Después de meses, ayer una importante cantidad de agua precipitó en nuestra ciudad, que según los registros superó el promedio anual. Luego de una contínua lluvia durante la madrugada del martes, la mañana no fue la excepción y por momentos se registraron fuertes chaparrones, que fueron acumulando cada vez más agua en las acequias.
Pero esto no terminó allí, ya que el desborde de las acequias provocó el anegamiento de calles, principalmente las más transitadas del centro que se convirtieron en algunos sectores, en ríos, y que para peatones y ciclistas pasaron a ser un gran desafío a la hora de circular por ellas o intentar cruzarlas. Más de uno, sin dudas regresó a su hogar con los pies empapados, ya que la única alternativa era pasar o pasar.
Hoy, con el "diario de mañana" como dice la frase popular, se puede observar principalmente en las esquinas, el motivo. Montañas y montañas de hojas y todo tipo de basuras que hicieron una especie de taponamiento.
El otoño ya terminó, pero a decir verdad, por la cantidad de hojas que se ven parece que recién hubiera empezado.
Quizás la tarea del Municipio será cuidar no solo las acequias existentes en el casco céntrico de los alrededores al kilómetro cero y las del propio Municipio, sino ir más allá, porque de nada sirve tener limpio "donde mira la suegra", si la lluvia arrastra la basura por todos lados.