara a la cama. Sufriendo un intenso dolor en el estómago, a las tres de la tarde, se produjo su paso a la inmortalidad. Actualmente sus restos descansan en el mausoleo de la capilla nuestra Señora de la Paz, en la Catedral Metropolitana.

San Martín antepuso siempre el bien común al interés propio. Por su obra, ejemplo y legado, vivirá en la inmortalidad y en el corazón de cada habitante de esta tierra.      
        
 Prof.  Esther Calvo de Llamazares
 Presidente Asoc. Cult. Sanmatiniana de San Rafael