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La víctima es un reconocido empresario local de 59 años que, paradójicamente, trabajaba en favor de la conservación de la vida silvestre.
Un reconocido empresario namibio que realizaba un safari en una zona desértica del sudoeste de África junto a su esposa, dejó su tienda de campaña en medio de la noche para orinar y fue brutalmente asesinado por una leona. El trágico episodio ocurrió un campamento ubicado casi 700 kilómetros al norte de Windhoek, la capital de Namibia.
Lo paradójico del caso es que Bernd Kebbel, la víctima de 59 años y padre de dos hijos, era un ferviente defensor de conservación de la vida silvestre y no solo trabajaba por ello, sino que también colaboraba económicamente en busca de ese objetivo.
"Podemos confirmar que lamentablemente el Sr. Kebbel falleció durante el incidente", confirmó a medios locales Ndeshipanda Hamunyela, vocero del Ministerio de Medio Ambiente, Silvicultura y Turismo namibio.
Por su lado, el portavoz de la policía de Namibia, Immanuel Iiduwa, destacó la intervención del resto de las personas que se encontraban en el campamento pese a que no pudieron ayudar a Kebbel y aseguró que se abrió una investigación sobre el incidente.
"Los demás campistas hicieron valientes esfuerzos para ahuyentar al animal, pero ya era demasiado tarde para salvarlo de las heridas mortales que sufrió en el cuello", remarcó Iiduwa.
De acuerdo con los datos que recopilaron las autoridades, el ataque de la leona se produjo en las primeras horas del viernes pasado cuando Kebbel salió de la tienda de campaña que tenía montada sobre su vehículo, y que compartía con su esposa, para hacer sus necesidades.
El hombre bajaba de su camioneta por unas escaleras cuando fue agredido por el animal que, al parecer, se había infiltrado en el campamento para pasar la noche. Su esposa Conny, de 57 años, solo pudo escuchar horrorizada dentro de la carpa los gritos de su marido, que era brutalmente asesinado por el felino.
"Afortunadamente habría sido rápido, ya que un humano no es rival para una leona que está en su mejor momento", opinó un experto en leones de Namibia, que habló bajo acuerdo de anonimato con Daily Mail.
Luego, agregó: "Solo hay unos 60 leones del desierto en esta región de Kunane, donde ocurrió el ataque, y en esta zona en particular, alrededor del campamento de Hoanib, quizás una docena como máximo".
"Los leones del desierto se han adaptado al duro y abrasador entorno del desierto y se han convertido en cazadores nocturnos extremadamente hábiles, ya que no tienen dónde esconderse durante el día. Son rápidos y extremadamente fuertes y no tienen muchas oportunidades de cazar, por lo que pueden tener mucha hambre, tanta que se arriesgan a atacar a un humano al que temen", completó.
El Ministerio de Medio Ambiente y Turismo de Namibia confirmó el domingo que identificó a la leona y que fue sacrificada ese mismo día. Según argumentaron, el animal representaba una amenaza para la comunidad y los turistas.
Medios locales describieron a Kebbel como un hombre importante en los círculos de conservación de los leones en el desierto. Pero además de un amante de la naturaleza era un reconocido empresario, propietario de una empresa llamada Off-Road-Centre, que estaba instalada en Windhoek, la capital de Namibia, y que compraba y vendía vehículos todoterreno para safaris, además de otros accesorios del ramo.
Fue tal su amor por la vida salvaje que realizó onerosas donaciones para proteger la población de leones de la zona y que, de acuerdo a una publicación de The Sun, hasta un león macho adulto de la región recibió su nombre en su honor. Sin embargo, casi como un presagio, ese ejemplar fue sacrificado porque se había convertido en un "animal problemático" al atacar a la fauna local.
Según se supo, Dieter y Heidi, los hijos de Kebbel, ambos de unos 20 años, viajaron especialmente hacia Windhoek para acompañar a su madre.
