Una serie de factores son la clave para saber si vas a recordar o no tus sueños.
Un equipo de investigadores de la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca llevó a cabo una investigación para analizar los factores que influyen en la capacidad de recordar los sueñosal despertar. Los resultados, publicados en Communications Psychology, sugieren que ciertos rasgos individuales y patrones específicos de sueño pueden determinar esta capacidad.
Entre 2020 y 2014, científicos de la Escuela IMT, en colaboración con la Universidad de Camerino, realizaron un estudio en el que participaron más de 200 personas de entre 18 y 70 años. Durante 15 días, los voluntarios registraron sus sueños a través de una grabadora de voz cada mañana al despertar.
En sus registros, debían indicar si recordaban un sueño, si tenían la sensación de haber soñado sin poder recordar detalles, o si no habían soñado en absoluto.
En el estudio participaron más de 200 personas.
Para complementar la recolección de datos, los participantes utilizaron dispositivos portátiles de monitoreo del sueño que registraban la duración, la eficiencia y las alteraciones en sus ciclos de descanso. Además, se les realizaron pruebas psicométricas al inicio y al final del experimento, con el fin de evaluar su nivel de ansiedad, su interés en los sueños, su propensión a la divagación mental y su desempeño en pruebas de memoria y atención selectiva.
El análisis de los datos permitió descubrir que la capacidad de recordar sueños variaba significativamente entre los individuos y estaba influida por diversos factores. Las personas con una actitud positiva hacia los sueños y una tendencia a divagar mentalmente tenían más probabilidades de recordar sus experiencias oníricas. Además, aquellos que experimentaban periodos prolongados de sueño ligero también presentaban una mayor facilidad para evocar sus sueños al despertar.
Otro aspecto relevante observado en la investigación fue la relación entre la edad y la capacidad de recordar sueños. Los participantes jóvenes mostraban una mayor frecuencia en la rememoración de sus sueños, mientras que las personas de mayor edad tendían a experimentar "sueños blancos", es decir, la sensación de haber soñado sin poder recordar detalles específicos. Este fenómeno sugiere que con el envejecimiento se producen cambios en los procesos de memoria durante el sueño.
Además, los investigadores identificaron variaciones estacionales en la rememoración de sueños. Se registró una menor frecuencia de recuerdos oníricos en invierno en comparación con la primavera, lo que podría estar relacionado con factores ambientales o ritmos circadianos.
"Nuestros descubrimientos sugieren que el recuerdo de los sueños no es una mera cuestión de azar, sino un reflejo de cómo interactúan las actitudes personales, los rasgos cognitivos y la dinámica del sueño", afirmó Giulio Bernardi, autor principal del estudio y profesor de Psicología General en la Escuela IMT.
El conjunto de datos obtenidos en esta investigación servirá de base para futuras comparaciones con poblaciones clínicas y contribuirá al avance en el estudio de las alteraciones patológicas del sueño, así como en la comprensión del papel de los sueños en la salud mental y la conciencia humana.