¿Cómo conservan el cuerpo del papa?
Apenas se confirmó la muerte del papa, su cuerpo fue cubierto con la tradicional vestimenta papal y antes de ser velado en la capilla de la residencia de Santa Marta, fue sometido a una técnica de conservación especial, ya que Francisco dejó manifestado en su testamento que no quería ser embalsamado.
Por esta razón, se recurrió a la técnica de conservación denominada "tanatopraxia", destinada a conservar el cuerpo de manera aceptable para que los fieles puedan despedirse hasta el sábado 26 de abril, día en que se realizará el funeral.
Al igual que sus predecesores -según recuerdan medios internacionales - Benedicto XVI, Juan Pablo II, Juan Pablo I y Pablo VI, a Francisco se le practicó una tanatopraxia, un procedimiento que preserva temporalmente el cuerpo humano.
¿Cómo se realiza la tanatopraxia?
Consiste en el afloramiento de arterias principales, como la carótida, por donde se introduce una cánula hasta el corazón.
A través de un sistema de presión, se inyecta una sustancia química que reemplaza la sangre, mientras esta es drenada por la yugular. El objetivo es mantener el cuerpo en condiciones aceptables durante los días de velatorio, sin alterar su curso natural de descomposición.
Actualmente se utiliza un método que reemplaza la sangre con una solución química a base de agua, alcohol, colorantes y formaldehído. Se introduce por las venas del cuello, busca desinfectar los tejidos y ralentizar su deterioro natural.Este novedoso procedimiento permite mantener la integridad del cuerpo durante los días que dura la exposición pública, sin necesidad de técnicas como el vaciado de órganos o el relleno de cavidades.
Un nuevo cónclave y el futuro inmediato del Vaticano

Mientras los restos de Francisco reciben homenaje, ya comenzaron las congregaciones cardenalicias. Estas reuniones reúnen a todos los cardenales del mundo con el objetivo de coordinar los pasos a seguir durante la sede vacante. Se fijará la fecha del funeral, se abordarán decisiones logísticas y se preparará el terreno para la elección del nuevo papa.
Este será uno de los cónclaves más amplios de la historia. Con 135 cardenales con derecho a voto provenientes de 71 países, el cuerpo electoral supera por mucho el número habitual. De todos ellos, el 80% fue designado por el propio Francisco, lo que garantiza una impronta universal y diversa en la elección.
En estos encuentros también se definen los protocolos del cónclave, que tendrá lugar en la Capilla Sixtina. Durante ese tiempo, el Camarlengo asume funciones administrativas, asegurando el funcionamiento de la Santa Sede mientras se elige al nuevo líder.
Sin promesas ni pactos permitidos, las conversaciones informales entre cardenales se vuelven clave. En ellas se comparten visiones y diagnósticos sobre los desafíos de la Iglesia. Si bien no influyen de forma directa, sí preparan el clima en el que surgirá el próximo pontífice. Francisco, al simplificar su despedida, deja también un legado que pide renovación y humildad. La Iglesia que viene deberá decidir cómo seguir ese camino.