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San Rafael

ARA San Juan: el recuerdo de Hernán Rodríguez, a ocho años de la desaparición

Sabado, 15 de Noviembre de 2025

Este 15 de noviembre se cumple el 8vo aniversario de la desaparición del submarino ARA San Juan, una de las tragedias más profundas en la historia reciente de la Argentina. Fueron 44 los tripulantes que perdieron la vida aquel 2017, entre ellos se encontraba el suboficial Hernán Rodríguez, oriundo de General Alvear y muy querido en el distrito de Real del Padre, donde vivió gran parte de su vida y quien dejó una huella imborrable.

Sobre la tragedia, cabe recordar que el submarino emitió su última comunicación la mañana del 15 de noviembre de 2017, mientras patrullaba aguas del Atlántico Sur. Horas más tarde, el contacto se perdió en medio de un fuerte temporal. Inicialmente, se realizó una búsqueda masiva internacional con 28 embarcaciones y 9 aviones de 11 países, pero sin éxito. Finalmente, su hallazgo se produciría un año y dos días después, el 17 de noviembre de 2018, por la compañía estadounidense Ocean Infinity, utilizando su barco Seabed Constructor y submarinos no tripulados (AUV) con tecnología avanzada, a más de 900 metros de profundidad, cerca del Golfo San Jorge.

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La jornada de hoy fue establecida oficialmente por la Ley 27.758 como el Día Nacional por la Memoria de los 44 Héroes y Heroína del Submarino ARA San Juan, sancionada en 2024 para rendir homenaje a los tripulantes y reafirmar la soberanía sobre el mar argentino.

La fecha es muy cara para los familiares de los 44 tripulantes que seguramente participarán de diversos actos conmemorativos en distintos puntos del país, mientras continúa el camino hacia la justicia. El juicio oral está fijado para marzo de 2026 en la ciudad de Río Gallegos contra los oficiales de la Armada Argentina involucrados en el hundimiento del submarin, entre los principales imputados que llegarán a juicio figuran el contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo, quien al momento de la tragedia era comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada; el capitán de navío Claudio Villamide, entonces jefe de la Fuerza de Submarinos; el capitán de navío Héctor Alonso y el capitán de fragata Hugo Miguel Correa.

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A ocho años de aquella mañana que conmovió al país entero, el nombre de Hernán vuelve a ocupar un lugar especial en el recuerdo de la comunidad alvearense y sanrafaelina, a quienes sus familiares y amigos lo evocan no solo como un marino comprometido con su deber, sino como un hombre de familia, apasionado por su profesión y profundamente ligado a su tierra mendocina.

"Era un tipo alegre, de esos que dejaban huella": el recuerdo de su hermano Claudio

En 1993, Hernán Rodríguez, abandonó el distrito sanrafaelino de Real del Padre donde vivió desde pequeño para iniciar una etapa impensada tanto por él como su familia, la carrera militar.

El suboficial mayor y jefe de máquinas del submarino ARA San Juan cursó tres años en la escuela de Mecánica de la Armada hasta culminar el secundario, de donde egresó con uno de los mejores promedios, y luego continuó la carrera de suboficiales y su profesión lo condujo al mar donde lamentablemente lo encontró la muerte.

El dolor no se borra con los años. Para Claudio Rodríguez, hermano de Hernán, cada aniversario trae consigo el mismo nudo en la garganta. "El 16 de noviembre de 2017 me llamó mi cuñada Marcela para avisarme que se habían perdido. Yo pensé que era para saludarme por mi cumpleaños que es el 16, pero no... me dijo que el submarino no daba señal desde hacía dos días. Así empezó todo", recuerda.

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Claudio rememora que había hablado con su hermano semanas antes de la tragedia: "Hernán me dijo que la máquina no estaba bien. El llevaba 25 años en la Armada, 20 de ellos en submarinos, y conocía perfectamente cada detalle del San Juan. Le dije que no saliera, que se bajara, pero era muy responsable, amaba lo que hacía. Me dijo: 'Cuando lleguemos a Ushuaia te llamo'".

La noticia los golpeó con fuerza, Claudio viajó junto a su madre y su hijo a Mar del Plata, esperanzados en que los encontrarían. "Pasaron los días, no aparecían. A la semana nos volvimos. Ya sabíamos que sin oxígeno no había chances", cuenta con tristeza.

Aun así, la búsqueda continuó durante un año, entre incertidumbre, versiones cruzadas y el dolor de sentirse espiados: "Descubrimos que nos habían hecho seguimiento, que nos espiaban, nos borraban mensajes, llamadas. Después se confirmó que era cierto. Fue una doble herida: perder a mi hermano y descubrir eso".

El hallazgo del submarino, un año después, trajo algo de paz. "Fue un alivio, una certeza. Supimos que estaban ahí. Vi las imágenes, el casco destrozado, el lugar exacto. Pero todavía no sabemos qué pasó realmente. La Armada dio su versión, pero queremos que la justicia lo confirme con peritos independientes. Alguien tiene que hacerse responsable".

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Entre homenajes, calles y escuelas que llevan su nombre, Claudio dice que el recuerdo de Hernán sigue vivo: "Era muy charlatán, vivaz, de los que te hacen reír siempre. Cuando paso por Real del Padre y veo su nombre, me emociona y siento que por lo menos, no fue en vano todo lo que hicieron. Hernán defendía nuestra soberanía. Ellos cuidaban el mar argentino, la casa grande, la patria".

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"Mi mejor héroe, mi mejor amor": el testimonio de Marcela Moyano

Marcela Moyano, esposa de Hernán, revive cada noviembre con una mezcla de amor, tristeza y fortaleza. "Parece mentira que ya pasaron ocho años. El tiempo vuela, pero el recuerdo sigue tan vivo como el primer día. Lo extraño muchísimo", confiesa.

Marcela recuerda la última vez que lo vio. "Estaba recostada esperando si lo pasaban a buscar o lo llevaba yo. Cuando le avisaron que lo pasaban a buscar, nos despedimos con un abrazo grande y un beso. Siempre le decía que lo esperaba. Nos mandábamos audios cuando salía a superficie, era nuestra manera de estar conectados. La última vez me escribió el 8 de noviembre me puso "Pronto nos vemos, amor'. Ese mensaje todavía lo guardo".

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Durante los meses posteriores, fue una de las familiares más activas en la lucha por la búsqueda: "Dormí noches enteras en carpas frente a la Base Naval. Fueron meses de protestas y de pedir que los buscaran. No queríamos que los dejaran abandonados en el mar. Fue una lucha enorme de las familias. Lo más duro fue el destrato, las mentiras y la falta de recursos para buscarlos. Si se hubiese hecho todo bien desde el principio, no habríamos pasado tanta agonía, ya que nos mantenían con una esperanza de que los podríamos volver a ver, pero era practicamente imposible".

Hoy, Marcela mantiene viva la memoria de su esposo: "Siempre digo que los 44 fueron obreros del mar, trabajadores que salieron a cumplir su deber y no volvieron. Hernán era mi héroe, mi amor, mi compañero. Lo recuerdo con orgullo, porque sé que dio la vida defendiendo nuestra patria. Y solo pido una cosa: que nunca se apague su memoria, que se haga justicia y que el país no los olvide".

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Ocho años después el eco del ARA San Juan todavía se escucha bajo las aguas del Atlántico, pero también en la voz firme de sus seres queridos, que no descansan hasta que la verdad salga a la superficie.