de

San Rafael Entrevista

Día del Mecánico: Una pasión heredada de padre a hijo

Sabado, 26 de Febrero de 2022

27/2/2022

Esta semana, más precisamente el pasado 24 de febrero se celebró el Día del Mecánico Automotor. Ellos son imprescindibles en nuestras vidas, luego de que el vehículo que nos transporta a diario “nos deja a pata” como dice el popular dicho.

Generalmente los hay de confianza, aquellos a los que uno les deja su vehículo a "ojos cerrados" a la espera de que se nos devuelva en óptimas condiciones y otros suelen ser de paso, cuando un desperfecto se presenta en medio de un viaje o lejos de nuestro lugar de residencia, pero como sea siempre ellos están para buscar la solución al problema.

Para homenajearlos en su día, dialogamos con dos ellos, Alberto Ravalle (68) padre y su hijo quién lleva su mismo nombre. En una extendida charla repasamos la trayectoria del mítico taller de calle Lavalle, sus inicios, la modernización constante del mismo y la herencia que ya recae en manos de Alberto hijo, para continuar con la tradición y seguir dejando el apellido en lo más alto.

¿Alberto (P) cuándo descubrió su pasión por éste oficio?

Era muy niño tenía 13 años, cuando terminé el colegio primario, tenía un hermano mayor que trabajaba en un taller y el me incentivó para que comenzara también.

¿Cómo fueron esas primeras experiencias?

Muy buenas, porque me gustaba mucho, eran todos autos muy antiguos porque estamos hablando de hace muchos años atrás. Más que nada yo había entrado a hacer limpieza allí porque mi padre era cliente de ese taller y le pidió al dueño que me tomara para que empezara a aprender.

Ahí comencé, trabajé dos años y luego me fui a otro taller y estuve ahí hasta los 16 años que fue cuando entré a una concesionaria muy importante de acá de San Rafael en ese momento que era la concesionaria Dodge, ahí trabajé hasta loe 23 años que fue cuando me independicé.

¿Se acuerda cuál fue el primer vehículo que reparó?

Si lo recuerdo muy bien porque fue el que me dio la oportunidad de seguir con esto, en el primer taller que fui recuerdo como hoy que un día me dieron un auto para sacar mi primer motor, me dijeron sácalo desarmalo que vos lo vas a armar. Lo saqué lo desarmé, lo madamos a reparar a una rectificadora y lo armé.

Era un Fiat 1100 que en ese tiempo era un auto importante. Fue una satisfacción encenderlo y que anduviera, son esas cosas que uno no se olvidan más.

¿Y en la concesionaria imagino que también adquirió mucha experiencia?

En esa concesionaria se trabajó mucho porque en ese entonces se vendían muchas camionetas, muchos autos, camiones, éramos 43 empleados.

¿Y su hermano siguió?

No no él abandonó, yo sólo seguí con esto.

¿Dónde fue su primer taller?

El primer taller fue en mi casa en calle Maipu, ahí hice un galponcito y después de estar cinco meses, vino un primo y me dice “este lugar es muy chico, no podes seguís acá” y me alquiló un galpón en calle Perú, hasta que me pude hacer este galón donde estoy hace 40 años.

¿El taller siempre es un lugar de encuentro, de charlas y reuniones?

Si la verdad que es lindo, acá encontrás muchos amigos, clientes que después se hacen amigos y en la actualidad después de haber pasado tantos años desde que mi hijo ya está al frente del taller, siguen viniendo mis clientes de 30 y 35 años, hay uno que ya está muy mayor y sigue viniendo, y nos ha traído a sus hijos y sus nietos.

¿Siempre confiando en su trabajo?

Si se genera una confianza.

¿Es toda una satisfacción el poder arreglar un vehículo que vino con alguna avería, pero también debe sentirse un sabor amargo cuando no se encuentra el problema?

Si a veces pasa y uno se va a la casa pensando cuál será el problema, porqué no le encuentro lo que está pasando o no se puede resolver, pero todo tiene solución hay que ser paciente.

¿En qué se especializa taller Ravalle?

Nosotros siempre hemos hecho mecánica general de todo tipo de mecánica y todo tipo de auto y con el correr de los años todo se ha ido modernizándose y nosotros también. Estamos muy aggiornados en lo que es inyección electrónica, compré scanners, me fui actualizando en todo. Cuando vino el GNC empezamos a colocar, fui el primero que comenzó a instalar en San Rafael.

Y desde hace 15 años que Alberto, mi hijo, empezó a trabajar acá perfeccionándose mucho y después incorporó todo lo que es inyección diésel.

¿Hizo muchos cursos?

Si fui a Buenos Aires a hacer muchos cursos y mi hijo también, y han venido acá a darnos muchos cursos también.

La tecnología va avanzando y si te quedás no podes avanzar más, tenes que quedarte ahí. Tenemos muchas computadoras para distintos tipos de autos, todo eso va mejorando la tecnología del taller.

¿Preparó autos de carrera?

Si preparamos dos Fiat 600 para el zonal cuyano, fue una experiencia muy linda y mucha responsabilidad. Fueron casi dos años pero después lo dejé porque se pierde mucho contacto con la familia, pero me gustaba mucho.

¿Cómo está compuesta su familia?

Tengo un solo hijo que es el que ha seguido con la tradición, mi compañera de vida que ya partió hace dos años y mi nuera y nietos. Pero también los empleados, uno de ellos lleva más de 30 años conmigo, su vida conmigo y mi vida con él, somos familia ya, los otros chicos llevan 12, 13 años.

¿Dejó hace mucho al taller?

No lo he dejado (risas), de trabajar hace unos 10 años y ya no me dejan trabajar, pero siempre vengo a le ayudo en la parte administrativa y es para mí una satisfacción inmensa ver mi taller que se hizo con tanto sacrificio y esfuerzo verlo que sigue trabajando, que la gente nos considera, que hay respeto mutuo y todo eso me llena de orgullo.

Ya dejé todo en manos de mi hijo, él ha seguido este camino y lo hace muy bien.

¿Y en tu caso Alberto (H), cómo ha sido seguir esta tradición?

Para mí es muy lindo, yo me crié acá. Tenía 3 años cuando se hizo este taller acá y desde entonces metiendo las manos. Mi papá me corría porque no quería que siguiera con esto.

Cuando terminé el secundario me fui a Córdoba a estudiar medicina y me arrepentí y me volví. Después estudié ingeniería electromecánica en la UTN y con 23 años ya me quedé firme acá y para mí ha sido un orgullo aprender de él, trabajar con él y seguir teniéndolo acá que no trabaja pero nos viene a tirar las orejas (risas).

No estoy arrepentido de haber cambiado de rumbo, hemos hecho un buen equipo con él y con todos los chicos del taller.

Tu papá te ha llenado de elogios a lo largo de esta charla, ¿qué representa él en tu vida?

Él es todo, es un orgullo como persona y como padre, no es solo mi padre, es mi amigo y yo confío en él todo. Siempre nos hemos tratado con mucho respeto, aún si alguna vez discutimos por algo nunca nos faltamos el respeto. 

¿Proyectos?

Siempre con el propósito de seguir comprando más equipos para ir teologizándonos más y seguir adelante para no quedarse. Los vehículos van avanzando tanto, todo es cada vez más electrónico asique siempre hay que estar actualizándose con herramientas y aparatos.