Por Enrique Mario Barrera
Tarde apacible y soleada de agosto, voy a encontrarme con uno de los más notables pilotos de automovilismo que ha dado el departamento. Nació el 8 de marzo de 1943 en Capital Federal (hoy CABA), a los cinco años su familia se instala en San Rafael y desde entonces este fue su lugar en el mundo.
Sus inicios con el deporte motor fueron allá por el año 1957 cuando compró una moto Legnano 50cc, quería prepararla para correr por lo tanto debía hacerle algunos retoques, por ejemplo limar un poquito la tapa frotando la misma en el áspero cordón de la vereda, amigos le dieron abrasivos para lograr una suave superficie de contacto, recuerda que para hacer la junta utilizó como materia prima la tapa de una revista “Vosotras” que, generalmente, las mujeres compraban en esa época; todo se hacía rápido para poner a andar el vehículo de carrera en marcha lo antes posible.
Tiempo después, un amigo se compró una moto de mayor poder y por supuesto más pesada; se la prestó a Danilo para una carrera en el circuito de tierra que había en el Parque Mariano Moreno rodeando al lago y pasaba por la calle principal (hoy Angrimán) llegaba cerca del puente norte del río y volvía por una paralela a calle Balloffet. En ese evento se encontró con un doble desafío, correr con una máquina más pesada y potente, una moto Puma de 100 cc y él con sus 55 kg de peso debía hacer frente al sistema de largada que implicaba impulsar a la máquina corriendo a su lado en piso de tierra hasta que la caja agarraba y la ponía en marcha saltando luego al asiento, fue toda una proeza, cuando partió sus rivales ya le llevaban ventaja, mientras hacía el primer giro y antes de llegar a las cercanías del lago, la gran potencia de la moto y el polvo levantado por sus competidores le hicieron perder la referencia de la pista y terminó en la acequia en una nube de polvo que la maniobra levantó. El manubrio quedó un poco torcido pero las ganas de correr le dieron fuerza para poner la moto en el circuito y con la ayuda de un forzudo espectador que lo sentó al comando y lo empujó logró seguir en carrera, debiendo abandonar por el problema de dirección que tenía.
Así fue el comienzo de la campaña deportiva de Danilo Mora.
Siguieron las competencias y a mediados de los años sesenta junto a unos amigos, Arnoldo Avena, Kelo Brunet, Alberto Becerra, José Salinas y otros comenzaron a planificar la constitución de una asociación para desarrollar las carreras de motos y autos y con el objetivo de construir un autódromo propio.
Ese grupo de entusiastas tuvieron una reunión con autoridades locales del Automóvil Club Argentino analizando la posibilidad que esa institución formara una comisión de automovilísmo y así lograr lo que tenían planeado, pero después de horas de charlas no se llegó a un acuerdo, rato después estaban en la vereda y sin saber que hacer al respecto. En ese momento Avena los invitó a las oficinas que tenía en calle Alsina y ahí decidieron formar la Asociación Sanrafaelina de Automovilismo con su propio estatuto y elección de la primera comisión directiva.
En la entrevista Danilo Mora exhibe una placa recordatoria donde figura ser el Socio N° 4 de la asociación, siendo vocal al principio y luego presidiéndola. Compraron el terreno en el alto de Las Paredes, diseñaron y construyeron el circuito inicial, el que después de mucho esfuerzo y
dedicación lograron terminar y para inaugurarlo trajeron ni más ni menos que a la Fórmula 1 Argentina, una de las categorías de mayor potencia que había en el país.
Asume Danilo que fueron muy arriesgados al hacer ese evento, puesto que el asfalto que pusieron fue liviano y más se parecía a una gruesa imprimación que a una carpeta asfáltica resistente. El fin de semana de la carrera y al ver ingresar a esos tremendos bólidos los nervios invadieron a los jóvenes directivos y más se manifestó durante la carrera final, que ganó Jorge Ternengo, cuando pedazos de asfalto saltaban en algunos sectores del circuito, logrando algo de alivio cuando finalizó la competencia.
Así era el automovilismo sanrafaelino en esa época, con jóvenes decididos a lograr sus metas, a veces con improvisación, pero con la voluntad férrea puesta en avanzar en el logro de sus sueños.
Notables anécdotas de un Danilo Mora que muestra su pasión por el deporte motor en cada palabra que dice.
Ya a fines de los años sesenta el protagonismo como piloto de carreras se incrementa al mostrarse compitiendo con grandes figuras a nivel provincial y nacional. En 1970 logra el subcampeonato en la categoría B del Turismo Nacional Anexo J conduciendo un Renault 1093, año en el que obtuvo varias victorias en distintos circuitos de la provincia y el país.
Y fue con la adquisición, primero de un Fiat 128 común y luego de un 128 IAVA, cuando su trayectoria comenzó a llamar la atención no solo de los aficionados locales sino a los empresarios del rubro y de sus colegas en todos los circuitos donde compitió. Todos recordamos que ese Fiat nació “picante” para la época y le permitió a Danilo ser protagonista, siempre ganando muchas carreras y llegando segundo en otras tantas, pero esos excelentes resultados lo llevaron a ser el Campeón del Zonal Cuyano en los años 1972 y 1973. También los excelentes resultados lo ubicaron en puestos de privilegio en el Campeonato de Turismo Nacional en su categoría.
