Se trata de la sanrafaelina Paula de Lucca, recordada como la reina departamental de la Vendimia mandato cumplido 2012, quien se instaló en México hace varios años, donde se dedica a dar clases de Yoga.
1/10/2023
Concentrarnos en el aquí y ahora, desprenderse del estrés de la vida cotidiana y mover el cuerpo guiándonos por nuestra respiración: todo esto es posible gracias al yoga. Además, también mejora la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás, y refuerza nuestro sentimiento de comunidad. Esta disciplina milenaria no consiste en intentar ser el mejor, sino en el propio crecimiento y desarrollo de cada uno.
La sanrafaelina Paula de Lucca, recordada en nuestro departamento como la reina de la Vendimia mandato cumplido 2012, emigró hace varios años a México, donde se instaló, tuvo dos hermosas hijas y se dedica de lleno a la práctica e instrucción del Yoga y otras técnicas afines.
Dialogamos con ella para conocer más sobre su actividad en el país Azteca, además de la importancia de estas técnicas y las clases que dicta tanto de forma presencial como online.
Contame de vos, de tu vida en México ¿cómo decidiste irte a vivir allá?
Todo empezó porque siempre había tenido el bichito y la inquietud de vivir afuera, si bien estaba echando raíces en San Rafael, porque una vez que me recibí empecé a trabajar, tenía tres trabajos, estabilidad, vivía sola…pero como que antes de hachar raíces del todo quería probar vivir en otro lugar.
Me decidí por México porque mi papá vivía acá, y yo ya había vivido dos años con mi familia. Después nos volvimos a San Rafael y a mí siempre me quedó un muy buen recuerdo de México, me habían quedado amigos, asique decidí probar acá en México que es hermoso y me encanta.
¿Y también formaste tu familia?
Sí formé mi familia tengo dos hijas, una de 4 y otra de 2, que son mis tesoros, mis grandes maestras.
¿Cómo llegó el Yoga a tu vida?
El yoga lo conocí en San Rafael, siempre me había llamado la atención, pero yo era de dedicarme a deportes más extremos, hacía ciclismo, funcional, me gustaba correr y a mi entender yo pensaba que el yoga era para relajar nada más y una vez me invitaron a una clase y fui, y me terminé enamorando del yoga.
Me empecé a sentir muy bien, lo primero que empecé a notar era que dormía fabuloso, yo en ese entonces en San Rafael tenía tres trabajos y me costaba mucho dormir, estaba muy estresada y el yoga me conectó nuevamente con lo que es centrarse en uno mismo, conectar con el cuerpo, la importancia del descanso, ver el cuerpo como un templo y una cosa te va llevando a la otra y por eso quise seguir investigando aun después que llegué a México.
Después el yoga fue parte de mis embarazos, me ayudó a prepararme para el parto y posparto. Y también después de mi segundo embarazo me quedó una diástasis abdominal que es cuando se separan los rectos abdominales y no vuelven a su lugar, asique hay que ayudar al cuerpo para que esto pase.
Entonces ahí descubrí los Hipopresivos, que es una técnica de condicionamiento físico postural y respiratorio, te ayuda con la postura, a fortalecer el suelo pélvico, la faja abdominal, a recuperarte de la diástasis.
La verdad que empecé a notar tantos cambios en mi cuerpo, sumado al yoga, que decidí certificarme con el creador de los hipopresivos, el doctor Marcel Caufriez.
¿Es decir que si bien descubriste el Yoga en San Rafael, en México lo profundizaste?
Claro, acá tuve tiempo de profundizar, me metí a más clases, me certifiqué y empecé a dar clases. Al principio lo hacía solo por mí, pero en el camino me gustó mucho más, me enamoré más, empecé a sentir los beneficios de cuando lo haces a conciencia.
¿Qué otros hábitos cambiaron en tu vida?
Este mundo de cuidarse, del bienestar general lo empecé antes del yoga, la verdad que a mí me gustó mucho cuidarme siempre. Hice un clic importante, cuando era chica a los 19 más o menos, yo estaba en la etapa de la joda (risas), de salir, tomar alcohol, comer cualquier cosa, y me empezó a cambiar el cuerpo de un modo que ya no me sentía bien y ahí puse un freno porque no me gustaba para donde estaba yendo.
Entonces empecé a cambiar mis hábitos y hacer todo de modo más consciente, desde la alimentación, el sueño y siempre manteniendo un equilibrio, sin ir a los extremos.
El yoga unió todo eso, porque el cuerpo es el templo del alma y uno cuando entra a un templo lo mira con mucho respeto. El cuerpo es como una casa y ¿a quién le gusta tener su casa desordenada o sucia por ejemplo?, lo mismo pasa con el cuerpo por eso hay que cuidarlo.
Además se suma lo que ves, lo que lees y escuchas, de las personas con la que te rodeas, yo no es solo hacer posturas difíciles sino es conectar con el cuerpo.
Las posturas son para romper con bloqueos no sólo físicos, sino mentales. Al principio uno ve una postura, por ejemplo la del cuervo que es como un imposible, pero empezas a practicar y practicar, y un día ya no es imposible, no te da más miedo y como los rompes en la práctica de yoga, después esos miedos los rompes en tu vida, te haces más flexible, no solo de cuerpo si no de mente.
¿Tiene muchos adeptos esta disciplina allá?
Sí, sobre todo me buscan muchos las mujeres que fueron mamás hace poco para recuperar su faja abdominal, su suelo pélvico y también trabajo con deportistas porque mejora mucho su rendimiento.
¿Qué importancia tiene la práctica de Yoga, además de los múltiples beneficios que aporta?
Yo siempre uso esta comparación para describirlo: la vida fuera el mar y el yoga una tabla de surf, es como que sin la tabla el mar (vida) te revuelca, pero con el yoga que es la tabla, es una herramienta con la que te ayuda a fluir.
¿Das clases presenciales solamente o podemos practicar Yoga con vos de forma online?
Doy clases presenciales y online, solo es cuestión de coordinar porque las doy por zoom y quedan grabadas. También doy talleres presenciales de Hipopresivos y tengo uno online a la venta, para aprender y practicar esta técnica.
La verdad que es un campo en el que sigo aprendiendo y descubriendo.
¿Extrañas San Rafael? ¿Qué es lo que más se extraña?
Sí extraño mucho San Rafael, cuando una es inmigrante siempre tiene el corazón partido en dos, porque cuando estás acá (México) se extraña allá (San Rafael) y viceversa. Allá tengo a mi familia, mis amigos y se extraña, además que amo a mi país. Pero hoy mi hogar está en México y el hogar es donde uno se siente bien.
No es que prefiero un lugar u otro sino que es estar donde te sentís bien consigo misma, aunque tengo mi corazón en mi país, eso no cambia nunca por más que vivas donde vivas.