de

San Rafael Entrevista

Tres generaciones de talabarteros

Humberto Cervantes es un reconocido talabartero del medio que supo transmitir su pasión por el trabajo del cuero a sus generaciones. Conocemos la historia de su comercio y de esta familia de talabarteros.

Viernes, 29 de Setiembre de 2017

Fotos: Jorge Gutierrez / Mediamendoza.com

07-10-2017. La talabartería es el arte de trabajar diversos artículos de cuero o guarniciones para caballerías, como monturas, albardas y aparejos para montar.

Si bien son de esas profesiones que se van perdiendo en el tiempo porque todo se ha industrializado, aún son muchas personas y en particular la gente de campo que continúa requiriendo de los servicios de un talabartero.

Y si hablamos de talabarterías en San Rafael sin dudas una de las más reconocidas es “Cervantes”, el mítico comercio de la segunda cuadra de calle Gutierrez parece resistir el paso del tiempo, apenas uno ingresa el olor a cuero te hace saber que estas en el lugar indicado. En sus estantes y vitrinas se observa todo tipo de elementos para el hombre de campo, el cliente llega al local y se va con la solución a sus requerimientos.

Para Humberto Cervantes, ese negocio es su vida, con sus 82 años cada mañana abre las puertas del local y atiende al público, junto a su hijo y su nieto, para quienes también la talabartería es su vida.

Dialogamos con Ariel Cervantes, hijo de Humberto y nos contó la historia de este comercio decano en San Rafael, que cuenta con una amplia clientela.

“Mi papá empezó con esto a los 13 años, en la talabartería Baigorria que era de mi tío, estaba en la avenida Yrigoyen, hasta el año ‘78 estuvo ahí y después puso su propio negocio acá a la vuelta (por calle Corrientes), al lado de la farmacia. Ahí estuvo por algunos años, hasta que puedo comprar esta casa donde vivimos y puso el negocio adelante” contó Ariel.

Humberto junto a su esposa Francisca, tuvieron dos hijos Ariel y Lidia, ella junto a su esposo también continuaron en el negocio de la talabartería y luego de que su marido aprendiera el oficio, abrieron su propia talabartería.

“En mi caso, el oficio no lo aprendí, pero siempre he estado en el negocio ayudando en otras cosas. Recuerdo que antes se fabricaban aquí un montón de cosas, ahora ya muy poco, la mayoría lo compramos hecho de fábrica. Lo único que hacemos ahora es el sobre pellón que va arriba de la montura” afirmó Ariel.

También señaló con orgullo que su hijo Lucas, también está involucrado en el rubro y el sí se ha interesado en aprender el oficio “en la actualidad estamos trabajando las tres generaciones. A Lucas le gusta mucho esto y él es el que se encarga de hacer cintos y otros elementos en cuero que la gente pide a medida. Además tiene caballos, le gusta mucho todo esto asique ya tenemos la continuidad del negocio asegurada”.

Ariel también recordó las épocas de esplendor del oficio, en el que había muchas fincas en San Rafael y se trabajaba con caballos a diferencia de lo que ocurre en la actualidad que casi todo el trabajo es automatizado con maquinarias. “Antes se vendían muchas pecheras, lomeras, que era donde se enganchaban las cadenas para el arado pero ya se ha ido perdiendo porque ahora está el tractor. Pero en la ganadería sí sigue vigente”.

No obstante Ariel afirmó que el negocio cuenta con una amplia cartera de clientes “tenemos muchos clientes que nos siguen eligiendo, muchos los heredamos de la talabartería de mi tío y otros que empezaron a venir cuando mi papá puso el negocio y siguen sus hijos, nietos, gente de la zona de campo, que tiene caballos”.

Por otra parte resaltaron que están trabajando en un nuevo proyecto, que será la instalación de una sucursal en el nuevo edificio de Cereales El Diamante, que está próximo a inaugurar. La idea es incorporar allí todos los elementos que no se pueden exhibir en el negocio y estará a cargo de la nuera de Humberto y sus nietas. Toda una familia trabajando para mantener el comercio.

“La talabartería es nuestra vida y poder seguir su trayectoria para nosotros es importantísimo”, sintetizó Ariel.