Siempre estuvo agradecido al apoyo familiar y al del concesionario de la marca por medio del equipo Clam Competición y a las empresas e instituciones de nuestro medio que fueron de mucha ayuda en su carrera deportiva y no se olvida de los mecánicos que le dieron siempre autos competitivos, entre ellos recuerda a Eduardo Fernández.
Tuvo de adversarios a destacados pilotos como Guido Angel Raddi, Juan Carlos Rodriguez, Antonio Herrera de nuestro medio, a Nelson Poggio y Roberto Patti del norte provincial y a los renombrados Mario Stillo, José Cano y Juan Carlos Rizzutto de Córdoba, Miguel Lascurain y hasta el notable campeón de Turismo Nacional Rubén Daray, de los que tiene grandes recuerdos.
Más allá de los campeonatos obtenidos, Danilo fue protagonista destacado en muchas carreras de larga duración como las “12 Horas de Turismo Nacional” llevada a cabo en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires en octubre de 1973, la dupla Danilo Mora- Nelson Poggio llegaron segundos con el Fiat Iava al final de la carrera, detrás de los ganadores Mario Stillo- Juan Manuel Massey con Renault 12 y más atrás la dupla Lascurain-Daray. Esa carrera debía ser un triunfo contundente de Mora-Poggio de no haber tenido problemas en la caja ya que en la hora 3 la segunda marcha no entró más y a pocas horas antes del final solo andaban con la cuarta marcha, indicando que la parada en boxes era un calvario puesto que salir en cuarta les tomaba mucho tiempo en entrar en régimen, pero a pesar de ese inconveniente llegaron segundos al fin de la carrera.
La conocida revista “Corsa” destacó su heroico desempeño sacando en su tapa al IAVA mendocino (en la imágen el piloto es Mora).
Los días 15 y 16 de diciembre de 1973 se disputaron las “20 Horas de Turismo Nacional” también en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires; en esta ocasión la dupla estuvo conformada por Danilo Mora- José Cano. La posición de largada fue la 30, el andar era sobresaliente de tal manera que a la tercer hora de competencia iban sextos y antes de la décima hora estaban punteros y con buen ritmo, esa posición la mantuvieron unas horas más hasta que se produjo el abandono, pero recibieron la admiración de muchos colegas y del público que se dió cita en ese evento.
Recibieron el premio consuelo que se otorgaba a las 10 horas de competencia para quienes fueran ganando la carrera.
Danilo Mora participó en el Gran Premio de Turismo Nacional de 1973, además de la Vuelta de la Manzana en Río Negro con singular resultado.
El diario sanrafaelino “La Voz del Sur” a fines del año 1973 brindó un resumen de resultados de Mora indicando que en 1972 participó en once pruebas obteniendo seis triunfos, tres segundos puestos, un tercer puesto y un abandono y en el campeonato logrado en 1973 sobre 9 competencias logró tres triunfos, tres segundos lugares, un quinto, un séptimo y un abandono.
En el maravilloso relato, Danilo expresa que tuvo la suerte de competir en grandes escenarios como el circuito de Villa Mercedes, Río Cuarto, Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires, Balcarce y dentro de la provincia en el Circuito de El Challao, Barrancas, Autódromo Gral San Martín de la Ciudad de Mendoza y por supuesto que en el de la Asociación Sanrafaelina de Automovilismo, entre otros, y uno que le gustó siempre fue El Zonda de San Juan y al mencionarlo describe la siguiente anécdota: en una oportunidad se corría en ese circuito un determinado fin de semana pero ese sábado se casaba uno de sus buenos amigos, David Mangado, y decidieron cumplir con ese compromiso y por lo tanto Danilo decidió no correr en San Juan porque, supuestamente, no darían los tiempos, entonces disfrutaron de la fiesta; a eso de las cuatro de la mañana los mecánicos le avisaron que habían terminado de preparar el IAVA y que a las 8 de la mañana debían salir para El Zonda, él les dijo que no tenía pensado ir y ni siquiera se había inscripto para la carrera. Pero precisamente Mangado lo había anotado y es así que cuatro horas después el auto de carrera y los vehículos que acompañaban emprendían el camino hacia el norte.
En esos tiempos el auto de competición iba en marcha y probándose y así lo hicieron, al pasar por Luján de Cuyo manifestó una falla en el carburador, la que fue solucionada en la banquina, después de almorzar mientras revisaban el auto llegaron al circuito sanjuanino, la clasificación había sido el día anterior por lo que la largada de la carrera lo ubicó en la última posición, la remontada fue notable y a la tercera vuelta de competencia ya marchaba primero, manteniendo esa posición hasta la bandera a cuadros. Fue un fin de semana de locos pero el resultado fue el triunfo en un circuito que le agradó siempre.
Así fue y es Danilo Mora, reconocido como “El Deportista del Año” por el Diario El Comercio en 1973, recibiendo la distinción decidida por los medios periodísticos del Sur provincial dado por el Canal 6 de San Rafael; reconocido por el Automóvil Club San Rafael por sus extraordinarios triunfos logrados a nivel zonal y nacional. Posee innumerables trofeos logrados en su trayectoria deportiva, etc, etc.
Danilo Mora, 81 años; de profesión ejercida Enólogo y empresario, casado, 3 hijos y 7 nietos. Un ser humano que valora la familia y a los amigos, muy apasionado del deporte motor, nacido para triunfar; lleno de recuerdos de aquella época, anécdotas por doquier y una gran virtud que exhibe al hablar donde muestra la sencillez de los grandes campeones.
Agradecimiento especial para Danilo y su familia.