Tras la misa en la Plaza San Pedro, los restos del papa Francisco fueron trasladados este sábado a la basílica Santa María la Mayor. De esta manera se cumplió el último deseo de Jorge Bergoglio, que falleció el lunes pasado a los 88 años: su cuerpo tendrá su última morada en Roma y no en el Vaticano, en un sepulcro sencillo.

A lo largo del recorrido por las calles de Roma, Francisco fue despedido por miles de personas que vieron pasar el cortejo.

Francisco eligió que esa sea su morada final porque allí se encuentra la 'Salus Populi Romani', una advocación de María, a la que solía visitar seguido en Roma.

Según su testamento, se dispuso que la Capilla Paolina, con el icono de la 'Salus Populi Romani' y la de la dinastía Sforza, en la nave izquierda del templo, a pocos pasos del altar.

La sepultura que ordenó es pequeña y sencilla, con una lápida en el suelo con la inscripción 'FRANCISCUS' y una reproducción en la pared de su cruz pectoral, en plata y con la imagen del Buen Pastor.