El Cap (Chris Evans) y Peggy (Hayley Atwell) se habían separado por uno de esos avatares del destino cuando el avión que éste trataba de desviar de una trayectoria mortal contra Nueva York, terminó estrellado en el ártico, donde se perdió por casi 70 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Tras despertar de una suerte de criogenia, Steve Rogers se encontró en un mundo totalmente nuevo, que había avanzado a pesar de su ausencia, y en donde Peggy Carter tenía cerca de 100 años.
Fue precisamente en su segundo film, Capitán América y el Soldado de Invierno (Captain America The Winter Soldier, 2014) cuando el Cap se reune finalmente con Peggy que sufre de Alzheimer y tiene con él un momento de lucidez. Es allí cuando se revela que, a pesar de que nunca dejó de amar a Steve, ella continuó con su vida, se casó (presumiblemente con el agente Daniel Sousa de S.H.I.E.L.D.) y llegó incluso a ser una de las mayores autoridades de la agencia de espionaje mundial del Universo Marvel.
"El mundo es otro ahora. Nadie puede ir al pasado. Solo podemos dar lo mejor y a veces lo mejor que uno puede hacer es iniciar de nuevo", le dijo Peggy, antes de olvidar el encuentro debido a su condición.
De esta manera, el deseo de volver al pasado y reecontrarse con la primera mujer a la que amó -y que se vio reforzado al verla de nuevo en acción en la base en la que se infiltró junto a Tony Stark (Robert Downey Jr.)-, fue lo que lo motivó a dejar "colgados" a los Avengers y quedarse en el pasado disfrutando de la compañía de la bella inglesa gracias a la oportunidad obtenida en la última gran aventura del Capitán América.
Y como cada acción que los Avengers cambiaron a través del tiempo no han tenido consecuencias directas en la línea del tiempo, el Cap puede quedarse tranquilo bailando con Peggy por las siguientes cinco o seis décadas, felices y con perdices.
Fuente: Diario Digital