El hecho ocurrió durante un servicio dominical con más de 150 personas presentes. El atacante fue interceptado por un feligrés y abatido por el guardia del templo.
Un domingo de recogimiento espiritual se transformó en pánico y caos en la localidad de Wayne, Michigan, cuando un hombre ingresó armado a una iglesia durante una ceremonia y abrió fuego, hiriendo a uno de los guardias de seguridad. El episodio tuvo lugar en la CrossPointe Community Church alrededor de las 11, y terminó con el agresor abatido en el estacionamiento del edificio.
El Departamento de Policía de Wayne fue alertado por un llamado que reportaba la presencia de un "tirador activo" dentro de la iglesia ubicada sobre Glenwood Road, una zona residencial a unos 48 kilómetros de Detroit. Al llegar al lugar, los agentes encontraron al atacante ya neutralizado gracias a la intervención del equipo de seguridad del templo, que actuó rápidamente para evitar un desenlace aún más trágico.
Según informó la policía, el agresor era un hombre blanco de 31 años, cuya identidad aún no fue revelada. El sujeto logró disparar contra el guardia del lugar, quien recibió un impacto de bala en la pierna durante el enfrentamiento. A pesar de estar herido, el efectivo logró mantenerse operativo con la ayuda de los feligreses que intervinieron de manera decisiva.
Uno de los momentos clave en el desenlace ocurrió cuando un asistente de la iglesia, al percibir la situación, arrolló al atacante con su camioneta en el estacionamiento. Esta acción permitió al guardia tener una oportunidad para disparar y detener al agresor. Así lo relató el pastor Bobby Kelly Jr., quien brindó detalles a los medios desde el exterior del templo.
La tensión fue máxima dentro del auditorio. En ese momento, más de 150 personas, incluidos varios niños, participaban del servicio dominical. La transmisión en vivo del evento captó los segundos de pánico en los que se escucharon gritos y se vio a los presentes correr, esconderse detrás de los asientos o huir hacia los sectores laterales del templo. En uno de los fragmentos del video se oyen las advertencias desesperadas: "¡Todos al fondo, vengan al fondo!".
Mientras tanto, en el exterior, los testimonios recogidos por medios nacionales como NBC News describieron escenas de desesperación. Una mujer relató que su madre la llamó desde el bosque, donde se había escondido junto a su tía de 80 años. Ambas se resguardaron fuera del templo tras salir corriendo. La mayor de ellas tenía sangre en su ropa, producto de la herida sufrida por el guardia, con quien había tenido contacto minutos antes.
Durante y después del ataque, la zona fue cercada por agentes locales, quienes pidieron a los vecinos no acercarse mientras se realizaban las tareas de investigación y peritaje. El FBI también participó en la recolección de pruebas y en el apoyo a las autoridades locales. Según indicó el subdirector Dan Bongino, se desplegaron recursos especializados para colaborar en la contención del lugar y en el esclarecimiento del hecho.
Hasta el momento, las autoridades no han comunicado posibles motivaciones del atacante, ni indicaron si tenía antecedentes o vínculos con miembros de la iglesia. La policía confirmó que no hubo más personas heridas, además del guardia de seguridad, quien fue asistido por personal médico y se encuentra fuera de peligro.
La investigación sigue en curso, y se espera que en los próximos días se brinden más detalles sobre el agresor, su identidad completa y los resultados de los peritajes realizados en el lugar. Mientras tanto, la comunidad de Wayne permanece conmovida por lo ocurrido.